Lo suizos deciden si endurecen la ley para que permita expulsar a extranjeros por delitos menores

Lo suizos deciden si endurecen la ley para que permita expulsar a extranjeros por delitos menores

REUTERS

La votación que hoy tiene lugar en Suiza da mucho miedo. En realidad, el país tiene varias citas con las urnas este domingo, pero celebra un plebiscitos que destaca por encima de todos: el que se realiza sobre la propuesta del Partido Popular Suizo para expulsar automáticamente a los extranjeros que cometan delitos menores, un baremo para medir la postura de la población sobre la actual crisis migratoria mundial.

Este plan contempla la expulsión automática y sin derecho de apelación por delitos —como infracciones de tráfico—, hasta ahora punibles con leves condenas de prisión o multas, según la legislación actual, que sí contempla esta medida de extradición en casos de violación, abuso sexual o asesinato.

Además, de aprobarse esta medida el juez quedaría privado de su capacidad para decidir individualmente y atendiendo a circunstancias personales sobre cada uno de los casos.

Las encuestas no se atreven a dar un vencedor. La campaña inicial de los populares suizos, de especial virulencia, parece haber perdido cierta pujanza aunque los sondeos publicados a principios de mes prácticamente señalaban un empate técnico entre ambas opciones (49% en contra por 46 a favor, según GfS Bern) con un escaso porcentaje de indecisos que se antoja crucial.

Los oponentes a la propuesta, con el Gobierno a la cabeza, advierten de que su aprobación desembocaría en un sistema judicial de doble rasero que pondría en el punto de mira a los extranjeros que viven de manera legal y permanente en Suiza, por no mencionar sus consecuencias morales.

"Es absolutamente inhumana y trata a prácticamente dos millones de extranjeros como ciudadanos de segunda clase", ha subrayado el Consejo Federal de Suiza, el órgano ejecutivo del país, mientras otros grupos críticos no han dudado en colgar pancartas que equiparan a la Suiza de 2016 con la Alemania Nazi, esvásticas incluidas, y la Sudáfrica del Apartheid.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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