El presidente del Parlament balear (Vox) será juzgado por un supuesto delito de odio
Gabriel Le Senne deberá depositar una fianza de 40.000 euros en el plazo de un día. El político protagonizó una dura escena en la cámara autonómica, en la que arrancó una fotografía de Aurora Picornell, víctima del franquismo, del portátil de una diputada y la rompió. Después pidió perdón por "haber perdido los estribos".
El polémico president del Parlament balear e integrante de Vox, Gabriel Le Senne, tendrá que responder por lo sucedido durante la sesión plenaria de junio del pasado año en la que perdió los papeles y destrozó la fotografía de una víctima de la represión franquista, tras arrancarla del portátil de una diputada de socialista.
Además, solicitan para Le Senne una fianza de 40.000 euros que deberá abonar en el plazo de un día, bajo riesgo de que se le embarguen bienes para hacer frente a esa cuantía. También han reclamado desde el PSOE balear a la mandataria popular Marga Prohens que le cese. Y el propio president del Parlament ha asegurado que está dispuesto a colaborar con la justicia para "despejar toda duda de que no cometió ningún delito".
Este jueves, el juez Juan Manuel Sobrino ha acordado la apertura de juicio oral en su contra por un presunto delio de odio. Es decir, investigará si se ha cometido un delito en el marco de lo que era un debate parlamentario sobre la toma en consideración de la iniciativa para derogar la Ley de Memoria y Reconocimiento Democráticos de las Islas Baleares -cuando los de Abascal rompieron con el PP en los gobierno de coalición autonómicos, esa derogación acabó siendo desactivada en un acuerdo entre populares y la izquierda-.
El propio Le Senne llegó a declarar sobre lo sucedido que estuvo un "buen rato", durante "media hora", tratando de "convencerlas por las buenas" y que "como no han querido por las buenas, pues por las malas". Posteriormente acabó pidiendo disculpas excusándose en que "no rompí nada a propósito, mi intención era retirar ese cartel y así lo ordené" y que eso fue "lo que me sacó de mis casillas, y pido disculpas por ello".
¿Pueden forzar la salida de Le Senne si él no quiere?
En este sentido, el portavoz adjunto del PSIB en el Parlament, Marc Pons, ha sido el encargado de dirigirse a la president Prohens señalando que "hoy es un día negro para Baleares y para la democracia en su conjunto. Nunca nadie había degradado la imagen del Parlament como lo está haciendo en estos momentos su presidente, arropado por el PP [los populares no pidieron su dimisión tras la rotura de la foto]".
Los socialistas apuntan a que si Le Senne no deja el cargo, la responsabilidad debe recaer en la presidenta balear, que le propuso. De esta forma, el reglamento de la cámara autonómica contempla varios escenarios y posibilidades en base a dos artículos.
En virtud del artículo 9, se estipula que tras dictarse apertura de juicio oral, lo que acaba de suceder, un grupo parlamentario puede impulsar la suspensión de derechos y deberes. No obstante, requerirá de mayoría absoluta, lo que hace imprescindible el apoyo del PP. El artículo 39, regula las condiciones para una remoción, un mecanismo que es posible activar con una mayoría de tres quintos en la que el PP también es crucial.
El comunicado
Cabe recordar que el 18 de junio de 2024, Le Senne protagonizó una bronca intervención en la que llamó al orden a dos diputadas socialistas y miembros de la Mesa de la Cámara, que llevaban en sus ordenadores portátiles las fotografías de los represaliados. Le Senne destrozó la imagen de Aurora Picornell y después expulsó a dichas diputadas autonómicas del PSOE, Mercedes Garrido y Pilar Costa.
También cabe destacar que el propio Parlament balear emitió un comunicado en el que se descargaba parte de la responsabilidad de Le Senne. "Al volver la señora Garrido a abrirlo, el presidente intentó retirar el cartel. En ningún caso fue su intención romperlo. No obstante, el presidente admite que habría sido más apropiado ordenar a los servicios de la Cámara la ejecución de la decisión".
En ese mismo texto, se resolvía que "en cualquier caso, no es posible censurar la actuación del presidente, sin antes censurar la actitud previa provocadora de la vicepresidente y secretaria segundas del Parlament".