Las monjas que intentan dar salida a 64.000 botellas de vino propio

Las monjas que intentan dar salida a 64.000 botellas de vino propio 

Un "milagro" del cambio climático. 

Las monjas del convento de Oosterhout, en Países BajosBreda Market

El primer milagro realizado por Jesucristo tuvo lugar en una boda en Caná de Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos. En un momento de la celebración se acabó el vino y María dijo a los sirvientes que hicieran lo que su hijo ordenara. Según el Evangelio de Juan, este dispuso que se llenaran seis tinajas de agua y allí obró el milagro de convertirlo en vino.

Unos siglos después, a miles de kilómetros del donde se celebró la boda de Caná, las monjas del convento de Oosterhout, en el sur de los Países Bajos, han obrado su "milagro del vino", pero por unas circunstancias muy diferentes. 

El cambio climático ha provocado unas temperaturas inusualmente cálidas para esta época en algunas regiones de Europa. Si a ese inesperado calor le sumamos un tiempo seco, tenemos el cóctel climatológico perfecto para que se desarrollen los viñedos y crezca la uva. Esto ha provocado un excedente de vino en algunas bodegas, como en la de las monjas de Ossterhout, según la revista Directo al Paladar.

Las monjas, después de 365 años en el convento, empezaron a producir vino en 2012 con el objetivo de conseguir unos ingresos extra y capear así la crisis económica. Una década después de estrenarse en la enología, las religiosas han recibido la bendición de una cosecha excepcionalmente abundante: unas 64.000 botellas de vino, más de lo que pueden vender a las personas que visitan su convento.

Para dar salida al excedente, las monjas han echado mano de las nuevas tecnologías y pidieron ayuda a un portal que ayuda a emprendedores locales para vender sus productos a través de internet. “Llamaron hace unas semanas diciendo: 'Parece una locura pero nunca ha estado tan soleado y seco como el año pasado, tenemos tanto vino que no sabemos qué hacer con él”, explica Thibaud van der Steen, fundador de la plataforma en la que venden el vino, a The Guardian. 

Después de grabar un vídeo promocional, las monjas de esta localidad de Países Bajos ya venden su vino online. La oferta incluye dos tipos: un blanco de uvas Auxerrois, Pinot Blanc y Pinot Gris, y otro rosado de Pinot Noir y Gamay. Cada botella cuesta 14,50 euros y se puede comprar una caja de seis por 87 euros.

El dinero de la venta ayudará a mantener el convento y permitirá a las monjas seguir viviendo en él. Las religiosas están contentas de haber elegido el vino como una fuente adicional de ingresos porque, además de la financiación extra, pueden hacer feliz a la gente. Como Dios manda.