La humanidad ha fallado: la ONU constata su incapacidad para mantener a raya la temperatura del planeta
A las puertas de la Cumbre del Clima de Belém (Brasil), Naciones Unidas confirma el fracaso de las políticas ambientales: no se va a respetar el Acuerdo de París, que pretendía limitar el calentamiento global a 1,5 °C, con "consecuencias devastadoras".

La 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima se celebrará del 6 al 21 de noviembre de 2025 en Belém (Brasil). Reunirá a líderes mundiales, científicos, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil para debatir las medidas prioritarias para hacer frente al cambio climático. La cita se centrará en los esfuerzos necesarios para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, la presentación de nuevos planes de acción nacionales (NDC) y los avances en los compromisos financieros contraídos en la COP29, la de Bakú (Azerbaiyán).
Aunque este tupo de eventos son indispensables para mantener el compromiso de los estados sobre el cuidado del planeta, es imposible escapar de cierto catastrofismo, cuando en los días previos afloran las primeras verdades: dice la ONU que la humanidad está fallando y que se muestra incapaz de mantener a raya la temperatura del planeta. La culpa no es tanto de la aceleración del calentamiento global, como de la falta de compromiso y voluntad política para atajarlo.
El objetivo mundial era el de mantener el aumento de las temperaturas por debajo de los 1,5 grados, pero está "fracasando estrepitosamente", según una revisión de la ONU de los planes de reducción de carbono de los países antes de la cumbre COP30 de la próxima semana, desvelada este martes. Sólo 64 países han presentado nuevos compromisos para limitar los gases que calientan el planeta este año, a pesar de que todos estaban obligados a hacerlo ya como parte del Acuerdo climático de París de 2015, el más ambicioso firmado hasta la fecha.
Aunque el dossier de la ONU muestra avances en la reducción de las emisiones durante la próxima década, la caída proyectada no es suficiente para evitar que las temperaturas superen los objetivos globales, reconocen. En concreto, ha estimado que las promesas de reducción de carbono de los países implican una reducción del 10% de esas emisiones para 2035, una gota en el océano, y avisa de que no puede proporcionar una visión general global sólida, toda vez de que la mayoría de los países no presentaron siquiera planes a tiempo. Además de inacción, oscurantismo.
A pocos días de las tensas negociaciones climáticas que se esperan en la COP30, la oficina de Cambio Climático de la ONU ha hecho balance del cálculo de emisiones y la evaluación formal de los compromisos nacionales para 2035. Que cada nación asuma su carta de presentación de cara a la cita. Añade un cálculo adicional que incorpora elementos de los principales contaminadores, como China y la Unión Europea (UE), que no han presentado compromisos oficiales completos y actualizados.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo la semana pasada que la acción lenta de las naciones significaba que era "inevitable" que los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C fracasaran en el corto plazo, desatando impactos devastadores durante un período de sobrepaso mientras los países trabajaban para reducir las temperaturas nuevamente para fines del siglo.
Lo ha repetido de nuevo hoy en una entrevista en el diario británico The Guardian. "Reconozcamos nuestro fracaso -declara-. Lo cierto es que no hemos logrado evitar un sobrecalentamiento por encima de 1,5 °C en los próximos años. Y superarlo tiene consecuencias devastadoras. Algunas de estas consecuencias devastadoras son puntos de inflexión, ya sea en la Amazonia, en Groenlandia, en la Antártida occidental o en los arrecifes de coral", expone el político portugués.
El jefe climático de la ONU, Simon Stiell, ha indicado, al presentar su informe, que el estimado recorte de emisiones del 10% sugiere que "la humanidad está claramente inclinando la curva de emisiones hacia abajo por primera vez, aunque todavía no lo suficientemente rápido".
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU ha indicado que las emisiones deben caer un 60% para 2035, desde los niveles de 2019, para tener una buena posibilidad de limitar el calentamiento global a ese ansiado 1,5 por encima de los niveles preindustriales. "La ciencia es igualmente clara en cuanto a que las temperaturas pueden y deben reducirse absolutamente a 1,5 °C lo más rápidamente posible después de cualquier sobrepaso temporal, acelerando sustancialmente el ritmo en todos los frentes", dijo Stiell en un comunicado.
Reto sobre reto
Las negociaciones sobre el clima de dos semanas de la COP30 en plena Amazonia tienen como objetivo galvanizar el impulso frente a unos Estados Unidos hostiles (va por ti, Donald Trump), tensiones geopolíticas, preocupaciones económicas y temores de que los objetivos climáticos más ambiciosos ya se están alejando de nuestro alcance.
Los acuerdos climáticos de París de 2015 tenían como objetivo limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900), y a 1,5 °C si era posible. Ambicioso, sí, pero factible. Como el calentamiento promedio hoy ronda los 1,4 °C, muchos científicos creen que el umbral de 1,5 °C probablemente se superará antes del final de esta década, a medida que los humanos sigan quemando petróleo, gas y carbón. Pero subrayan que cada fracción de grado de aumento de temperatura evitado es crucial para limitar el peligro, por lo que no hay que tirar la toalla.
Los expertos afirman que si las temperaturas superan los 1,5 °C, la humanidad probablemente tendrá que intentar reducir el calentamiento mediante el uso de tecnologías para eliminar el carbono de la atmósfera que aún no están operativas a gran escala.
Según el Acuerdo de París, cada país debe presentar planes cada vez más ambiciosos, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), cada cinco años, y los planes hasta 2035 deben presentarse este año. Pero, como decíamos, sólo 64 de casi 200 lo habían hecho a finales de septiembre, fecha límite para el informe anual oficial.
Como resultado, Stiell dijo que el documento "ofrece una visión bastante limitada", obligando a la ONU a intentar un cálculo más general. "Este panorama más amplio, aunque todavía incompleto, muestra que las emisiones globales caerán alrededor de un 10% para 2035", dijo.
La estimación incluyó la presentación estadounidense realizada antes del regreso de Trump como presidente de Estados Unidos en enero. Desde entonces, anunció que retirará a su país del acuerdo de París por segunda vez, calificó el cambio climático de "engaño" y tomó medidas para limitar los estudios científicos y la recopilación de datos.
La estimación incorporó, a su vez, un compromiso de China, el mayor contaminante del mundo, de reducir las emisiones entre un 7 y un 10% para 2035, su primer objetivo nacional absoluto. Y también se tuvo en cuenta la "declaración de intenciones" de la Unión Europea de reducir las emisiones entre un 66,25% y un 72,5% para 2035 en comparación con los niveles de 1990. Se anunció en septiembre, mientras el bloque de 27 naciones lidiaba con desacuerdos internos sobre sus ambiciones climáticas.
"Aún estamos en la carrera, pero para garantizar un planeta habitable para los ocho mil millones de personas que habitamos hoy, debemos acelerar urgentemente el ritmo, en la COP30 y cada año a partir de entonces", concluye Stiell.
