5 gestos revolucionarios del papa Francisco (aunque no lo parezcan)

5 gestos revolucionarios del papa Francisco (aunque no lo parezcan)

AP

Casi todos en la Iglesia coinciden en que el papa Francisco ha iniciado una nueva etapa. Que ha abierto puertas y ventanas que están permitiendo que corra el aire en una institución donde los cambios se miran con mucho recelo.

La curia, que en su mayoría es muy reacia al avance y que mira con atención todo lo que hace y dice el pontífice, no deja que los cambios que quiere introducir Francisco vayan a buena velocidad. Por eso, la mayor parte de las veces el papa camina con tiento, haciendo pequeños gestos y esperando a ver qué reacciones generan.

En la Iglesia, el más mínimo cambio se mira con lupa. Por eso, y aunque no lo parezca, Francisco ha llevado a cabo varias pequeñas-grandes revoluciones. La última este mismo jueves, cuando ha abierto la puerta a que las mujeres puedan casar y bautizar.

Francisco siempre se ha mostrado reacio a la posibilidad de que las mujeres puedan ser sacerdotes. Suele tirar siempre del mismo argumento: Juan Pablo II, el conservador papa polaco, cerró la puerta para siempre. El mismo pontífice argentino escribió que “el sacerdocio reservado para los hombres (...) es un tema que no se pone en discusión”.

Por eso ha sorprendido que este jueves haya abierto la puerta a que las mujeres puedan ser diáconas. Un primer e importantísimo paso en la Iglesia, dado que es el grado de consagración anterior al del sacerdocio y en él se pueden administrar algunos sacramentos, como el bautismo y el matrimonio, que actualmente sólo pueden ejercer los hombres.

En concreto, el papa ha mostrado su intención de crear una comisión que estudie la posibilidad de que también las mujeres puedan ser diáconas. En resumidas cuentas, ese grupo tendrá que aclarar qué papel tenían las diáconas en los primeros siglos de la Iglesia “y sobre todo si habían sido ordenadas o no".

Quienes rechazan el celibato para los sacerdotes argumentan que en los primeros siglos de la Iglesia no existía. Y añaden que, si los curas se pudiesen casar, seguramente no habría tanta crisis de vocaciones religiosas. Los defensores sostienen que, así, los religiosos se pueden dedicar exclusivamente a dios y a las tareas de la Iglesia.

Durante siglos, ningún papa se pronunció sobre la posibilidad de que los curas se pudieran casar. Hasta que llegó Francisco y admitió que “al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta…”. Con todo, subrayó que él aprecia mucho el celibato.

Más recientemente, el papa confirmó que “la cuestión de los sacerdotes casados” está en su agenda.

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Durante años, la Iglesia sostuvo que aquellos que se han divorciado y vuelto a casar sin un decreto de nulidad para el primer matrimonio están en relación de adulterio. La institución argumentaba que, por tanto, no podían arrepentirse de sus pecados honestamente ni recibir la absolución a sus pecados. Eso les impedía comulgar.

Pero el papa cambió la postura en abril al llamar a los sacerdotes a evitar posturas rígidas ante las situaciones familiares "irregulares" y apoyó su readmisión en los sacramentos mediante un proceso de acompañamiento. "A las personas divorciadas que viven en nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que 'no están excomulgadas', y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión eclesial", defendió.

"Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio", zanjó.

El papa también ha relajado mucho la postura de la Iglesia respecto a los homosexuales. Apuntó su opinón al poco de iniciar su pontificado, cuando dijo: "Si una persona es gay busca al Señor y tiene buena voluntad... ¿Quién soy yo para juzgarla?"

Más recientemente, Francisco ha defendido el respeto de los homosexuales y su no discriminación, aunque siempre ha mantenido que sus uniones no pueden ser consideradas matrimonio y condenó las presiones de organismos que, con ayuda financiera, buscan lograr su legalización en otros países pobres.

Con todo, su postura es mucho más relajada que la de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Este último, por ejemplo, dijo que los “actos homosexuales son actos contra natura". Y fue más allá al asegurar que “los homosexuales están manipulando la identidad del género que les dio Dios, con lo que destruyen la esencia misma de la criatura humana”. Por eso, la postura de Francisco se puede considerar revolucionaria para un papa.

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El papa generó todo tipo de comentarios y rumores cuando aseguró el sistema económico actual “mata”. "Cómo el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata", avisó. Hubo quien después de eso dijo que Francisco podría ser hasta comunista, aunque el pontífice aclaró que “la Iglesia no es comunista cuando habla de los pobres”.

Pero lo que está claro es que Francisco ha sido más combativo que ningún otro papa con los poderes económicos. En un histórico discurso ante la Asamblea General de la ONU, por ejemplo, llamó a evitar el "abuso" de los países en desarrollo a través de su "sumisión asfixiante" en el sistema financiero mundial, y denunció el narcotráfico que "silenciosamente" mata a millones de personas.