Acusan a Rusia de usar el temido ‘sol abrasador’

Acusan a Rusia de usar el temido ‘sol abrasador’

La utilización de esta arma en el conflicto ha alarmado a toda la comunidad internacional.

TOS-1A de RusiaSOPA Images

La crudeza de la guerra entre Ucrania y Rusia ha superado cualquier tipo de previsión que pudiera haberse realizado en marzo del pasado año. El número de muertes por ambos bandos, los equipamientos de unos y otros y la tecnología punta utilizada durante todo el conflicto han hecho que las imágenes que se han podido ver durante esta guerra, se correspondan con las más duras que hayan tenido lugar en un conflicto armado durante este siglo.

Tanto por parte de Rusia como de Ucrania, el desarrollo tecnológico respecto al armamento y vehículos de combate ha llevado la guerra una dimensión desconocida hasta el momento. De entre todas ellas destaca una que ha apabullado al mundo: los TOS-1A.

Se trata de un arma que genera pavor en los enemigos, debido a su funcionamiento, impacto y consecuencias. Su funcionamiento se caracteriza por el uso de cohetes termobáricos, lo que le da la categoría de lanzallamas. Son conocidos como explosivos combustible-aire o bombas de vacío, ya que cuando impacta, libera una mezcla de combustible y aire que forma una nube.

Conocida como "Sol abrasador"

Su capacidad destructiva es asombrosa, ya que puede alcanzar los 3.000ºC y una presión de hasta tres megapascales, algo que le ha otorgado el nombre de "Sol abrasador", y puede carbonizar a cualquier persona que se encuentre en un espacio no hermético de forma instantánea en un área de 40.000 metros cuadrados, ya sea por asfixia, la onda expansiva o el propio impacto, además de acabar con cualquier estructura, fortificación o vehículo blindado.

Está montado sobre un chasis de tanque T-72, en el que, en lugar de una torreta, hay un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes con 24 cañones de 220 mm y 3,72 metros de longitud, pudiendo alcanzar los 60 km/h y disparar un máximo de 72 misiles y su fabricación corrió a cargo de la empresa rusa Omsktransmash, encargada por el Ejército de la URRS desde 1988, y siendo utilizado por primera vez en tierras afganas.

Al tratarse de un sistema de ataque tan complejo y devastador, a día de hoy es imposible que Ucrania pueda contrarrestarlo de ninguna forma, aunque de las 72 unidades con las que Rusia contaba al inicio de la contienda, se sabe que Ucrania ha logrado hacerse con el control de algunas de ellas, que quedaron abandonadas por las tropas rusas.