Ucrania quiere los misiles de efectos devastadores, Putin habla de "escalada" y se teme una nueva Guerra Fría
Pueden portar 450 kilos de explosivos y tienen un alcance de más de 2.500 kilómetros.
En los últimos días, un nombre se ha erigido como gran protagonista en la guerra de Ucrania: Tomahawk. Así es como se denominan los misiles de largo alcance que el país presidido por Volodímir Zelenski podría recibir en el futuro.
El anuncio ha sido realizado por EEUU, que ha expresado que se está planteando que los misiles Tomahawk puedan formar parte del nuevo mecanismo de la OTAN para apoyar armamentísticamente a Ucrania.
El funcionamiento sería el siguiente: el país norteamericano fabricaría los mencionados misiles de largo alcance, los países europeos los comprarían y, posteriormente, serían entregados a las fuerzas ucranianas.
Ucrania ya ha expresado públicamente que necesita contar con los Tomahawk. Los motivos son que esos misiles pueden portar 450 kilos de explosivos y, especialmente, que tienen un alcance de más de 2.500 kilómetros.
Ese alcance tan amplio permitiría a Ucrania atacar objetivos militares rusos muy lejanos, pudiendo causar efectos devastadores (gracias a la elevada carga de explosivos) para la industria armamentística rusa.
En ese sentido, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) ha destacado que, en caso de recibir los misiles Tomahawk, las fuerzas ucranianas podrían lograr destruir la fábrica de drones Shahed de Yelábuga, en la República de Tartaristán, o la base aérea Engels-2, situada en la región de Sarátov.
Putin advierte de una posible escalada con EEUU
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha reaccionado a la posibilidad de que Ucrania pueda obtener misiles Tomahawk en una comparecencia durante el Foro Valdai de San Petersburgo.
"Los Tomahawk no son tan modernos, pero son potentes: sí, representan una amenaza, aunque no cambian el equilibrio en el campo de batalla. ¿Pueden los misiles de crucero causar daños? Sí. Pero, como hicimos con los Atacms, mejoraremos nuestras defensas y los derribaremos", ha señalado el mandatario ruso.
En cuanto a EEUU, Putin ha expresado que "¿dañarán nuestras relaciones, en las que por fin empezábamos a ver una luz al final del túnel? ¡Por supuesto! Los misiles Tomahawk no se pueden utilizar sin la participación directa de personal estadounidense. Esto implica un nivel completamente nuevo de escalada en nuestras relaciones con Estados Unidos".
Al respecto, el presidente ruso ha subrayado que el sistema de navegación de esos misiles tiene que programarse introduciendo una serie de datos clasificados, a los que solo tiene acceso el Pentágono. Lo que significa que EEUU participaría de forma activa es los potenciales ataques a territorio ruso con los Tomahawk.
Desde el medio de comunicación italiano La Repubblica recuerdan que "estas armas son la última versión de los famosos euromisiles, que hace exactamente cuarenta años provocaron una gran tensión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia", por lo que se preguntan lo siguiente "¿serán de nuevo los misiles de crucero los que calienten la nueva Guerra Fría?". Solo el tiempo tiene la respuesta...