El fabricante estadounidense Skunk Works, de Lockheed Martin, alcanzó la semana pasada un hito en la historia de la aviación militar. En colaboración con la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos (RNLAF) y las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos en Europa – Fuerzas Aéreas de África (USAFE-AFAFRICA), un caza F-35 no estadounidense logró por primera vez compartir datos confidenciales en tiempo real con un sistema extranjero de Comando y Control (C2).

El hecho ocurrió durante el ejercicio Ramstein Flag, donde los datos captados por el F-35 fueron transmitidos instantáneamente al entorno de ocmando holandés Keystone. Esta información fue enviada de inmediato a una unidad de artillería terrestre, que neutralizó un objetivo simulado pocos minutos después de su detección. 

Según Lockheed Martin, este avance representa un paso crucial en el desarrollo de operaciones multidominio (MDO, por sus siglas en inglés). "La demostración de Ramstein Flag es un grave avance, destacando la capacidad del F-35 para integrarse sin problemas con los sistemas C2 de nuestros socios internacionales", afirmó Oj Sánchez, vicepresidente y gerente de Skunk Works. 

La clave detrás de esta integración radica en la Arquitectura de Sistemas Abiertos (OSA) desarrollada por Skunk Works, que permite al F-35 comunicarse eficazmente con plataformas aliadas. Esto es especialmente relevante para las Fuerzas Armadas de los Países Bajos, que ven en el F-35 un pilar de su defensa nacional a largo plazo.

Gracias a sus sensores avanzados, el F-35 es capaz de detectar amenazas como misiles, drones y aeronaves enemigas, y compartir esa información con otros sistemas defensivos. Esta integración permite una defensa en red más eficiente, en la que múltiples unidades trabajan coordinadamente para interceptar amenazas con rapidez y precisión.

La Real Fuerza Aérea de los Países Bajos subrayó el impacto de esta hazaña, señalando que fortalece la cooperación militar y allana el camino hacia capacidades conjuntas más avanzadas. En un contexto de seguridad global cada vez más complejo, este tipo de interoperabilidad promete reforzar la estabilidad y la disuasión en Europa.