Una promoción demasiado buena para ser cierta y páginas webs que copian las de instituciones públicas: así funciona la trampa en la que han caído en varias ciudades.
Existen dos grandes riesgos en este tipo de estafa: que el alojamiento ni siquiera exista o no esté disponible, o que la persona que te vende el cupón esté actuando a espaldas del dueño legítimo.
Los estafadores enviaron mensajes a los huéspedes a través de Booking que aparentemente provenían del propio hotel y les pidieron que pagaran un depósito.
Cada vez son más los consumidores europeos que descubren cargos sospechosos en su cuenta bancaria justo después de pagar con una tarjeta en la tarjeta.