Llega a Reino Unido la polémica mega barcaza para alojar a 500 solicitantes de asilo

Llega a Reino Unido la polémica mega barcaza para alojar a 500 solicitantes de asilo

El problema es que, en realidad, tiene capacidad para 200 personas. El problema es que suena a cárcel, cuando va a tratar a refugiados. Y que viene con una ley que critican hasta las Naciones Unidas. 

Un barco que albergará hasta 500 solicitantes de asilo, cuando tiene capacidad sólo para 200 personas, ha llegado este martes a Inglaterra después de que el Parlamento aprobara su proyecto de ley para frenar la migración. La barcaza Bibby Stockholm se encuentra ya en el puerto de Portland, frente a la costa suroeste de Inglaterra, y será la nueva 'cárcel' en la que el Reino Unido mantendrá retenidos a los migrantes que lleguen sin documentación. El primer ministro británico, Rishi Sunak, no quiere que pisen tierra y ahí los va a encerrar.

Tanto el barco como el proyecto de ley forman parte de la estrategia del Sunak para evitar que los migrantes crucen el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones de forma arriesgada. Mientras la barca llega a Portland, el Parlamento del Reino Unido ha aprobado la controvertida ley migratoria para acelerar las deportaciones de aquellos que traten de entrar de forma irregular en el país. 

Después de que la Cámara los Comunes haya rechazado una serie de enmiendas que buscaban rebajar la dureza de la nueva legislación, los conservadores han logrado finalmente el visto bueno de la Cámara de los Lores, por lo que la medida pasa ahora a menos del rey Carlos III para su ratificación.

El proyecto de ley pretende disuadir esos viajes y evitará que los inmigrantes soliciten asilo en el Reino Unido si llegan ilegalmente. Según la legislación, los capturados serán enviados de regreso a casa o deportados a otro país seguro y se les prohibirá volver a ingresar al Reino Unido. El Gobierno planeó enviar a algunos de los que llegan sin autorización a Ruanda, pero el mes pasado el Tribunal de Apelación dictaminó que era ilegal.

Sunak ha aplaudido la aprobación del proyecto de ley, pero ha asegurado que el gobierno debe prevalecer en el tribunal superior para que la ley funcione correctamente. "Esta es una parte importante de nuestro trabajo para detener los barcos. Obviamente, debe combinarse con la asociación de Ruanda", ha señalado el portavoz de Sunak, Max Blain. "Es correcto que tengamos este poder para que pueda utilizarse rápidamente y confiamos en que tendremos éxito en el desafío en la Corte Suprema", ha añadido.

El enfado de la ONU

Organismos de la ONU criticaron además esta madrugada la aprobación de esa nueva ley de inmigración, que impedirá a partir de ahora que los migrantes que lleguen de forma irregular al Reino Unido puedan solicitar asilo en el país, sin importar cuán apremiantes sean sus circunstancias.

En un comunicado conjunto, el alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, y el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, dijeron que la nueva norma "contraviene las obligaciones de Reino Unido en virtud de la legislación internacional" y advirtieron de que "tendrá profundas consecuencias".

La ley prevé la expulsión de los solicitantes de asilo a terceros países en los que tampoco está garantizada su protección como refugiados y favorecerá que se niegue protección incluso a los menores de edad no acompañados o a los supervivientes de la trata de personas y de otros tipos de violaciones de derechos humanos.

"Llevar a cabo expulsiones en estas circunstancias es contrario a las prohibiciones de devolución y de expulsiones colectivas, a los derechos de garantía procesal, a los de vida familiar y privada, y al principio de interés superior de los niños afectados", sostuvo Türk.

Los altos comisionados recordaron a las autoridades de Reino Unido que la mayoría de las personas que huyen de guerras no disponen de documentos formales como pasaportes o visados, por lo que no tienen la posibilidad de migrar por vías seguras.

Türk también teme que esto pueda ser un ejemplo negativo para otros países de Europa que podrían estar tentados a aplicar políticas migratorias similares.