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Problemas para la entrada de la ayuda prometida para Gaza: la crisis se agrava

Problemas para la entrada de la ayuda prometida para Gaza: la crisis se agrava

Emiratos Árabes anuncia un acuerdo con Israel para introducir alimentos, agua, medicinas y combustible de forma urgente, pero el volumen de lo permitido es irrisorio: no llega a cien camiones, cuando antes de la ofensiva eran 500 al menos. 

Un grupo de palestinos, incluidos niños, hacen fila para recibir comida de ONG de Gaza, en la zona de Khan Younis.Abed Rahim Khatib / Anadolu via Getty Images

El pasado domingo por la noche, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que iba a permitir la entrada de "ayuda humanitaria" a Gaza, tras 11 semanas de bloqueo total a los alimentos, medicinas, agua y combustible que son esenciales para la vida de más de dos millones de palestinos, masacrados desde el 7 de octubre de 2023. En paralelo, también anunció que iban a por todas en la franja y que se lanzaba una operación "sin precedentes" desde que inició su respuesta a los atentados de Hamás. 

Pese a que la prensa mundial (todos) ha repetido esa idea de puertas abiertas a los bienes esenciales, lo cierto es que la ayuda no está llegando, según ha denunciado Naciones Unidas. Su Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA) anunció este martes en una rueda de prensa en Ginebra que habían logrado permiso de las autoridades israelíes para la entrada de más camiones con suministros en la Franja de Gaza. Hasta cinco camiones cruzaron el lunes por el paso de Kerem Shalom, pero luego Tel Aviv no autorizó a las agencias recoger su contenido de inmediato. Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, ratificó que un equipo "esperó varias horas" a que Israel les permitiera acceder a la zona, pero "desafortunadamente, no pudieron llevar esos suministros a nuestro almacén".

Hay otros cinco puntos de cruce controlados por las fuerzas israelíes: Kissufim y Puerta 96, que están en la frontera con el centro de Gaza; Erez y Erez Oeste, que están en la frontera con el norte de Gaza; y el cruce de Rafah con Egipto, que ha estado cerrado desde que las fuerzas israelíes lo tomaron hace un año. Tampoco por el país árabe vecino hay esperanza si Netanyahu no da la orden. 

Un portavoz de la OCHA, Jens Laerke, explicó que los primeros envíos contienen harina, equipos médicos y medicamentos, más alimentos para bebés y productos nutritivos para los niños. La propia ONU dijo ayer que 14.000 pequeños pueden morir de hambre en 48 horas si no llega esa ayuda inmediata. La semana pasada, el Ministerio de Salud dirigido por Hamás informó que 57 niños habían muerto por los efectos de la desnutrición en las últimas 11 semanas. El reloj corre. 

Las cosas no están mejorando este miércoles, según explica la BBC. "Desde ayer, los camiones están esperando y esperando y esta mañana la situación es la misma", expone su corresponsal, el veterano Rushdi Abualouf. Camiones aparte, "los mercados, están casi vacíos, no hay frutas, ni verduras, ni carne", en una tierra atacada por tierra, mar y aire desde hace 17 meses. "Y lo más importante, no hay combustible para los generadores del hospital. No llegan medicamentos. El 25% del agua de Gaza está contaminada y no es potable. Así que la situación sigue siendo muy catastrófica", describe. En uno de los vídeos del canal público de Reino Unido, una anciana dice: "Todo el mundo habla de camiones y camiones, pero aquí no vemos nada". 

"No hay combustible para los generadores del hospital. No llegan medicamentos a Gaza. El 25% del agua está contaminada y no es potable. Así que la situación sigue siendo muy catastrófica"

Según la información recopilada por la Agencia EFE, hoy hay una decena de camiones de Unicef y cinco de los Emiratos Árabes Unidos en el lado gazatí de la frontera, así como un número indeterminado del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, pero aún no se han encaminado a los puntos de distribución. Las 25 panaderías que apoya el PMA siguen cerradas desde el 1 de abril, esperando la harina como agua de mayo. 

