Marruecos dobla el brazo a España con la mandarina
El país se ha consolidad en el mercado internacional con esta fruta.
La mandarina marroquí, especialmente la variedad Nadorcott, continúa ganando terreno en el mercado internacional, destacándose por su calidad y creciente demanda, a pesar de la fuerte competencia, el aumento en los costes de producción y las dificultades climáticas que enfrenta el sector citrícola del país, como la sequía.
La plataforma Fresh Plaza asegra que, en los Países Bajos, los importadores prefieren la Nadorcott marroquí debido a su facilidad de pelado y su sabor característico. En Francia, a pesar de la disminución de la producción española, la demanda de mandarinas marroquíes se mantiene estable, con importadores que siguen apostando por esta variedad para abastecer el mercado.
Al otro lado del Atlántico, las exportaciones de mandarina marroquí a América del Norte siguen en ascenso. En EEUU, los importadores están incluyendo progresivamente la Nadorcott en sus programas de distribución, compitiendo con las variedades locales de California. Su buena relación calidad-precio le permite hacer frente a la producción de Perú, Chile y Sudáfrica, que dominan el mercado en la segunda mitad de la temporada.
Retos ante la creciente competencia
A pesar de su éxito, los productores marroquíes enfrentan importantes desafíos. La persistente sequía que afecta al país desde hace siete años ha reducido los volúmenes de producción y ha incrementado los costes de riego, lo que encarece el precio de la fruta en el mercado europeo. No obstante, la mandarina marroquí sigue siendo apreciada por consumidores fieles, especialmente en España, donde complementa la oferta local.
Asimismo, Marruecos debe competir con Egipto y Turquía, cuyos exportadores ofrecen precios más bajos y ventajas logísticas en Europa y África occidental.
Estrategia de calidad y diversificación
Para mantener su posición, Marruecos apuesta por la calidad y la diversificación de mercados. La Nadorcott sigue siendo uno de sus productos estrella gracias a su sabor, ausencia de semillas y buena conservación. Su temporada de producción, que se extiende hasta abril, permite a los exportadores marroquíes seguir siendo competitivos frente a otros países que entran en el mercado más tarde.
