El tabú de ser gay en el deporte: "Queremos mostrar que somos modernos, pero queda mucho trecho por andar"

El tabú de ser gay en el deporte: "Queremos mostrar que somos modernos, pero queda mucho trecho por andar"

AFP

En septiembre de 1991, el entonces jugador del Real Madrid Míchel le tocó repetidamente los genitales a un rival del Valladolid justo antes de un córner. Lo hizo, seguramente, para provocarle o despistarle, pero aquel gesto ha perseguido a Míchel desde entonces. Aún hoy, 22 años después y ya como entrenador, sigue escuchando el grito de "Míchel, Míchel, maricón, maricón" allá donde va.

No es el único al que se le dedican esas palabras en el mundo del deporte, especialmente en el fútbol. Guti, Guardiola o Cristiano Ronaldo también lo han escuchado.

Aprovechando la celebración del Orgullo Gay 2013, los colectivos de gays y lesbianas aseguran que gritos de ese tipo y la inacción siguiente es una de las razones por las que tan pocos deportistas han salido del armario en el mundo.

En España, que en los últimos años ha dominado un gran número de disciplinas deportivas, todavía ningún atleta de élite ha admitido públicamente ser homosexual. "Cuando la tenista Martina Navratilova reconoció su homosexualidad, algunos deportistas más salieron del armario, pero en España no sucedió lo mismo", apunta Rubén López, responsable de la comisión de deportes de la Federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales

"En los campos hay una impunidad total en este tema. Cuando a un deportista le llaman negro, siempre hay quejas y denuncias públicas. Pero cuando se llama maricón a alguien no protesta nadie porque parece que pondrían en duda su heterosexualidad. No se atreven ni a opinar", señala López.

Hay casos que demuestran que López tiene parte de razón. Por ejemplo, el portero del Bayern de Múnich, Manuel Neuer, animó en 2011 a los futbolistas gays a salir del armario. Automáticamente, los aficionados dieron por hecho que él mismo era homosexual. En España, el exfutbolista Aitor Ocio posó en la portada de la revista Zero y generó comentarios similares.

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López añade que algunas declaraciones de los propios futbolistas tampoco ayudan a normalizar la situación. Hace un año, por ejemplo, el italiano Antonio Cassano fue multado tras decir: "Espero que no haya homosexuales en el equipo. Si los hay, problema de ellos". Joaquín Caparrós, actual entrenador del Levante, zanjó el tema con esta afirmación: "No hay futbolistas españoles gays, por eso no salen del armario".

"AÚN QUEDA MUCHO TRECHO POR ANDAR"

"Queremos mostrar que somos muy 'modernos', pero aún queda mucho trecho por andar. No hay nada más que ver en un partido de fútbol base cómo padres insultan a niños rivales de su hijo, ¡y son niños! Pues imagina en el fútbol profesional. Nos creemos con derecho a criticarlo todo, a insultar sin miramientos… ¿Qué necesidad tiene un futbolista de darle más motivos a la afición contraria y que no le dejen respirar en ningún partido?", explica Zoraida Rodríguez, psicóloga deportiva.

Para Rodríguez, el tema de la homosexualidad es más complicado en los deportes que se juegan en equipo. "Cuando practicas deporte individual compites contra ti mismo y no tienes compañeros de equipo a los que te tengas que amoldar ni influyen en tu juego. Los deportes individuales no están tan asociados a ese componente de batalla campal que a veces es el fútbol".

Jacques Schoofs, presidente de Panteres Grogues, el único club español que participa en el mundial de fútbol gay, no comprende por qué en España aún ningún deportista de élite ha salido del armario, dado que estadísticamente (se calcula que un 10% de la población no es heterosexual) tiene que haber atletas homosexuales y "España es un país bastante liberado en este sentido".

Schoofs admite que haría falta más trabajo de concienciación por parte de las instituciones. Rubén López, de la FELGTB, también lo cree así y asegura que aunque han realizado propuestas de este tipo al Consejo Superior de Deportes (CSD), estos no "han hecho nada".

Fuentes del CSD consultadas por El Huffington Post, admiten que "iniciativas en este sentido no hay ninguna". "Hay programas contra abusos sexuales, de igualdad de género o contra el racismo, pero relacionado con la homosexualidad no hay nada". Aseguran que "no es por nada", sólo que "no se ha tenido constancia de que haya necesidad ni conocimiento de ninguna denuncia". "Es algo tan normal que no ha habido necesidad de atacar ahí", afirman.

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Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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