Según el director la red de ONG palestinas en Gaza, Amjad Al Shawa, Israel "está causando retrasos en la entrada de los camiones en la Franja de Gaza" y está "intentando evadir la presión internacional afirmando falsamente que ha permitido entrar ayuda". "Falta de todo y cinco camiones sólo suponen una cortina de humo con la que Israel pretende hacer creer que está entrando la ayuda", añade Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, desde Khan Younis.

Emiratos Árabes Unidos anunció justo esta mañana que Israel permitirá la entrada de ayuda humanitaria "urgente" para aliviar "las necesidades de alimento de aproximadamente 15.000 civiles en una fase inicial". El ministro emiratí de Asuntos Exteriores, Abdulá bin Zayed al Nahyan, sostuvo una llamada con su homólogo israelí, Gideon Saar, para llegar a un acuerdo entre ambos países que permita la entrega de comida y suministros al territorio palestino, según informó la agencia emiratí WAM.

Además de alimento, "la iniciativa también incluye el aprovisionamiento de suministros esenciales para apoyar las operaciones de las panaderías de la Franja, además de elementos críticos para la salud infantil", agrega la información.

Durante la llamada, el ministro emiratí reafirmó la "importancia de asegurar asistencia humanitaria y médica de manera urgente, sostenible, segura y sin obstáculos a los hermanos palestinos de la Franja".

Por su parte, Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios Palestinos (Cogat), el organismo de Israel que se encarga del proceso, insiste en que la asistencia va llegando y que sólo entrará "después de una exhaustiva inspección de seguridad". "Las Fuerzas de Defensa de Israel seguirán facilitando la asistencia humanitaria en la Franja de Gaza, haciendo todo lo posible para garantizar que la ayuda no llegue a manos de la organización terrorista Hamás", afirma un mensaje en redes sociales.

En otro tuit, dirigido a la población de Gaza, el jefe del Estado Mayor militar israelí, teniente general Eyal Zamir, dice: "No somos nosotros los que les hemos privado de comida, refugio y dinero". Y añade: "Hamás es responsable de iniciar la guerra. Es responsable de la difícil situación de la población civil: provocó la destrucción, y no será él quien reconstruya". 

"Hambruna catastrófica"

Según el Programa Mundial de Alimentos, 470.000 personas en Gaza se enfrentan a una "hambruna catastrófica", uno de cada cinco gazatíes, y toda la población del territorio palestino -unos dos millones de personas- "atraviesan inseguridad alimentaria grave".

La ayuda anunciada por EUA cubriría en esta fase inicial las necesidades de un 3 % de estos 470.000 palestinos.

En realidad, no se puede hablar apropiadamente de ayuda humanitaria cuando lo prometido no es ni lo uno ni lo otro. Incluso si entran cien camiones al día, la cifra es ridícula en comparación con los 500 camiones que, como media, entraban en la zona antes de los atentados del 7-O y de la represalia de Israel. Ya entonces, Gaza estaba sometida a un bloqueo integral por parte de Israel desde 2007, desde que Hamás ganase las elecciones. 

Sin guerra de por medio -la mayor catástrofe en la franja desde la creación del estado de Israel en 1948-, la ONU ya calculaba que en 2020 Gaza sería "invivible" por las condiciones a las que la sometía Israel. En septiembre de 2012, siendo también Netanyahu primer ministro, Tel Aviv llegó a medir el número de calorías diarias con las que los gazatíes podrían sobrevivir sin generar una avalancha de denuncias internacionales por hacerles pasar hambre. Lo desveló el diario Haaretz. Ahora han sido las quejas de senadores de Estados Unidos las que han llevado al gabinete ultranacionalista a permitir la entrada de camiones. 

Según el digital Axios, el presidente Donald Trump se siente ahora "frustrado" por la guerra en curso y está "molesto" por las imágenes del sufrimiento de los niños palestinos, por lo que ha pedido a sus asesores que le digan a Netanyahu que quiere que "termine con esto". Sus fuentes son dos funcionarios de la Casa Blanca.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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