Investigan por corrupción al canciller de Austria, uno de los invitados a la Convención del PP

Investigan por corrupción al canciller de Austria, uno de los invitados a la Convención del PP

Se estudia un supuesto caso de malversación y soborno por usar fondos públicos para pagar a un diario encuestas que beneficiaban a su formación.

El canciller federal austríaco, el conservador Sebastian Kurz, está siendo investigado por un supuesto caso de malversación y soborno en el que se habrían usado fondos públicos para pagar a un diario encuestas que beneficiaban a su formación política, según informó hoy la Fiscalía anticorrupción en Viena.

La Fiscalía confirmó en un comunicado que se ha abierto una investigación contra Kurz y otras nueve personas, así como contra tres entidades jurídicas.

Según los medios austríacos, entre las entidades jurídicas investigadas se encuentra el gobernante Partido Popular austríaco (ÖVP), presidido por Kurz, y el diario sensacionalista Österreich.

Los fiscales sospechan que el Ministerio de Finanzas habría pagado entre 2016 y 2018 a ese diario para que publicara encuestas y artículos favorables al ÖVP y al propio Kurz, que entonces era ministro de Exteriores y ya estaba buscando hacerse con la dirección del partido.

El canciller fue uno de los invitados de la reciente convención nacional del Partido Popular (aunque intervino de forma telemática y no presencial). La cita popular ha tenido algunos invitados polémicos, como el expresidente francés Nicolás Sarkozy, que participó el 29 de septiembre en la convención de Pablo Casado, y al día siguiente fue condenado por corrupción. También el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, cuyo nombre sale en los Papeles de Pandora.

Encuestas partidistas

Según la Fiscalía, se investigan “encuestas exclusivamente partidistas, a veces manipuladas, de una empresa de estudios de opinión, que se usaron en interés de un partido político y de sus altos funcionarios”.

Österreich (Austria, en alemán) habría publicado los resultados de esas encuestas, sin especificar que se trataba de publicidad, e incluso usado esos datos en sus editoriales.

La Fiscalía mantiene que, a cambio, se hicieron pagos a la empresa editora del diario, dueña de otros medios de comunicación, en el marco de acuerdos de cooperación publicitaria.

Esos pagos fueron en gran parte “una contraprestación a la posibilidad dada a los acusados de influir en la cobertura editorial de ese medio de comunicación”, señala la Fiscalía.

Según el diario liberal Der Standard, Anticorrupción considera que Kurz era “la persona central” y que parte de esta operación tenían como principal objetivo beneficiar al entonces ministro de Exteriores.

Como parte de la investigación se produjeron hoy registros en la sede central del ÖVP en Viena y en las oficinas del Ministerio de Finanzas y de la propia Cancillería federal (jefatura del Gobierno).

Todo fabricado

Kurz reaccionó hoy mismo diciendo que se trata de “acusaciones construidas”. “Se extraen fragmentos de mensajes de texto y se sitúan en un contexto falso para montar en torno a ellos acusaciones penales construidas”, se defendió el conservador en declaraciones a la emisora pública ORF, en referencia a SMS intercambiados entre sus colaboradores y en los que se basan algunas acusaciones.

La oposición de socialdemócratas, ultranacionalistas y liberales pidió la dimisión de Kurz y exigió celebrar una sesión extraordinaria del Parlamento austríaco.

El ÖVP, que lidera desde 2020 una coalición con el ecologista Los Verdes, rechazó las acusaciones, que afectan a varios exministros y al actual titular de Finanzas, Gernot Blümel, como un intento de dañar a la formación política y a su líder.

Falso testimonio

Por su parte, Österreich negó hoy en un comunicado cualquier mala práctica asegurando que se trata de un “malentendido”, ya que es habitual publicar encuestas políticas, mientras que los sondeos y estudios encargados por Finanzas no tienen nada que ver con las que fueron publicadas.

Los problemas de Kurz con la Fiscalía anticorrupción no se limitan a este caso, que ha estallado mientras el jefe de Gobierno participa en la cumbre de líderes de la Unión Europea sobre los Balcanes en Eslovenia.

El joven canciller, de 35 años, es acusado de falso testimonio ante la comisión parlamentaria que investiga el “caso Ibiza”, un escándalo de corrupción que en mayo de 2019 tumbó la coalición que él mismo lideraba entonces con el partido ultranacionalista FPÖ.