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Tiroteo masivo en Australia: qué se sabe del ataque a una fiesta judía que ha dejado 16 muertos

Tiroteo masivo en Australia: qué se sabe del ataque a una fiesta judía que ha dejado 16 muertos

La Policía investiga el ataque como terrorismo antisemita y revisa los antecedentes de uno de los autores, investigado por la inteligencia australiana hace seis años

Australia se recupera del tiroteo masivo en una fiesta judía en la playa de Bondi
Australia se recupera del tiroteo masivo en una fiesta judía en la playa de BondiGEORGE CHAN

Australia sigue conmocionada tras el tiroteo masivo en la playa de Bondi, en Sídney, que ha dejado al menos 16 muertos (15 víctimas, entre ellas una niña de 10 años, además de uno de los atacantes) y más de 40 heridos durante una celebración judía por el inicio de la festividad de Janucá. Las autoridades australianas han calificado este ataque como un atentado terrorista de carácter antisemita que, en casi tres décadas, se ha convertido en el episodio de violencia armada más grave registrado en el país.

El ataque se produjo en torno a las 18:40 hora local (a las 8:40 de la mañana en la España peninsular), cuando dos hombres armados con rifles abrieron fuego contra los asistentes de una fiesta convocada en el parque Archer, junto a la popular playa de Bondi, uno de los enclaves más concurridos y emblemáticos del país, para celebrar la festividad judía de Janucá, en la que se conmemora la victoria de la luz sobre la oscuridad, entendida como la resistencia del judaísmo frente a la persecución religiosa en la antigua Judea.

El tiroteo masivo en la playa de Bondi ha llevado a las autoridades australianas a reforzar la vigilancia y protección en las comunidades judías del resto del país, mientras avanzan las investigaciones para aclarar completamente lo ocurrido, que incluyen la revisión de los antecedentes de uno de los atacantes, al que la agencia de inteligencia australiana (ASIO) ya había investigado años atrás por sus presuntos vínculos con el extremismo yihadista, según ha informado la cadena pública ABC. Este ataque se considera ya el más mortífero en Australia desde la masacre de Port Arthur de 1996, un suceso que marcó un antes y un después en la legislación sobre el control de armas.

El ataque y el balance de víctimas

La celebración, conocida como Chanukah by the Sea (Janucá junto al mar), había congregado a entre 1.000 y 2.000 personas, según estimaciones policiales y testimonios de los asistentes. El tiroteo se prolongó durante varios minutos y provocó escenas de pánico, con cientos de personas huyendo hacia la playa, las calles cercanas y los parques colindantes mientras se escuchaban los disparos.

Catorce personas murieron en el lugar de los hechos y otras dos fallecieron posteriormente en el hospital, entre ellas una niña de 10 años. Las víctimas, aún sin identificar formalmente por las autoridades australianas, tenían edades comprendidas entre los 10 y los 87 años. Al menos dos agentes de policía figuran entre los heridos.

Según la última actualización oficial, 40 personas continúan hospitalizadas, entre ellas cuatro menores, y varias permanecen en estado crítico. La zona sigue acordonada como escena del crimen, con un amplio despliegue policial.

Quiénes son los autores y qué se sabe de la investigación

La Policía de Nueva Gales del Sur ha confirmado que los presuntos autores del ataque fueron un padre de 50 años y su hijo de 24, ambos armados con rifles. El padre murió en el lugar tras un enfrentamiento con los agentes, mientras que el hijo resultó herido de gravedad y permanece hospitalizado bajo custodia policial, en estado crítico pero estable.

“Estamos convencidos de que en el incidente había dos infractores implicados, uno ha fallecido y el segundo está en estado crítico, pero estable en el hospital. Se trata de un hombre de 50 años y otro de 24, que son padre e hijo”, explicó el comisario jefe de la Policía estatal, Mal Lanyon, en una rueda de prensa.

Las fuerzas de seguridad han descartado la existencia de más sospechosos y han llevado a cabo registros en Bonnyrigg y Campsie, en el suroeste de Sídney, lugares vinculados a los atacantes. En ellos se recuperaron seis armas de fuego, que, según la Policía, estaban registradas legalmente a nombre del atacante fallecido, quien contaba con licencia desde hacía más de una década.

El antecedente investigado por la inteligencia australiana

En paralelo a la investigación policial, la cadena pública ABC ha informado, citando a una fuente anónima de la agencia de inteligencia australiana (ASIO), de que uno de los autores del ataque fue investigado hace seis años por sus presuntos vínculos con una célula del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Sídney.

Según esa información, aquella investigación no derivó en medidas judiciales ni en la consideración de una amenaza inmediata. Las autoridades australianas han insistido en que no existían indicios recientes de un plan concreto ni alertas activas previas al ataque del domingo. Los investigadores analizan ahora ese antecedente dentro de las pesquisas en curso, sin que por el momento se haya establecido públicamente una conexión directa entre aquella investigación y el atentado de Bondi.

Un atentado terrorista y antisemita

Las autoridades declararon formalmente el suceso como incidente terrorista horas después del ataque y activaron poderes especiales para garantizar que “no exista ninguna amenaza adicional para la comunidad”. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó lo ocurrido como “un momento oscuro para nuestra nación”.

“Lo que vimos fue un acto de pura maldad, un acto de antisemitismo, un acto de terrorismo en nuestras costas, en un lugar icónico de Australia asociado a la alegría, a las familias y a las celebraciones”, afirmó Albanese. “Queda para siempre empañado por lo ocurrido”.

El ataque se produce en un contexto de incremento de los incidentes antisemitas en Australia desde el inicio de la guerra en Gaza tras los atentados del 7 de octubre de 2023. En el último año se han registrado agresiones, amenazas y actos vandálicos contra sinagogas, edificios y vehículos, especialmente en Sídney y Melbourne.

Reacciones en Australia y en el exterior

La matanza ha provocado una oleada de condenas dentro y fuera del país. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó “el atroz y mortal ataque” contra “familias judías reunidas en Sídney para celebrar la Janucá” y aseguró que su corazón está “con la comunidad judía mundial”.

Estados Unidos, a través del secretario de Estado, Marco Rubio, expresó su “enérgica repulsa” y subrayó que “el antisemitismo no tiene cabida en este mundo”. Francia confirmó la muerte de un ciudadano francés y trasladó su solidaridad a las víctimas y a las autoridades australianas.

Israel fue uno de los primeros países en reaccionar. El presidente Isaac Herzog condenó un “vil ataque terrorista” contra judíos que celebraban la Janucá, mientras que el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el suceso de “horrible ataque y asesinato a sangre fría” y reiteró que había advertido con anterioridad sobre el auge del antisemitismo. El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, vinculó el ataque con decisiones políticas del Ejecutivo australiano relacionadas con Palestina.

Desde el mundo árabe y musulmán también llegaron condenas. El Consejo de Imanes de Australia rechazó la violencia y trasladó su apoyo a las víctimas y a sus familias. Países como Qatar y la Autoridad Palestina condenaron el ataque y expresaron su solidaridad con Australia, subrayando su rechazo a todas las formas de terrorismo.

Las autoridades australianas mantienen el refuerzo de seguridad y continúan las investigaciones para esclarecer por completo lo ocurrido en un ataque que ha sacudido al país y ha reabierto el debate sobre el terrorismo, el antisemitismo y la prevención de la violencia política en Australia.