La pareja compra la casa consciente de su pasado militar pero lo que encuentran al cavar les deja sin palabras
Lo que parecía una simple obra de "chapuza" doméstica terminó convirtiéndose en un hallazgo histórico para los protagonistas de nuestra historia.
Lo que parecía una simple obra de "chapuza" doméstica terminó convirtiéndose en un hallazgo histórico para Shaun y Carrie Tullier. Los propietarios, que adquirieron su vivienda en la zona de Torteval (costa británica) hace cuatro años, sabían que el terreno había albergado una posición artillera alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no imaginaban que bajo sus pies se escondía un búnker casi intacto.
El descubrimiento, tal y como informa BBC, llegó después de que un antiguo residente les comentara, en marzo de 2022, que podía existir una estructura oculta bajo la entrada de la vivienda. “Desde fuera, se notaba que estaba asentada sobre algo”, explicó Shaun. Animado por la sospecha y aprovechando que ya estaban reformando la casa, decidió alquilar una excavadora. “Con la ayuda de un amigo empezamos a levantar el camino de entrada. Cavamos y cavamos hasta que, de repente, el terreno cedió y apareció una puerta”.
El acceso, según creen, fue sellado en los años 60. Al abrirlo, se toparon con dos salas principales de 5,18 por 3 metros y 5,18 por 6 metros, con suelos de baldosas, una trampilla de escape y varias inscripciones en alemán. Entre ellas, una advertencia pintada en negro: “achtung feind hort mit”, que significa “cuidado, el enemigo escucha”. También encontraron latas oxidadas y otros restos de la época.
Durante la ocupación alemana, entre 1940 y 1945, las Islas del Canal (Dependencias de la Corona británica) fueron convertidas por orden de Adolf Hitler en una “fortaleza inexpugnable”. Aquel periodo estuvo marcado por deportaciones, hambre y miedo. La liberación no llegó a Guernsey y Jersey hasta el 9 de mayo de 1945; Sark se liberó un día después y Alderney no recibió de vuelta a sus habitantes hasta diciembre de ese año.
Shaun destacó la solidez de la construcción y contó que uno de los principales retos fue bombear el agua acumulada durante décadas. El proyecto de convertirlo en una sala de juegos con mesa de billar y un gimnasio sigue en marcha, pero el matrimonio quiere conservar elementos originales. “No es solo una sala de ocio: la gente viene y quiere conocer la historia. Algunos dicen que estos búnkeres deberían destruirse, pero para nosotros es un privilegio tenerlo. Fue una época dura para Guernsey, pero creo que debemos conservarlo para recordar lo que pasó”.