Un desgastado partido del Kremlin busca la mayoría en elecciones legislativas rusas

Un desgastado partido del Kremlin busca la mayoría en elecciones legislativas rusas

Las urnas estarán abiertas hasta el domingo.

Vladimir Putin. Mikhail Metzel via Getty Images

El partido oficialista Rusia Unida, desgastado por la pandemia del coronavirus y los 20 años que lleva en el poder, busca renovar a partir de este viernes la mayoría constitucional en la Duma o Cámara Baja ante unos comunistas que podrían aglutinar el voto de protesta de la marginada oposición al Kremlin.

“Necesitamos un Parlamento fuerte (...), que los diputados de la nueva Duma actúen en favor de los intereses de Rusia y su pueblo”, dijo el presidente ruso, Vladímir Putin, en un mensaje televisado.

Es la segunda vez que los rusos podrán acudir a las urnas durante tres días -ya lo hicieron en el referéndum constitucional de 2020-, a lo que hay que sumar la opción en Moscú y otras seis regiones de votar de manera electrónica.

La Comisión Electoral Central (CEC) justificó la introducción de dicho sistema con la necesidad de minimizar los riesgos de contagio de coronavirus, pero la oposición lo considera un inmejorable instrumento de fraude en manos de las autoridades.

Rusia Unida, formación fundada en 2001, controla con mano de hierro la Duma desde 2003, pero la contracción económica de los últimos años, la caída de los ingresos de los rusos y las restricciones vinculadas con la pandemia del coronavirus han hecho mella en su popularidad.

Según el último sondeo del Centro de Estudio de la Opinión Pública (Vtsiom) -cercano al Kremlin-, Rusia Unida tiene una intención de voto del 29,3 %.

“La situación económica es muy complicada. La vida de los rusos ha empeorado mucho en los últimos años y la reforma de pensiones en 2018 ha minado la confianza en el partido en el poder”, comentó a Efe Dmitri Nóvikov, número dos del Partido Comunista de Rusia (PCR).

Los 450 diputados que se renovarán en la Duma se eligen según un sistema mixto: una mitad, por listas de partidos, y la otra, por cincunscripciones mayoritarias.

Los analistas predicen que Rusia Unida puede perder terreno en la votación por listas, pero asegurarse la mayoría constitucional -más de 300 escaños- gracias a las circunscripciones, donde el escrutinio es más fácilmente manipulable.

Con el fin de asegurarse el apoyo de las familias con hijos, los pensionistas y los militares, Putin prometió en vísperas de la votación subsidios y nuevos programas sociales, el punto fuerte de los comunistas.

Si Putin decide presentarse a la reelección en 2024 -según la nueva Constitución, podrá permanecer en el poder hasta 2036-, necesitará que el partido del Kremlin controle la Cámara Baja del Parlamento.

La alternativa comunista

Dado que los principales líderes de la oposición extraparlamentaria han sido apartados, la única formación que puede hacerle sombra al oficialismo es el Partido de los Comunistas, la segunda formación en el Legislativo.

Las encuestas le dan un 16,6 % de intención de voto, pero los comunistas cuentan, además, con muchas opciones de batir a los candidatos oficialistas en varias regiones rusas, especialmente en Siberia y las zonas industriales.

“Según nuestras encuestas, doblaremos los resultados de 2016”, pronosticó Nóvikov.

En su favor también juega el “Voto Inteligente”, programa ideado por el encarcelado líder opositor, Alexéi Navalni, para desbancar a Rusia Unida.

La lista alternativa que Navalni propone a sus partidarios en una aplicación electrónica que las autoridades intentan bloquear incluye a más de 1.200 candidatos, de los que la mayoría son comunistas.

Boicot opositor

Los comunistas ven las dos primeras jornadas de votación como una tapadera para que las autoridades puedan “corregir los resultados negativos” en algunas circunscripciones.

“Para defender la limpieza de las elecciones, pedimos a todos nuestros votantes no acudir a las urnas los dos primeros días. Llamanos a votar solo el domingo”, apuntó.

Nóvikov considera que esa es la única forma de “minimizar las posibilidades de manipulación” de los resultados durante la votación y el escrutinio.

Su partido también llama a renunciar al voto electrónico, en el que participarán 2,6 millones de rusos, según la CEC.

“La digitalización puede ser buena o mala. En el caso de unas elecciones, deben haber unas auténticas urnas, papeletas y bolígrafos”, afirma.

Presiones occidentales

En víspera de la votación, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que considera que la Unión Europea “debe prepararse” para no reconocer a la Duma que salga de las elecciones rusas “si estas no cumplen con los principios democráticos y la legislación internacional”.

Un total de 250 observadores internacionales vigilarán los comicios, de acuerdo con la CEC.

“Lo único positivo es que la resolución es solo una recomendación”, replicó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, al que los eurodiputados tacharon de “una cleptocracia autoritaria estancada dirigida por un presidente vitalicio rodeado de un círculo de oligarcas”.

Además, las autoridades rusas volvieron a presionar hoy a los gigantes tecnológicos estadounidenses Google y Apple para que borren de sus plataformas la aplicación del “Voto Inteligente”, ya que lo consideran una injerencia en las elecciones rusas, motivo por el que la pasada semana ya fue citado el embajador de EEUU.