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China cambia las reglas de los vuelos hipersónicos al resucitar el "motor imposible" de los años 70

China cambia las reglas de los vuelos hipersónicos al resucitar el "motor imposible" de los años 70 

EEUU lo abandonó por su extrema complejidad técnica, pero un equipo de la Academia China de Tecnología de Lanzamiento lo ha revivido con éxito. El Ejército del gigante asiático mira atento. 

Recreación de una aeronave con motor hipersónico.YOUTUBE

China está cambiando las reglas de los vuelos hipersónicos al resucitar el llamado "motor imposible", que fue creado en los años 50 del siglo pasado y que fue abandonado por Estados Unidos. Ahora, científicos del gigante asiático han probado con éxito una cámara de motor de detonación oblicua que simula condiciones de vuelo a Mach 8 (se entiende mejor si se recuerda que Mach 1 es la velocidad del sonido) y una altitud de 30 kilómetros. "Podría alcanzar 16 veces la velocidad del sonido" cuando los test estén a pleno rendimiento, sostiene el portal portugués ZAP.

Ha sido un equipo de investigadores de la Academia China de Tecnología de Lanzamiento (CALT) el que ha logrado avanzar en el motor de detonación oblicua (ODE). El concepto, que hasta ahora parecía ciencia ficción, contempla un sistema de propulsión sin partes móviles mediante el acoplamiento de ondas de choque con la combustión. Este "motor imposible" fue diseñado por científicos norteamericanos en 1958 y abandonado décadas después debido a su extrema complejidad técnica.

El experimento CALT logró encender y mantener ondas de detonación estables durante más de dos segundos, lo que "demuestra la viabilidad técnica del concepto para uso militar", dice el medio, que cita a Yang Yang , primer autor del artículo que presenta la investigación, publicado este mes en el Journal of Aerospace Power.

En 1978, los científicos de la NASA teorizaron que este concepto podría permitir un vuelo hipersónico sostenido a velocidades de Mach 6 a 16, pero la idea enfrentó escepticismo debido a obstáculos técnicos extremos .

En diciembre del año pasado, un equipo dirigido por la Academia de Ciencias de China logró una detonación de 50 milisegundos en un túnel de viento a Mach 9. El experimento fue tratado en ese momento por la comunidad científica como una curiosidad de laboratorio, dada la duración ultrabaja de la detonación. Ahora, la prueba CALT –40 veces más larga y con ondas de detonación visibles y estabilizadas– disipa todas las dudas, señala el South China Morning Post.

"Dentro de la cámara de combustión del motor experimental, un inyector de combustible central con cuatro orificios de 0,3 mm de diámetro rociaba combustible de aviación convencional ( parafina RP-3 ) en una corriente de aire supersónica. Una cuña de 20 grados con un par de orejetas de 2 mm provocó la detonación", detalla la publicación.

A pesar de este progreso, los autores del estudio reconocen algunas limitaciones críticas. Por ejemplo, el combustible penetró sólo el 39% del canal de flujo de 90 mm de alto, dejando las regiones exteriores pobres en combustible , mientras que las fluctuaciones de presión en el escape perturbaron intermitentemente la estabilidad de las olas. El equipo ha planteado algunas soluciones, como ampliar la longitud de los canales de mezcla de combustible y aire y rediseñar el inyector.

Aunque todavía pueden pasar algunos años antes de que ODE pueda llevarnos de Madrid a Pekín en sólo un par de horas, la tecnología podría encontrar un uso inicial en algunas aplicaciones militares. Una evaluación del ODE realizada en febrero por la Academia de Misiles Aerotransportados de China, que desarrolló el poderoso misil PL-15E que a principios de este mes derribó varios aviones indios, sugirió que una prueba en tierra que dure más de un segundo sería un umbral crítico para convencer a los militares de aplicar la tecnología a los sistemas de armas.

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El ejército chino también, dice ZAP, está interesado en utilizar la nueva tecnología de propulsión en proyectiles inteligentes para la artillería de próxima generación, de modo que puedan alcanzar objetivos a una distancia mucho mayor que los proyectiles no propulsados.