El enorme láser de Israel que destruye misiles por 3€
Concretamente, a unos 3,5 euros por disparo.
El histórico ataque e incursión armada de Hamás en territorio israelí ha devuelto a los medios de comunicación las imágenes del sistema de defensa aéreo de Israel, conocido como la 'Cúpula de Hierro', interceptando cohetes y proyectiles lanzados por el grupo armado desde Gaza. Cada vez que detiene uno, el Ministerio de Defensa está invirtiendo unos 100.000 dólares en derribar un proyectil rudimentario que puede costar unos 300 euros.
Sin embargo, hay otros elementos que conforman el abanico de las defensas antiaéreas que han pasado más inadvertidas frente a la famosa cúpula. Uno de ellos lo conforma el sistema Iron Beam, un sofisticado y avanzado armamento que permite destruir misiles a un coste significativamente muy inferior que el de la cúpula de hierro. ¿Cómo de asequible? Pues, según reportaje de La Razón, por el módico precio de 3,5 euros.
Sin embargo, el Iron Beam no cuenta con las tasas de fiabilidad y éxito del primero. Además, Hamás lleva un tiempo apostando por el lanzamiento masivo de cohetes como forma de que alguno de ellos pueda eludir el sistema antiaéreo, que ha llegado a contar con tasas de éxito del 90%.
¿Cómo funciona?
Esta tecnología consiste en un enorme rayo láser con el que se aplica un haz con una potencia de 100 kW -según el citado medio, son cien veces la potencia empleada en un hogar- sobre el misil a destruir. Lo hace elevando su temperatura hasta que estalla. Su capacidad de precisión es tal que puede identificar y apuntar a un objetivo del tamaño de una moneda a la friolera de 10 kilómetros de distancia.
Con todo, en la citada información se expone que el Iron Beam tiene grandes carencias. Entre ellas se cuentan la distancia, lógicamente, a medida que el objetivo se fija más lejos, el láser se dispersa perdiendo eficacia. Un sistema de respuesta con misiles permite mayor alcance.
El otro gran factor clave pasa por el tiempo que necesita este láser para neutralizar un objetivo. Son necesarios al menos 5 segundos para varia la temperatura del proyectil que se quiere hacer estallar en el aire. Esto genera varios problemas, como que se amplía la posibilidad de que restos del cohete caigan sobre viviendas, al tardar más en interceptarlos en espacio aéreo.