El autor de un triple asesinato en Madrid, repatriado como preso político desde Venezuela a EEUU
Dahud Hanid Ortiz solo había cumplido seis meses de condena cuando apareció en Texas, entre los estadounidenses que el régimen de Maduro entregó a Washington.

Dahud Hanid Ortiz, un exmarine con nacionalidad venezolana y estadounidense, cometió en 2016 uno de los crímenes más salvajes de la última década en Madrid. Aquel 22 de junio viajó desde Alemania al barrio de Usera, convencido de que su exmujer mantenía una relación con un abogado madrileño. Entró en su despacho dispuesto a matarlo, pero no lo encontró. En su lugar acuchilló a Pepe Castillo, un cliente al que confundió con su objetivo y a dos trabajadoras, Maritza Osorio y Elisa Consuegra. Luego incendió la oficina.
Ortiz huyó a América Latina después de fabricarse una coartada con facturas, fotografías y movimientos de su teléfono móvil. Pero la investigación del grupo V de Homicidios de la Policía Nacional consiguió reconstruir el crimen y situarlo en Venezuela en 2018, donde acabó detenido. Un tribunal de Caracas lo condenó a 30 años de cárcel, la pena máxima en el país, y el Tribunal Supremo venezolano ratificó la sentencia en enero de 2024. Seis meses después, el exmarine ha reaparecido en Texas, entre aplausos, como parte de un canje de presos entre EEUU y el régimen de Nicolás Maduro. Nadie ha explicado por qué.
En las imágenes que han difundido medios estadounidenses como CNN, se ve a Ortiz saludando a cámara, envuelto en una bandera de EEUU, junto a otros nueve ciudadanos repatriados como supuestos presos políticos. Su nombre figura en la lista oficial con una leve variación: 'Danud' en lugar de Dahud. La ONG venezolana Foro Penal —referente en la defensa de derechos humanos y en el seguimiento de la población reclusa por motivos políticos— lo identificó enseguida y el viernes advirtió de que entre los liberados se podía encontrar a alguien que no era un preso político.
Víctor Joel Salas, el abogado al que Ortiz realmente quería matar en 2016, asegura que ni él ni las familias de las víctimas han recibido comunicación oficial sobre su liberación. En declaraciones a la Agencia EFE, ha relatado que fue la prensa estadounidense la que dio la voz de alarma y que, solo después de eso, recibió la llamada de las autoridades alemanas y españolas para confirmar los hechos. "Es indignante que los gobiernos de Venezuela, Estados Unidos y El Salvador hayan liberado a un asesino convicto. Y que España no haya hecho absolutamente nada. El mensaje que se lanza es claro: cualquiera puede venir, matar y salir impune”, ha señalado Salas, asustado porque él "vuelva a intentar matarme".
Un intercambio con muchas sombras
No es la primera vez que Dahud Hanid Ortiz intentaba colarse en un acuerdo de este tipo. Durante el juicio por el triple crimen de Madrid, la acusación particular presentó pruebas de que llegó a ofrecer sobornos a los funcionarios venezolanos para que lo metieran en la lista del canje de presos políticos negociado en 2023 entre Caracas y Washington, en la que figuraba también el empresario Alex Saab. Aquella vez se quedó fuera. Esta, no.
El nuevo acuerdo, sellado a tres bandas entre la Administración de Nicolás Maduro, el Gobierno de Donald Trump y el presidente salvadoreño Nayib Bukele, permitió el regreso a Venezuela de 252 ciudadanos que permanecían detenidos en El Salvador, muchos de ellos sin juicio, acusados de pertenecer a la banda Tren de Aragua. A cambio, Venezuela entregaría a diez estadounidenses encerrados en sus cárceles. Algunos, detenidos en contextos insólitos, como Lucas Hunter, arrestado mientras hacía kitesurf en la frontera con Colombia, o Wilbert Joseph Castaneda, que acabó esposado en su habitación de hotel en Caracas en agosto del año pasado.
En ese grupo apareció Dahud Hanid Ortiz. Según El País, una fuente de alto rango del chavismo ha reconocido que no sabían “quién era”. El Departamento de Estado tampoco ha aclarado en qué situación legal se encuentra tras su llegada a Texas. La embajada de EEUU en Venezuela celebró el retorno del grupo con una publicación en la red social X: “Nada significa más libertad que la bandera de Estados Unidos”, acompañada de un vídeo de los liberados bajando del avión militar. Ortiz figura en primer plano.
Nicolás Maduro también agradeció públicamente la mediación del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, a quien invitó a visitar Caracas. Preguntado por El País, ha asegurado que desconocía la identidad de los presos estadounidenses incluidos en el acuerdo. “Mis gestiones siempre se han centrado en los venezolanos”, dice.
Las familias de Maritza Osorio, Elisa Consuegra y Pepe Castillo, las tres víctimas del crimen de Usera, siguen sin recibir explicaciones. Tampoco su abogado. Ortiz, que apenas había empezado a cumplir su condena, ha regresado a EEUU como si formara parte del grupo de represaliados por el régimen chavista. Nadie ha aclarado cómo lo consiguió.
