Un pueblo de Granada se llena de cámaras de vigilancia para conservar la decoración navideña
“Hay que cuidar nuestro pueblo”, dice un ciudadano en respuesta a la medida.
Con la llegada de la Navidad y el encendido de luces y adornos en calles y plazas de todo el país, también se repite cada año una cara menos amable de estas fechas: los actos vandálicos que dañan o deterioran la decoración y amenazan con empañar el ambiente festivo. Ante este escenario, cada vez más municipios buscan fórmulas para proteger unos elementos que mantienen viva la ilusión colectiva navideña.
Por ello, el pequeño municipio granadino de Padul ha optado por reforzar la vigilancia en el centro urbano para garantizar que las luces y los elementos ornamentales que dan vida a la localidad durante las fiestas no sufran daños ni sustracciones. El Consistorio ha destacado que la medida busca proteger tanto la decoración como las flores de Pascua que forman parte del montaje navideño.
Según indica el Ayuntamiento en redes, se han colocado cuatro cámaras de seguridad que abarcan los cuatro costados de la Oficina de Turismo, punto cercano al paseo donde se ha instalado buena parte del belén urbano y los elementos más visibles del decorado. “Se trata de una medida de vigilancia esencial para garantizar la conservación del decorado navideño del paseo de la estación y de nuestros elementos vegetales, asegurando que el espacio se mantenga siempre en perfectas condiciones de cuidado”, exponen las fuentes.
Una medida de seguridad
El encendido del alumbrado se celebró el pasado sábado 6 de diciembre, en un acto en el que participaron escolares y vecinos. El decorado de este año incluye figuras como soldaditos, duendecillos, bastones de caramelo, casitas de galleta y piruletas, fruto del trabajo del taller navideño dirigido por la artista local Amalia Villena. El propio Consistorio y medios locales han subrayado el carácter artesanal y participativo del proyecto.
Ahora, la justificación municipal de la presencia de las cámaras de seguridad recalca que se trata de una medida “esencial” para proteger el decorado que tanto esfuerzo ha costado, con el fin de que tanto vecinos como visitantes disfruten de un espacio en buen estado. En las reacciones públicas a la noticia abundan los mensajes de apoyo: “Hay que cuidar nuestro pueblo”, señala un usuario que propone extender la vigilancia a otros puntos de la localidad.
Muchos de esos adornos han sido confeccionados por vecinos en un taller que ha durado meses y que utiliza materiales reciclados con la intención de reutilizar el montaje en futuras Navidades. Por eso el Consistorio quiere evitar que actos de vandalismo o robos dañen la inversión de tiempo y recursos realizada por la comunidad. Además, desde el Ayuntamiento han lamentado públicamente episodios recientes de daños en el alumbrado, lo que ha precipitado la instalación de las cámaras.