Conquistar derechos para la juventud es construir democracia
"La precariedad no debería ser una etapa de la juventud. Es una injusticia estructural que este Gobierno está desmontando".

Juventud, divino tesoro. Así lo recuerdan muchas personas mayores en mi pueblo, y tienen razón. Pero nosotros también somos presente y futuro. Somos una generación valiente, capaz de lograr todo lo que se propone, incluso en medio de la precariedad laboral, el alquiler imposible y la amenaza constante de privatizar lo público.
Estamos siendo protagonistas de un cambio real gracias a un Gobierno progresista que escucha, actúa y reconoce que la juventud tiene voz, criterio y responsabilidad. Proteger a la juventud no es solo una necesidad urgente, es un pilar fundamental para construir un país más justo e igualitario.
En cuanto al empleo, la reforma laboral ha supuesto un punto de inflexión. En enero de 2022, solo el 32,7% de los jóvenes menores de 25 años tenían contrato indefinido, pero tres años después, en enero de 2025, esa cifra subió al 41,9%. Esto refleja una mayor estabilidad laboral para los y las jóvenes.
Además, programas como “Primera Experiencia Profesional” y el “Plan de Garantía Juvenil Plus” abren oportunidades reales para acceder a empleos dignos, apostando por el empleo verde y los nuevos nichos vinculados a la digitalización.
El Salario Mínimo Interprofesional, que ha aumentado un 61% desde 2018, ha beneficiado a miles de jóvenes, especialmente a quienes están empezando su vida laboral, mejorando sus condiciones y reconociendo el valor de su trabajo.
La precariedad no debería ser una etapa de la juventud. Es una injusticia estructural que este Gobierno está desmontando.
En materia de vivienda, el Bono Alquiler Joven es una ayuda directa de hasta 250 euros mensuales destinada a jóvenes entre 18 y 35 años con ingresos limitados. Este apoyo alivia una de las mayores barreras para iniciar un proyecto de vida propio. La Ley por el Derecho a la Vivienda ha impulsado cambios reales y la ampliación del parque público de vivienda junto a comunidades autónomas y ayuntamientos es una apuesta firme por entender la vivienda como un derecho, no como un privilegio.
La educación es, sin duda, el mayor ascensor social. Hoy, el nivel económico ya no impide el acceso a estudios superiores. Miles de jóvenes que antes no podían permitirse estudiar ahora sí tienen esa oportunidad. Las becas han alcanzado cifras récord, ampliando el umbral de renta y aumentando las cuantías para estudiantes desplazados, avanzando hacia una educación superior más inclusiva y equitativa.
La formación profesional también ha cambiado profundamente, apostando por la formación dual como una vía directa a empleos dignos y cualificados.
Por primera vez, las prácticas formativas cotizan a la Seguridad Social, reconociendo derechos a quienes se están formando y evitando que el primer contacto con el mundo laboral sea sin garantías.
En sanidad, la juventud ha puesto en el centro una demanda urgente: la salud mental. El Gobierno ha respondido con hechos concretos: creó la Estrategia Nacional de Salud Mental, activó el teléfono 024 para la prevención del suicidio e incorporó psicólogos y psicólogas en Atención Primaria y centros educativos. Cuidar la salud es garantizar igualdad de oportunidades y bienestar integral. Lo público no solo protege, también transforma y acompaña.
La movilidad tampoco puede ser un lujo. Por eso se creó el Bono Joven de Transporte, que permite a menores de 30 años acceder a abonos mensuales con descuentos de hasta el 90% en trenes de cercanías, media distancia y autobuses (o guaguas, como decimos en Canarias).
Además, la iniciativa Verano Joven ha facilitado que millones de jóvenes se desplacen por España y Europa con descuentos de hasta el 90% en transporte nacional y del 50 % en el Interrail europeo. Estas políticas fomentan un modelo de movilidad más justo y sostenible.
No podemos olvidar que la cultura es un puente que conecta generaciones y enriquece nuestra identidad. Por eso, el Gobierno ha reforzado las ayudas y becas culturales, impulsado espacios juveniles y promovido la educación artística en los centros educativos.
El Carné Joven Cultural ofrece a jóvenes de 14 a 30 años descuentos en museos, conciertos, cines y teatros en España y 37 países europeos, además de incluir un seguro de viaje. Es válido hasta cumplir los 31 años.
También destaca el Bono Cultural Joven, una ayuda de 400 euros para quienes cumplen 18 años: 200 para actividades culturales en vivo, 100 para productos culturales en formato físico y 100 para consumo digital. Así se garantiza un acceso real e inclusivo a la vida cultural.
¿Qué sería de una democracia sin la voz activa y comprometida de su juventud? La democracia va mucho más allá del voto. Por eso, el Gobierno ha renovado el Consejo de la Juventud de España, impulsado presupuestos participativos juveniles y fortalecido el asociacionismo.
Aún hay retos importantes por delante, como mejorar el acceso a la vivienda o reforzar el apoyo a la salud mental. Pero los avances de estos años son un punto de partida sólido.
Nuestro compromiso es firme y constante: seguir ampliando derechos, consolidando conquistas y abriendo caminos para que nadie se quede atrás.
Sigamos participando, movilizándonos y defendiendo lo público. Lo que hoy construyamos juntos y juntas será el legado de las futuras generaciones.
Juventud, divino tesoro.
Jonay Quintero Hernández es diputado socialista por Santa Cruz de Tenerife