El Parlamento húngaro aprueba la ley que criminaliza ayudar inmigrantes irregulares

El Parlamento húngaro aprueba la ley que criminaliza ayudar inmigrantes irregulares

Castiga con hasta un año de cárcel a quienes ayuden a inmigrantes en situación irregular, entre los que se incluyen refugiados y solicitantes de asilo.

Imagen de archivo del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.REUTERS

El Parlamento de Hungría ha aprobado este miércoles un paquete de leyes que criminaliza a las ONG que ayuda a los inmigrantes indocumentados, a pesar de las críticas expresadas en los últimos meses por las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y por la Comisión Europea.

La ley, bautizada como 'STOP Soros' por el efecto que tendrá para las actividades promovidas por el empresario George Soros, plantea penas de cárcel para los individuos o grupos que ayuden a presentar solicitudes de asilo a inmigrantes que no tienen derecho a protección o que contribuyan a que extranjeros indocumentados se queden en Hungría.

El partido Fidesz, liderado por el primer ministro Viktor Orban, ha hecho valer este miércoles la mayoría de dos tercios de la que goza en el Parlamento desde abril para aprobar esta batería de leyes y, además, una enmienda constitucional que establece que la "población extranjera" no puede ser reubicada en Hungría.

Lo ha hecho sin tener en cuenta las críticas del Consejo de Europa y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y sin esperar al dictamen que prevé publicar en los próximos días la Comisión de Venecia.

"El pueblo húngaro expera legítimamente que el Gobierno use todos los medios necesarios para combatir la inmigración ilegal y las actividades que contribuyan a ella", ha explicado el ministro del Interior, Sandor Pinter, para justificar las nuevas leyes. "Queremos utilizar las leyes para impedir que Hungría se convierta en un país de inmigrantes", ha añadido.

Las estadísticas oficiales cifran en 3.555 los refugiados que residían en abril en Hungría, un país de diez millones de habitantes, y en los primeros cuatro meses del año se registraron 342 peticiones de asilo.

La condena de Unicef

La directora regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Europa Central y Asia, Afshan Khan, ha expresado su profunda preocupación tras la aprobación de la polémica ley, porque "perpetuará peligrosos malentendidos basados en el racismo y la discriminación".

"UNICEF está profundamente preocupado por la aprobación hoy, por parte del Parlamento húngaro, de una medida que convierte en ilegal que las organizaciones y los individuos proporcionen apoyo básico y protección a los niños refugiados y migrantes y sus familias", ha dicho Khan en un comunicado.

La jefa regional de UNICEF ha recordado que "la sociedad civil juega un papel vital en la protección de los derechos de todos los niños, incluidos los más vulnerables".

"Limitar ese papel", ha alertado, "causaría más daño a los niños que ya se han visto forzados a dejar sus hogares, a menudo experimentando viajes traumáticos, y perpetuará peligrosos malentendidos basados en el racismo y la discriminación".

Khan ha pedido a Hungría "permanecer firme en su compromiso de proteger los derechos de todos los niños, como firmante de la Convención sobre los Derechos del Niño", así como "en su cumplimiento de las leyes internacionales y de la Unión Europea".

"UNICEF está preparado para apoyar al Gobierno húngaro en sus esfuerzos por proteger y promover los derechos de todos los niños", ha afirmado. El año pasado, 1.580 niños pidieron asilo en Hungría, lo que constituye menos del uno por ciento de los niños solicitantes de asilo registrados en Europa, de acuerdo con la agencia de la ONU.

Europa trata de desbloquear su bloqueo migratorio

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha invitado a los mandatarios europeos de varios países, entre ellos Alemania, Italia y España, a una reunión el domingo en Bruselas para intentar desbloquear la política migratoria que divide al bloque.

"Invité a una reunión de trabajo informal sobre las cuestiones de migración y asilo a un grupo Estados miembros interesados" con el objetivo "de trabajar en soluciones europeos" de cara a la cumbre prevista la próxima semana, ha anunciado Juncker en su cuenta Twitter.

Los europeos querían plasmar en su cumbre del 28 y 29 de junio su solución para la reforma de la política de asilo, tres años después de que el bloque enfrentara su mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial y que sigue dividiendo a los 28 países.

Y ante un posible fracaso, Juncker ha decidido convocar a los mandatarios de ocho países para intentar desbloquear la cuestión, si bien los eventuales "resultados" o "decisiones" serán para la cumbre de la próxima semana, según una fuente europea.

La canciller alemana, Angela Merkel, quien abanderó la política de acogida de refugiados en 2015, participará en la reunión, bajo presión por la amenaza de sus socios de la CSU, dipuestos a derrocarla si no endurece su política migratoria.

Además de Merkel, el presidente francés, Emmanuel Macron, el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro maltés, Joseph Muscat, confirmaron su asistencia a la reunión prevista en la sede de la Comisión Europea en Bruselas, según sus gobiernos.

Jean-Claude Juncker también invitó a la reunión al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y su par griego, Alexis Tsipras, cuyos países estuvieron en primera línea de la crisis migratoria con la llegada de casi 1,5 millones de migrantes desde 2015.

Los líderes búlgaro y austríaco, que ejercen en 2018 la presidencia pro témpore de la UE, también fueron invitados a la reunión. Juncker hizo extensiva la invitación a los 28 después que los primeros ministros de Bélgica y Holanda expresaran su voluntad de acudir.

La crisis del "Aquarius", un barco fletado por una oenegé con más de 600 migrantes socorridos en el mar a bordo y que tuvo que desembarcar finalmente en España ante la negativa de Italia y Malta, refleja el nivel de tensión entre los países.

Para lograr una respuesta común, la UE parece priorizar el aspecto exterior de la migración, como la protección de fronteras, por delante del asilo de refugiados, que rechazan países como Hungría.