Este es el aeropuerto más difícil del mundo y solo 50 pilotos están capacitados para aterrizar aviones
Solo se puede aterrizar antes del mediodía por razones de seguridad.
Existe un aeropuerto donde los pilotos requieren de una gran habilidad técnica para poder aterrizar, pues además de que el espacio cuenta con la categoría C, la pista se encuentra rodeada de cadenas montañosas, pues el país está compuesto por más de un 97% de montañas.
Se trata del Aeropuerto Internacional de Paro, en Bután, el cual es catalogado como el lugar más difícil del mundo para aterrizar un avión. Según explica el capitán Chimi Dorji, quien ha trabajado en la aerolínea nacional de Bután durante 25 años, a la CNN, "es un desafío a la habilidad del piloto, pero no es peligroso, porque si lo fuera, no volaría. Lo llamamos formación en competencias de área".
Para poder volar en este aeropuerto, los pilotos necesitan contar con una formación especial. Además, el aterrizaje se realiza de forma manual, sin la ayuda de un radar, por lo que es necesario que los pilotos cuenten con cierta experiencia y conocimiento. Equivocarse por unos centímetros puede suponer un accidente contra una casa o contra las propias montañas, por lo que se debe tener especial cuidado y atención.
De hecho, los pilotos solo pueden observar a pista desde arriba cuando están cerca de aterrizar. Debido al riesgo que supone volar en esta zona y por razones de seguridad, no existen vuelos nocturnos. Según defiende el piloto, "tratamos de evitar operaciones más allá del mediodía porque entonces hay muchos vientos térmicos, suben las temperaturas, aún no han llegado las lluvias. Las mañanas son mucho más tranquilas".
Otra de las cuestiones por los que este aeropuerto es peligroso es que, durante la temporada de monzones, que va de junio a agosto, suelen producirse varias tormentas eléctricas, que van acompañadas de granizo del tamaño de una pelota de golf. "Con el monzón hay estos vientos del noroeste, del noreste que vienen de toda China. Hay periodos en los que llueve durante días", relata. En la actualidad, el aeropuerto solo dispone de unas docenas de pilotos autorizados.
Además de este aeródromo, también existen otros ejemplos catalogados como peligrosos debido a su dificultad para aterrizar, entre ellos, el de Wellington en Nueva Zelanda o el de Tenzning-Hillary en Lukla, Nepal.