Llega a Marruecos la ayuda española tras el terremoto: "No podemos tirar la toalla"

Llega a Marruecos la ayuda española tras el terremoto: "No podemos tirar la toalla"

Marruecos solicitó oficialmente esta madrugada ayuda a España tras el temblor que ha dejado más de 2.100 muertos. Mientras, continúan las tareas de rescate.

Miembros españoles de Bomberos Unidos sin Fronteras inspeccionan las ruinas de un edificio en Mulay Ibrahim, a 55 kilómetros al sur de Marrakech y cerca del epicentro del terremoto.EFE/Maria Traspaderne

Por segundo día consecutivo las calles de Marrakech se han convertido en el refugio de muchas personas ante el miedo a posibles réplicas tras el terremoto que la noche del viertes sacudió Marruecos y ha dejado más de 2.100 muertos y más de 2.400 heridos. Mientras, continúan las tareas de rescate.

Un equipo de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) del ejército, compuesto por 56 militares y 4 perros, ha llegado este domingo a Marrakech para trabajar en una zona situada a 25 kilómetros del epicentro del terremoto, y está previsto el envío de otros efectivos de Madrid, Málaga y Cataluña. 

Marruecos solicitó oficialmente esta madrugada ayuda a España y la ayuda se ha materializado ya con el envío del equipo de Búsqueda y Rescate Urbano de la UME, que ha llegado este domingo a Marrakech tras despegar desde la Base Aérea de Zaragoza en un avión A400 del Ejército del Aire.

El equipo de búsqueda y rescate urbano, compuesto por 56 militares y 4 perros, se ha trasladado desde Marrakech 100 kilómetros al sur hasta Tala N'Yaaqoub, una zona situada a 25 kilómetros del epicentro del seísmo, y se ha convertido en el primero certificado en llegar a la zona de emergencia.

Según informa el Ministerio de Defensa, todo el trabajo para colaborar en la búsqueda y rescate de supervivientes del devastador terremoto está siendo coordinado con las autoridades marroquíes. La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha subrayado la total solidaridad de España con Marruecos tras el grave terremoto.

Por su parte, tanto la vicepresidenta primera en funciones del Ejecutivo, Nadia Calviño, como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han garantizado desde la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi que el Gobierno ofrecerá a Marruecos toda la ayuda y durante todo el tiempo que sea necesario para intentar paliar las consecuencias de esta tragedia.

Otros gestos de ayuda y solidaridad

Además, un equipo de 30 personas de la Unidad Especial de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (Ericam) partirá hacia Marruecos para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate en las zonas afectadas por el terremoto.

Este equipo, coordinado por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, al igual que el de la UME, está compuesto por Bomberos de la Comunidad de Madrid, Summa112, guías caninos y cuatro perros de rescate.

Por otro lado, cinco bomberos del Ayuntamiento de Málaga y un guía canino tienen previsto desplazarse este domingo a Marruecos como parte del dispositivo de rescate organizado por la ONG Bomberos Sin Fronteras.

A estos bomberos los acompañarán compañeros del Consorcio Provincial de Bomberos y de otros municipios malagueños como Benalmádena, y está previsto que se unan también otros bomberos y guías caninos procedentes de Cataluña.

"No podemos tirar la toalla"

Los bomberos españoles han comenzado este domingo a buscar a gente atrapada en las aldeas del Atlas afectadas por el seísmo, como los trece miembros de Bomberos Unidos Sin Fronteras, que empezaron por una familia fallecida bajo los escombros en el pueblo montañoso de Mulay Ibrahim.

Llevan cuatro perros —Otto, Piero, Limón y Bolo— expertos en encontrar gente viva bajo las casas y vienen desde Huelva, Madrid, Córdoba y Murcia, para encontrar "huecos de vida", como llaman ellos a esas cámaras de aire que quedan a veces entre las casas derrumbadas y que dan esperanza.

En Mulay Ibrahim, una aldea a 50 kilómetros del epicentro del terremoto, algunos edificios están totalmente colapsados y los vecinos buscan a una familia de cuatro personas debajo de uno de ellos. Dos bomberos españoles recorren los escombros para reconocer el terreno y se topan con colegas marroquíes que les informan de la mala noticia: todos han muerto.

Pero Antonio Nogales, presidente de la ONG, no se desanima. "Puede haber huecos de vida, estoy seguro de que en estos días, en alguna parte, puede aparecer gente viva. Lo que no podemos es tirar la toalla", ha explicado a EFE.

Dificultades en los desplazamientos y desinformación

Nogales relata que son trece bomberos, con experiencia algunos en terremotos como el de Turquía, y que llevan una tonelada de herramientas para desescombro y salvamento en una gran furgoneta y un vehículo ambulancia. Sus perros también son experimentados: Bolo y Otto salvaron a una persona en Turquía y Piero estuvo en Chile

Nada más llegar este domingo a Marruecos Nogales apunta que se encontraron con "muchas dificultades en los desplazamientos, zonas muy diseminadas y mucha desinformación y falta de comunicación de dónde pueden estar las zonas más afectadas y puede ser más necesaria nuestra ayuda".

En Mulay Rachid, no fue necesario sacar a sus cuatro perros, así que los bomberos se encaminaron a otros pueblos para buscar suerte. ¿El problema? Las casas de adobe que tanto abundan en el Atlas, que cuando se derrumban, explican ellos, forman una montaña de piedras que no dejan aire entre ellas. Pero, insiste Antonio, siempre hay que tener esperanza.

La vuelta de turistas españoles

El terremoto de Marruecos no ha dejado ningún fallecido ni herido español, pero pilló por sorpresa tanto a residentes como a turistas que estaban en el país vecino en esos momentos, algunos de los cuales ya están volviendo a casa. Varios turistas han relatado a su llegada al aeropuerto de Barcelona el "miedo" y el "caos" vivido.

"Estábamos cenando cuando pareció como si pasara un metro al lado de la puerta. Empezaron a caer las paredes y salimos a la calle, donde pasamos la noche", ha explicado Xavier.

Otro de los turistas, Antonio, ha explicado que estaban en un riad cuando empezó el terremoto: "La casa se movía, empezaron a caer los cuchillos... salimos a la calle corriendo, la gente estaba llorando y gritando".