Salvador Ramos, el chaval que se regaló dos rifles el día que cumplió los 18

Salvador Ramos, el chaval que se regaló dos rifles el día que cumplió los 18

El atacante de la escuela de Uvalde, estudiante de Secundaria, disparó a su abuela antes de cometer la carnicería. Aún se desconocen sus motivaciones.

Salvador Ramos, identificado como el atacante de Uvalde.Youtube

Se llamaba Salvador Rolando Ramos, tenía apenas 18 años y ha sido identificado como el autor de la matanza en la escuela de primaria Robb de la localidad de Uvalde (Texas), donde ha dejado al menos 21 muertos. La escuela festejaba este martes el último día de clases cuando este chaval, muerto por la policía tras su carnicería, atacó por motivos que aún no están claros. El diario The Washington Post ha sido el primero en publicar que sufrió acoso escolar en su infancia y que se había vuelto más agresivo en los últimos tiempos, según el relato de sus familiares y amigos.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha explicado que el joven compró dos rifles de asalto el día que cumplió la mayoría de edad. Antes de dirigirse a la escuela y abrir fuego con una pistola y un rifle, había disparado a su abuela, de 66 años. La agencia AP sostiene que la mujer sobrevivió al tiro pero se desconoce su estado. Se encuentra ingresada en un hospital de San Antonio.

Equipado con un chaleco antibalas y un rifle, según el sargento Erick Estrada, del Departamento de Seguridad de Texas, el joven huyó en un automóvil que abandonó cerca de la escuela de primaria Robb, después de sufrir un “espectacular accidente”.

Ya en el colegio, fue matando a toda persona con la que se iba cruzando, sin importarle si era mayor o niño. Entre las víctimas hay tanto escolares como profesores. Tras ello, Ramos formó una trinchera para enfrentarse a los agentes de la policía que se desplazaron hasta el lugar del crimen, donde fue abatido pocos minutos después, tras un intercambio de disparos.

La prensa estadounidense sostiene que Salvador Ramos publicó fotos de su arsenal de armas en la red social Instagram. Antes de llevar a cabo la matanza, envió un mensaje a un usuario aún no identificado insinuando que estaba planeando un ataque: “Tengo un pequeño secreto. Quiero decirte. Agradece que te etiqueté”. El usuario respondió: “No, este sitio da miedo”. El perfil social del atacante ha sido ya eliminado, pero los medios que lo han logrado consultar antes sostienen que en algunas imágenes se le podía se puede ver al atacante con un cargador de rifles o con dos rifles semiautomáticos.

‘Bullying’, entorno violento y pobreza

Según las primeras investigaciones, el agresor era ciudadano estadounidense y estaba cursando la secundaria en un instituto de la misma localidad, de poco más de 16.000 habitantes. Ya preparaba el acceso a la universidad. Un excompañero de clase, con el que aun seguía quedando de vez en cuando para jugar a los videojuegos, cuenta a la CNN que sufría bullying en la escuela. Otros alumnos se burlaban de él por la ropa que vestía y por la situación de vulnerabilidad económica de su familia.

Estas mofas llevaron a Ramos a acudir menos al colegio. ”Él no quería ir a clase y, simplemente, lo fue dejando poco a poco. Rara vez venía”, ha contado el que fuera su compañero. Después de la graduación, explica el chico al citado medio, perdieron más el contacto, pero Ramos le escribía cada pocos meses para quedar y jugar a la consola.

Días antes del ataque, al compañero, que no ha querido revelar su nombre a la prensa, recibió un mensaje del asesino en l que le enseñaba un arma y una bolsa llena de municiones. Fue hace cuatro días y él no dudó en preguntarle por qué tenía eso. Ramos le contestó: “No te preocupes. Me veo muy diferente ahora, no me reconocerías”.

El Washington Post recoge que era un joven solitario, que de pequeño había sufrido acoso escolar por sus dificultades para hablar. También, que creció en un entorno violento y había desarrollado recientemente comportamientos agresivos contra compañeros y extraños.

Lo hacía también contra sí mismo. Según ha revelado un amigo de Ramos, Santos Valdez, recientemente le había visto en un parque donde habitualmente jugaba al baloncesto con la cara llena de cortes. Primero le dijo que había sido un gato, después le contó que él mismo se había cortado la cara con cuchillos.

La Policía local asegura que, según todos los indicios, Ramos actuó solo. Ahora se afana en reconstruir el perfil del asesino y los motivos que le han llevado a provocar esta “carnicería”, como la ha denominado el presidente Joe Biden. Es una incógnita, por ahora. Sólo tenemos su foto policial, que muestra a un joven con cabello castaño hasta los hombros, de rostro pálido e inexpresivo. Y 21 muertos a sus espaldas.