Alerta entre los soldados rusos por la "trampa de maullidos" ucraniana: la empatía se paga con explosivos
Los gatos son apreciados en el frente y suelen ser rescatados y adoptados por los soldados de ambos bandos.

Los soldados rusos que luchan contra los ucranianos en la guerra desatada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022 se han quejado en la televisión rusa de la "trampa de maullidos" de las tropas ucranianas. Un soldados ruso relata que esta consiste en colocar granadas o minas en, por ejemplo, las mesitas de noche de una zona reción conquistada, a las que se conecta un altavoz que reproduce el maullido de un gato.
Los gatos suelen ser rescatados y adoptados por los soldados de ambos bandos de la guerra y luego sirven, entre otras cosas, como mascota del regimiento, lo que permite desestrar, al menos, un poco a los soldados. Además, los gatos son muy valorados en el frente porque reducen el número de roedores en las trincheras.
Por este motivo, muchos soldados, si oyen un gato en algún lugar, intentan encontrarlo y ayudarlo, lo que algunos ucranianos parecen aprovechar, según ha publicado el medio polaco WP Tech, que resalta que hay que tener en cuenta que la mayoría de los materiales difundido por la televisión rusa son propaganda.
Este tipo de trampas, sin embargo, no son sorprendentes durante esta guerra. Los rusos ya hicieron lo mismo cuando, por ejemplo, se retiraron de Bucha, donde incluso se extrajeron juguetes para niños junto a explosivos.
Las trampas explosivas están fuertemente reguladas por el Protocolo II, añadido en 1996 a la Convención sobre la prohibición o restricción del uso de ciertas armas convencionales, que entró en vigor en 1983. Y tanto Rusia como Ucrania no sólo han firmado, sino también ratificado esta convención.
Sin embargo, en la brutal realidad de la guerra se producen numerosos casos de violaciones de las convenciones y del derecho internacional humanitario en Ucrania. Las trampas explosivas son explosivos improvisados a base de granadas, minas antipersona y dispositivos caseros fabricados a partir de municiones sin detonar, material explosivo y, en sentido amplio, chatarra de metal. El detonador suele ser una simple mecha a presión o una cuerda estirada, que al tirar provoca una explosión.