La Cumbre Social de Oporto: un punto de inflexión para una Europa de la ciudadanía

La Cumbre Social de Oporto: un punto de inflexión para una Europa de la ciudadanía

Oporto debe ser un punto de inflexión para aplicar los 20 principios anunciados en el pilar social europeo hace tres años.

El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, firma la declaración conjunta relativa a la Conferencia sobre el Futuro de Europa.Anadolu Agency via Getty Images

Ahora que comenzamos el segundo año de pandemia, una cosa es evidente: los países que tienen servicios públicos sólidos y redes de apoyo han estado mejor preparados para enfrentar la crisis de la covid-19, tanto en su impacto sanitario como en el económico. Estamos hablando de hospitales públicos con suficientes camas de cuidados intensivos, personal, medicamentos, y también la salud mental de quienes corren el riesgo de perder su trabajo o su empresa. También de los ancianos y ancianas de las residencias, el profesorado que tuvo que impartir clases en línea, y los niños y niñas que necesitan un ordenador en casa.

La crisis de la covid-19 ha puesto de relieve una certeza: que las recetas neoliberales quizá eleven la cifra del PIB, pero destruyen la vida de las personas, aumentan la brecha entre ricos y pobres y condenan a la mayoría a la precariedad. Si hay algo de lo que podemos estar orgullosos en Europa es precisamente de nuestro modelo social. Un Eurobarómetro reciente lo ha confirmado: 9 de cada 10 europeos consideran que una Europa social es importante para ellos personalmente. Ha llegado el momento de escucharlos.

Las recetas neoliberales quizá eleven la cifra del PIB, pero destruyen la vida de las personas

Portugal fue un ejemplo con su respuesta a la crisis financiera de 2008, basada en la solidaridad. Ahora, aprovecha su presidencia rotatoria de la Unión Europea para impulsar la agenda social. Este viernes en Oporto se pone en marcha una nueva Europa, que debe poner fin a décadas de debilitamiento del modelo social y responder a los desafíos actuales. Las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos de trabajadores adoptarán una declaración sobre una nueva hoja de ruta, previa a la Cumbre Social con los jefes de Gobierno de la UE. Los y las líderes nacionales tienen que estar a la altura.

Oporto debe ser un punto de inflexión para aplicar los 20 principios anunciados en el pilar social europeo hace tres años. Es el momento de pasar de las palabras a la acción con un plan integral, hecho de medidas legislativas y un fuerte compromiso político al más alto nivel. Necesitamos un calendario claro con la vista puesta en 2030.

En coordinación con el comisario Nicolas Schmit, los Socialistas y Demócratas ya propusimos algunos pasos importantes en este mandato, como la directiva sobre salarios mínimos. Debemos evitar un mayor deterioro de las condiciones laborales. No podemos lograr la transición verde si los trabajadores y trabajadoras pagan el precio mientras las élites siguen aumentando sus bonificaciones. Y lo mismo ocurre con la revolución digital. O aseguramos una transición justa o perderemos el apoyo de la ciudadanía.

No podemos lograr la transición verde si los trabajadores y trabajadoras pagan el precio mientras las élites siguen aumentando sus bonificaciones

Una sociedad cohesionada debe construirse sobre la base de la justicia y la igualdad de oportunidades. Por tanto, la brecha salarial de género debe desaparecer. Si queremos construir una Europa de la ciudadanía, los europeos y europeas deben tener cubiertas sus necesidades básicas. Solo así podrán permitirse pensar en su papel en nuestra democracia compartida.

Esto significa erradicar la pobreza y también garantizar una vivienda asequible y decente para todos y todas, así como una buena educación y trabajos dignos. Es inaceptable que uno de cada 10 europeos esté en riesgo de pobreza, incluidas personas que tienen un empleo, y uno de cada cinco niños en la UE esté en riesgo de pobreza o exclusión social.

Todos estos cambios exigen una reforma de las reglas fiscales para que los Estados miembros puedan invertir en políticas públicas. Por eso seguimos pidiendo una regla de oro para la inversión social. Y seguiremos insistiendo en la creación de un verdadero plan europeo de garantía del desempleo.

Una Europa social significa que la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo deben dar prioridad a las personas, también en el contexto del Semestre Europeo. La inversión social debe ser reconocida como un activo, porque la protección social contribuye a una economía más resiliente y sostenible. Es una satisfacción ver que las instituciones de la UE han comenzado a apartarse de la austeridad, pero tenemos que pasar la página por completo y aceptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU como la única forma de implementar el Pacto Verde Europeo.

La ciudadanía nos dice que sus principales preocupaciones son la igualdad de oportunidades y el acceso al mercado laboral, condiciones laborales justas y acceso a una atención médica de calidad. Si no los escuchamos, la Conferencia sobre el Futuro de Europa será en vano. No podemos abrir un debate sobre nuestro futuro común si ni siquiera podemos atender a lo que nos están reclamando de manera urgente.

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