La historia detrás de Cora, la perrita del selfie que emociona a decenas de miles de personas

La historia detrás de Cora, la perrita del selfie que emociona a decenas de miles de personas

Esta perrita aventurera llena un hueco en su familia y los acompaña en gran parte de sus viajes.

El selfie viral de Alfredo y Cora frente a la catedral de Santiago.Alfredo, dueño de Cora.

Cora es una Border Collie de 7 años que conmovió a muchos usuarios de Twitter después de que una persona compartiera unas fotos de su dueño haciéndose selfies con ella frente a la catedral de Santiago de Compostela. “Señor que ayer se sacaba fotos con su perrete en la catedral… no sé quién eres, pero te amo”, comentaba el tuitero @tomasrfon hace apenas una semana.

El tuit comenzó a ser muy compartido en la red social y a día de hoy cuenta con más de 60.000 ‘me gusta’. La viralidad del post hizo que llegara hasta los dueños de la perrita y Luisa comentó en el tuit con la foto original que se estaban tomando en el momento que les vio Tomás. “Es mi marido Alfredo con Cora paseando por Santiago. Cora siempre viene con nosotros a todos los viajes que podemos llevarla. Esta es la foto”, escribía Luisa con su cuenta de Twitter.

“Nos avisaron los amigos de mis hijos que Alfredo se estaba haciendo viral, nos hizo gracia y por eso compartí el otro lado del selfie”, explica Luisa, la dueña de Cora. La familia se tomó bien la inesperada reacción de Twitter ante este gesto de Alfredo con Cora, pero en un primer momento no vieron del todo bien que alguien les sacara una foto sin permiso y la publicara.

“En este caso es una tontería, pero entiendo que si se hubiera tratado de algo más privado o personal hubiera sido un gran problema viendo la velocidad a la que se comparte la información”, comenta Luisa, aún sorprendida por la popularidad del tuit. “Además Alfredo no tiene redes sociales”, añade en referencia a su marido, protagonista del selfie junto a Cora.

En vista de la popularidad y el cariño que recibió la pequeña Border Collie a raíz del tuit, los hijos de Luisa y Alfredo crearon una cuenta de Instagram llamada @coralaperraaventurera donde publican fotografías y momentos que la familia comparte junto a su mascota. “Soy la perra del selfi!”, señala en su biografía. “Cora es una más de la familia y tenemos miles de fotos con ella”, apunta su dueña.

La familia suele llevar a Cora con ellos en gran parte de sus viajes por el país, “excepto cuando vamos en avión, que se queda en casa porque no queremos llevarla en la bodega”, señala Luisa. Cuando realizaron el famoso selfie, la familia se encontraba en Santiago de Compostela de vacaciones, lugar donde actualmente reside su hija.

Las mascotas llegan a convertirse en un miembro más de la familia y cuando Cora llegó a la vida de Luisa y Alfredo, llenó un hueco muy grande. “Nosotros siempre hemos tenido perro y yo siempre había dicho que no quería más, que el cariño no se mide y cuando les pasa algo se sufre mucho”, relata Luisa.

“Hace años adoptamos una perrita de un refugio y era un amor, super agradecida y feliz, parecía que entendía lo que habíamos hecho por ella”, recuerda. “Nos hizo muy felices, pero cuando llevaba en casa más de dos años, un 3 de enero la mató un coche en la puerta de casa, aún lloro al recordarlo”, relata Luisa con tristeza. “Fueron los peores Reyes que recordaremos en casa, nada tenía valor, hubiéramos devuelto todos esos regalos por Gina”.

Al tiempo, el hijo mayor de la familia pensó que necesitaban una nueva cachorrita en casa y aquí llegó Cora. “Era pequeña, pobrecilla, nadie la quería porque aún teníamos el recuerdo de Gina”, explica. “Poco a poco fuimos aceptando la pérdida y dimos su sitio a la nueva miembro de la familia. De esto hace ya siete años”, confiesa Luisa.

  Cora, la Border Collie de Luisa y Alfredo.Luisa

La familia ha recibido muchos comentarios bonitos y de apoyo hacia Cora, pero a Luisa le gustaría aprovechar esta situación para dar visibilidad a una importante cuestión: “Ojalá todo esto sirva para dar visibilidad al turismo con perros, sería genial darle un empujoncito”.

Para Luisa, aún hay mucho que mejorar en cuanto a lugares “dog friendly” y eso es algo de lo que se han dado cuenta en muchos de sus viajes. “Siempre tenemos que comer en terrazas y no todos los restaurantes lo permiten, tampoco podemos pasar a museos y lo entiendo, pero estaría bien que habilitaran una especie de guardería vigilada que pudiéramos pagar para acceder, por ejemplo, a las Cuevas del Soplao o al museo de la Catedral de Santiago”, sugiere la dueña de Cora.

Si tuvieran que explicar en una frase qué es Cora para ellos, toda la familia coincide: “Es una más de la familia y para Alfredo, además, es su compañera de paseos. Ella nos ha admitido en su manada y nos cuida, va pendiente de nosotros, que no le falte ninguno”.