Una técnica en nutrición señala las frutas otoñales que no faltan en su mesa en estas fechas
Esta experta recuerda que cada estación tiene sus protagonistas y ahora podemos disfrutar, por ejemplo de un higo maduro, los granos de la granada o una pera asada.
"No hay frutas “mejores”, pero cada estación nos regala sabores y nutrientes distintos, pero en otoño, higos, uvas, granadas y peras están en su mejor momento", destaca la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón. En nutrición se habla mucho de equilibrio, recuerda esta experta, "pero a veces se nos olvida que la estacionalidad también forma parte de una alimentación saludable". "Las frutas de otoño aportan energía, antioxidantes y saciedad, además de algo que la ciencia no siempre mide: disfrute y conexión con el momento del año", destaca Luzón.
Respecto a los higos, Luzón resume que dan energía natural con un sabor efímero: "Los higos son una de las frutas más breves del calendario. Ricos en fibra soluble y potasio, ayudan a regular el tránsito intestinal y la presión arterial. Su dulzor natural los hace perfectos para combinar con yogur, frutos secos o queso fresco". Así que consumirlos en temporada", resalta, "es aprovechar su textura única y evitar versiones secas o procesadas que, aunque útiles, pierden parte de su aroma y frescura".
En cuanto a las uvas, esta experta destaca que son "antioxidantes y un placer en pequeños bocados": "Las uvas destacan por su contenido en polifenoles, especialmente resveratrol, con efecto antioxidante y vasoprotector. Además de su aporte de agua y azúcares naturales, son una fruta práctica y versátil: se pueden tomar solas, en ensalada o acompañando platos salados". Pero añade que lo más interesante de esta fruta "es su variedad de colores y tipos, que aportan distintos perfiles de antioxidantes y sabores".
También nos llama la atención sobre las granadas, que son "un tesoro antiinflamatorio", afirma. "Las granadas son símbolo de otoño y una fuente concentrada de antocianinas, taninos y vitamina C. Diversos estudios asocian su consumo con beneficios sobre la salud vascular y la microbiota intestinal. Abrir una granada requiere un poco de paciencia, pero vale la pena: sus arilos combinan muy bien con ensaladas, yogures, guisos o postres, aportando color, textura y frescor", sugiere esta técnica en dietética.
Las peras son otras grandes aliada en esta época, que resaltan por su "suavidad, saciedad y digestión amable", dice Luzón. "La pera es una fruta ligera, rica en agua, fibra (sobre todo pectina) y compuestos con efecto prebiótico. Suele tolerarse muy bien incluso en digestiones sensibles o gastritis leves. Y, al hornearla o asarla se vuelve más dulce y digestiva, una opción ideal para los días fríos sin recurrir a azúcares añadidos.
Así que, en conclusión, Luzón recuerda la idea de que "no hay frutas mejores ni peores, pero elegir las de temporada es una forma sencilla de cuidar la salud, el medio ambiente y el bolsillo". Además, cada estación "tiene sus propias protagonistas y el otoño nos invita a volver a lo simple: disfrutar de un higo maduro, desgranar una granada o sentir el aroma de una pera asada. Porque comer de temporada no es una norma, es una forma de reconectar con el ritmo natural de los alimentos y del propio cuerpo", concluye la experta.