La desolación de Djokovic tras caer a las primeras de cambio: "Es una de las derrotas más duras"

La desolación de Djokovic tras caer a las primeras de cambio: "Es una de las derrotas más duras"

REUTERS

Novak Djokovic abandonó entre lágrimas la pista central del recinto olímpico, con la mirada clavada al suelo y de vacío, resignado a asimilar "una de las derrotas más duras" de su carrera.

Solo el oro deja al margen al serbio del olimpo. Río fue su tercer intento. Una nueva frustración. Una ocasión que se escapa.

La imagen de Djokovic y Juan Martín del Potro en la red, abrazados, será una de las sensaciones de los Juegos. El dominador del tenis mundial en busca de consuelo.

"Es una de las derrotas más duras de mi vida, de mi carrera", reconoció. "Del Potro fue mejor que yo. En los puntos importantes jugó de forma extraordinaria. Hay que felicitarle", asumió el tenista balcánico, que encajó su quinta derrota en toda la temporada.

"Es una decepción para mí. Pero como amigo y por todo lo que ha pasado por las lesiones me alegro por él", expresó el tenista de Belgrado, flamante vencedor en Toronto y poseedor de doce títulos del Grand Slam.

"Esta derrota es dura. No es fácil de asimilar. No es la primera vez que pierdo un partido pero este torneo es especial", reconoció Djokovic.

Novak Djokovic, al igual que Juan Martín del Potro, formó parte del gran espectáculo que contempló el recinto principal del Centro Olímpico de Tenis.

Las gradas, divididas, aclamaron al serbio y también al argentino. Ambos tenistas participaron del espectáculo.

"Pocas veces he vivido un ambiente como este. Me sentí como si fuera mi país. Me dieron fuera. Se lo agradezco", lamentó el número uno del mundo.

EXTRAMOTIVADO

Durante el partido, el argentino Juan Martín del Potro se afanó por recuperar el tiempo perdido a causa de una lesión de muñeca, dio un revolcón al torneo de tenis de Río 2012 al eliminar al primer favorito, al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic (7-6(4) y 7-6(2)).

El serbio, aparentemente nervioso, sobreactuando en las celebraciones y superado por un rival extramotivado, no encontró la fórmula de cortar la entusiasta actitud del argentino.

Del Potro salió fortalecido del Centro Olímpico de Tenis. Una victoria que reactiva una carrera dañada por las lesiones.

La muñeca le obligó no hace mucho al paso por el quirófano. Dos años por la borda poco después de asomarse a la parte alta del circuito, al cuarto puesto mundial meses atrás, en el 2009, de ganar el Abierto de Estados Unidos.

Del Potro, que en Londres 2012 privó al serbio del bronce olímpico, su última victoria de renombre, volvió a tumbar a Djokovic, ganador de siete títulos este año y poseedor de doce Grand Slam, entre ellos el de Roland Garros y Australia en el 2016.

Del Potro, apoyado por la mitad de una grada dividida en un ambiente futbolero, se escondió en su toalla al final. Entre lágrimas. A la espera de que Río 2016 le recupere como jugador. Ahora le espera el portugués Joao Sousa en segunda ronda.