Y la Unión Europea eliminó el 'roaming'

Y la Unión Europea eliminó el 'roaming'

Toda la letra pequeña de la libre circulación telefónica en la Unión Europea: compañías, tarifas, países, límites...

Getty Images/Moment RF

Bye, bye roaming. Este 15 de junio desaparece el sobrecoste de pagar por el uso del móvil fuera del país de origen y uno de los motivos de riesgos cardiovasculares tras recibir la factura posterior al viaje.

Tras más de una década de lucha en las instituciones comunitarias, los ciudadanos podrán usar sus móviles por Europa como si estuvieran en su propio país

Entonces, ¿no more roaming, no more sablazo? La normativa comunitaria elimina casi todo sobrecoste en la factura telefónica cuando se cruzan las fronteras europeas. Casi, porque hay letra pequeña y hay que leerla. ¿Y qué es lo que dicen esas notas al pie? ¿Feel free para usar el móvil fuera de España o cuidadito, cuidadito, que todo suma?

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¿Roami... qué?

Roaming. Sobrecargo o coste de itinerancia que hasta este 15 junio aplicaban las compañías telefónicas por utilizar el móvil fuera del país de residencia, tanto para telefonear como para recibir llamadas, enviar SMS y leerlos, además de por conectarse a Internet. Las telefónicas aplicaban este recargo para compensar lo que las operadoras de otros países les cobran por utilizar sus redes. Pagos muy pequeños en comparación con los márgenes que obtenían las operadoras y razón por la que la Comisión Europea ha aceptado finalmente cortarles este grifo.

¿Tanto se pagaba?

Sí. La Comisión Europea lleva desde 2007 exigiendo reducciones del 92% en estos sobrecostes y el roaming de datos es hoy en día un 96% más barato que en 2012, lo que da una idea del grueso de las facturas de quienes usaban entonces el móvil fuera de su país. Con el abaratamiento de las tarifas, el consumo de datos en el extranjero se multiplicó por cien, según datos de la Comisión.

¿Así tan fácil?

No. Las operadoras seguirán pagando a otras operadoras por los servicios que utilizan sus clientes en otros países.

¿Roam like at home?

Roaming como en casa. Esto es: pagar la misma tarifa que el cliente tenga contratada esté en casa o en el extranjero. Si tu tarifa solo te da 2 GB, esa será la cantidad de datos que podrás consumir tanto dentro como fuera de tu país.

¿Contrato o prepago?

Las dos. El roaming deja de existir para todo tipo de tarifas, tanto contrato como prepago. La única diferencia es que con contrato es automático y con prepago hay que solicitar que se active. Vodafone elimina este sobrecoste en sus tarifas de prepago Vodafone Yu, Internacional Voz, Internacional Smartphone y Fácil. Orange ha hecho lo propio en sus tarifas Go y Mundo.

Desde las organizaciones de consumidores y usuarios advierten que es posible que los móviles con tarjetas prepago puedan incurrir en costes adicionales, ya que el fin del roaming se establece para tarifas de contrato. En ese caso, recomiendan contactar con la operadora para ver cuál es su propuesta. Igualmente, es aconsejable consultar si la operadora tiene algún otro acuerdo con países ajenos a la UE, ya que algunas pueden extender también el fin del roaming al resto de Europa o a Estados Unidos.

Para el consumo de datos, la nueva normativa señala que si se paga por gigas, y el precio nacional es inferior a 7,7 euros por GB, su operador puede aplicar un límite de volumen como el de su domicilio.

¿Cómo usarlo?

Es automático. A diferencia del roaming, que había que solicitarlo a la compañía correspondiente, el Roam like at home se activa solo sin necesidad de contactar con la operadora.

¿Dónde funciona?

En toda la Unión Europea. El caso de Reino Unido es especial por el Brexit, aunque hasta que la Comisión y el Gobierno de Theresa May negocien este paquete, también en el país de los Beatles será posible usar el móvil sin sobrecoste.

¿Y en el resto del mundo?

No funciona, el acuerdo es solo para la Unión Europea, pero muchas compañías telefónicas han decidido motu propio extender esta medida a otros países. Es el caso de Movistar y Orange que eliminan el roaming en Noruega, Islandia y Liechtenstein, y de Vodafone que a estos tres países suma además Estados Unidos, Suiza, Albania y Turquía.

¿Si cruzo una frontera a diario...?

O si eres trabajador transfronterizo. En esos casos, la Unión Europea les concede una protección especial: disponen de una protección específica: si se conectan a la red nacional en cualquier momento del día, esta cuenta como día de presencia.

¿Y dónde está entonces la letra pequeña?

En los límites. La Comisión quiere evitar que se contraten tarifas más baratas de otros países de la Unión Europea para usarlas en el suyo propio. Las compañías impondrán recargos cuando constaten que el cliente ha utilizado el teléfono más fuera de su país que dentro de manera injustificada. La operadora podrá entonces cobrar los recargos máximos establecidos por la Unión Europea: 3,2 céntimos por minuto de llamada, céntimo por SMS enviado y 7,7 por GB descargado, tarifa que tiene una proyección a la baja: costará 6 euros más IVA por GB a partir del enero de 2018; 4,5 euros en 2019; 3,5 euros en 2020; 3 euros en 2021; y, finalmente, los 2,5 euros por GB en enero de 2022.

¿Todo esto es la letra pequeña?

Hay algo más. Los clientes con contratos que ofrecen datos ilimitados o volúmenes de datos a precios unitarios nacionales muy bajos (por debajo del precio máximo al por mayor de 7,7 euros/GB) dispondrán del doble del volumen que puede adquirirse por el valor de su contrato mensual al precio máximo mayorista de los datos de itinerancia (7,7 euros/GB). Superado ese límite, el operador podrá aplicar un pequeño recargo (sin superar el precio máximo al por mayor + IVA).

La cara oculta

El profesor de la UOC José Antonio Morán, que imparte Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación, cree que el fin de los costes de itinerancia es una "medida necesaria", pero prevé una pérdida de calidad del servicios en las zonas más turísticas, como España, donde en verano las redes estarán más sobrecargadas, según informa Efe. Por eso, Morán recuerda que las operadoras de los países más turísticos han sido las más reticentes a la medida europea, ya que puede acabar desembocando en una pérdida de calidad, dado que es posible que la infraestructura actual no pueda aguantar el incremento de conexiones que recibirá a partir de ahora.

En ciudades como Barcelona o Madrid, con mucho turismo, la infraestructura ya estará preparada, pero el problema radica en los municipios pequeños que en verano multiplican su población por el gran número de visitantes que reciben. En estos casos, tanto turistas como habitantes se verán perjudicados, ya que puede ser que a veces no puedan llamar, se corten las llamadas o los dispositivos vayan muy lentos a la hora de navegar.

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