Un reconocido nutricionista advierte que, si sufres insomnio mientras viajas, el buffet libre del hotel puede tener que ver
Hay que saber elegir cada comida con cabeza.

Un buffet bien organizado, con variedad, productos de calidad y materias primas frescas, puede convertirse en uno de los placeres de cualquier viaje: invita a descubrir sabores nuevos y satisface a quienes valoran la comodidad y la oferta abundante. No obstante, disfrutar con cabeza es importante, ya que la forma en que combinamos y la cantidad que servimos pueden marcar la diferencia entre una experiencia deliciosa y una noche de malestar.
Luis Alberto Zamora, popularmente conocido como Nutrimán, ha advertido sobre que los buffets de los hoteles esconden ciertos peligros que pueden provocar “hinchazón abdominal, insomnio, alteración del tránsito intestinal o retención de líquidos”. En el programa de Y ahora Sonsoles, el experto ha hablado sobre la importancia de evitar lo que se conoce como el ‘efecto buffet’, ya que la variedad y el tamaño de las raciones empujan hacia una mayor ingesta.
El nutricionista advierte que el hábito de “querer probarlo todo” puede terminar pasando factura al sueño y al aparato digestivo. Según Zamora, los buffets reúnen tentaciones que combinadas en una sola comida, especialmente si se consumen a última hora, favorecen molestias estomacales. A su vez, recuerda que no se trata de renunciar a disfrutar, sino de elegir con criterio para evitar que la cena de vacaciones se convierta en una noche sin dormir.

¿Qué se debe comer?
Ante la gran variedad de opciones disponibles en un buffet, Nutrimán propone seguir un orden práctico a la hora de montar el plato. “El truco para comer de todo y no acabar empachado y mal es empezar siempre por la verdura. Luego iríamos a por la proteína y luego yo me iría a por los hidratos de carbono. Y en este caso siempre vamos a intentar que sean integrales para meter fibra porque en vacaciones se nos olvida y luego pagamos sus efectos”, explica.
El experto también recomienda añadir fruta y reservar el capricho para el final y en pequeña cantidad, incluyendo aquí el postre o cualquier alimento más calórico o condimentado, reduciendo así las probabilidades de malestar nocturno. ''Para beber siempre priorizaría el agua, pero también puede beber refresco, lo único que siempre sea zero o sin azúcar'', afirma mientras completa su menú personalizado.
La indigestión, el reflujo o las subidas bruscas de glucosa pueden impedir conciliar el sueño o provocar despertares nocturnos, por ello se recomienda evitar comer mucho o ingerir alimentos pesados cerca de la hora de acostarse. Otros consejos que resumió Nutrimán son moderar las raciones, priorizar vegetales y proteínas magras, limitar fritos y salsas muy grasosas y evitar el consumo excesivo de alcohol y azúcar por la noche.
