El misil nuclear de Putin a la línea de flotación de la paz: estará listo para 2026 y llega a cualquier lugar de Europa en minutos
Putin avisa de que seguirá la guerra en 2026 si fracasa la paz y Zelenski pide reacción y la OTAN.

Vladímir Putin ha subido el tono este miércoles 17 de diciembre de 2025 en un mensaje a la cúpula militar rusa: si el intento de negociación fracasa, dice estar dispuesto a seguir combatiendo en 2026 para lograr sus objetivos en Ucrania. Y lo enmarca en un relato ya conocido del Kremlin: que "Occidente desató la guerra" y que Rusia "solo intentó ponerle fin".
El efecto colateral de esta amenaza no es solo militar, sino político: en plena discusión internacional sobre cómo cerrar el conflicto, Putin introduce la idea de un horizonte de guerra extendido y lo acompaña con mensajes sobre armamento avanzado.
Desde Kiev, Volodímir Zelenski respondió en su discurso diario, asegurando que Moscú está mandando "nuevas señales" de que 2026 puede ser otro año de guerra y pidió a los socios —sobre todo a Estados Unidos— que no miren hacia otro lado.
Qué es el Oreshnik, el "misil listo en 2026" y por qué los "minutos" importan
Se ha hablado de él en los últimos meses, pero la amenaza real podría llegar en 2026, que es cuando Rusia lo tendría desplegado, con un alcance suficiente para llegar a cualquier punto de Europa. El Oreshnik es un nuevo misil balístico de alcance medio ruso, ya en producción y con despliegue operativo previsto en este 2025, cuya eventual colocación en Bielorrusia convierte a buena parte de Europa en objetivo potencial a partir de 2026, según advertencias de Ucrania y varios analistas occidentales.
¿Y qué es eso de llegar en minutos? Pues con un alcance entre los 4.000 y 5.000 km, no hay rincón de Europa que no esté al alcance de ese misil balístico tan temido. En 2024, Putin advirtió de que si Estados Unidos desplegaba misiles de largo alcance en Alemania a partir de 2026, Rusia respondería desplegando "misiles similares" en distancia de golpeo
A fuego lento
Putin ordenó el desarrollo del sistema en 2023 y en 2024-2025 el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso confirmaron el paso a producción en serie, con el primer complejo
"de serie" entregado a las fuerzas rusas a mediados de 2025 y el objetivo de tener baterías en servicio de combate antes de final de 2025, según publicó Armyrecognition.
Si se completa el despliegue en Bielorrusia y en unidades rusas a finales de 2025, en 2026 Oreshnik pasaría a ser parte estable del arsenal operativo ruso en el teatro europeo, obligando a la OTAN a adaptar defensa antimisil, tiempos de alerta y planes de respuesta.
Como ha publicado The Wall Street Journal, Rusia también está usando estos anuncios para reforzar su mensaje de fuerza en paralelo a la negociación. Medios internacionales recogen que Putin volvió a insistir en que alcanzará sus objetivos "por la vía diplomática o en el campo de batalla", y que Rusia está empujando su producción militar.
Y del inmediato y posible futuro, al presente: mientras se habla de misiles, el frente real sigue siendo el de siempre: drones y misiles como herramienta cotidiana, a las puertas el más crudo invierno que los ucranianos, con sorna, dicen que "tendrán que abrigarse con el amor de su líder".
