Hablamos con una de las portavoces de las protestas en La Vuelta: "Claro que defendemos el deporte, no que se use para blanquear el genocidio"
Lidon Soriano es, además de deportista, portavoz de la Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel.

Puede que no pase con el deporte de base, pero casi podría decirse que no hay nada más político que el deporte profesional. ¿Acaso no fue política que Qatar albergara el Mundial de fútbol de 2022? ¿Fue más política la actuación de Jesse Owens o la elección de la Alemania nazi para celebrar los Juegos Olímpicos de 1936? Hace tanta política Kylian Mbappé cuando se posiciona contra la ultraderecha como Unai Simón cuando dice que los futbolistas no deben hablar de nada que no sea fútbol. ¿Han ido a ver la famosa Invictus quienes ven erróneo mezclar política y deporte? Ejemplos hay miles, tantos como historia tiene el deporte. Hay política, en definitiva, en las protestas contra el genocidio en La Vuelta, pero también en las organizaciones que permiten la participación de Israel en estos eventos. Como también la hubo cuando prohibieron la de Rusia. Por haber, hay política hasta en las votaciones de Eurovisión.
Para el tan manido y tramposo discurso del "no hay que mezclar política y deporte" a raíz de las protestas contra el genocidio en La Vuelta ciclista a España, tiene una respuesta hasta el fundador del equipo israelí que está en la diana de las manifestaciones, el empresario millonario Sylvan Adams. Si apostó por el Israel – Premier Tech no fue por otra cosa que lograr que "Israel llegue a cientos de millones de personas". "No me gusta decir que es una mezcla de deportes y política. Me gusta decir que es 'diplomacia deportiva'. Hago una distinción”, declaró Adams en una entrevista para The Jewish Chronicle. Si este empresario puede combinar ambos conceptos, ¿por qué no los que denuncian su participación en La Vuelta?
Lidon Soriano es deportista y también doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Con tal currículum, sería extraño suponer que guarda algún tipo de antipatía hacia el deporte. Pero es que además de todo lo anterior, Soriano, quien también dio el txupinazo de este año, es una de las portavoces de la Plataforma para el Boicot Deportivo a Israel, desde donde se coordinan a nivel estatal las acciones de protesta no violenta en cada etapa de La Vuelta. ¿Quiere Soriano acabar con la carrera ciclista, que no se produzca? La respuesta resumida es "no". La ampliada la cuenta ella misma en conversación telefónica con El HuffPost. "Nuestro objetivo en ningún momento ha sido el de parar La Vuelta, sino el de mostrar el apoyo al pueblo palestino y su lucha por acabar con la ocupación, con el apartheid. Queremos hacer presión a nuestros Gobiernos para que detengan el genocidio. La mayoría de las compañeras que organizamos las protestas somos deportistas, claro que defendemos el deporte y las competiciones, pero no que se utilice para blanquear un genocidio, una absoluta barbaridad. Lo que pedíamos y pedimos era la expulsión de Israel justamente para que existiera una competición limpia, bonita, que permitiese a la gente salir en masa a aplaudir", relata.
La propia Soriano, al llegar a la Universidad, se planteó la misma cuestión que muchos hoy: ¿por qué mezclar política con deporte? "Cuando estudiaba INEF, nos dieron para leer el libro Deporte, Cultura y Represión y yo me preguntaba qué tenía que ver una cosa con la otra. Lo leí y entonces lo entendí. El deporte siempre ha sido utilizado por los países o regímenes para mostrar su lado más fuerte. Cuando competían en los Juegos Olímpicos Estados Unidos y la URSS no competían dos equipos, sino dos sistemas políticos. Partiendo de la base de que todo en la vida es política, el deporte es también una herramienta más. El deporte es el campo que más impacto social tiene, mucho más incluso que la cultura", explica la activista.
La idea de mostrar el rechazo a la participación de un equipo israelí en La Vuelta surgió hace unos meses. En julio, Navarra iba a acoger el Campeonato de Europa de Sófbol Femenino Sub-18. La sociedad navarra, con sus múltiples movilizaciones, desde Yala Nafarroa con Palestina o BDZ Nafarroa, de las que forma parte Lidon, denunciaron entonces que se fuera a acoger un evento con la participación de Israel. Aunque al final tuvo lugar, lograron que el Gobierno de Navarra rechazara la presencia del equipo israelí. A partir de ahí, se fue gestando la idea de llevar la protesta a un evento de tal magnitud como La Vuelta. "Hablamos entre gente de RESCOP, de BDS... Empezamos cinco personas y acabamos siendo más de 50. Nos coordinamos con Italia [la vuelta partió de Turín] y poco a poco se fue sumando gente de todos los pueblos por los que pasaba La Vuelta, organizaciones propalestinas pero también organizaciones vecinales o sencillamente gente que quería hacer algo", recuerda Soriano.
Esa organización resultó exitosa. Desde el inicio de La Vuelta, cada una de las etapas ha estado protagonizada por las diferentes protestas en favor de Palestina y contra la participación del equipo israelí. En el País Vasco y Galicia no se llegaron a completar todas las etapas. Este jueves, la organización del circuito ha decidido acortar el recorrido de la contrarreloj que se celebra en Valladolid. Y, para este fin de semana, hay convocadas concentraciones en Madrid durante el final de La Vuelta. El Gobierno desplegará para ello un dispositivo policial pocas veces visto. Soriano afirma que "desde la Plataforma siempre se promueven acciones de resistencia civil no violentas. Hay una serie de protocolos para que nadie salga herido, ni los ciclistas ni los activistas. Por eso pedimos que no se agreda, estar visibles, quietos...".
Por ello, Soriano se muestra sorprendida de que el juez Santiago Pedraz decidiese abrir diligencias este miércoles por un posible delito de odio, desórdenes públicos, lesiones o contra la seguridad vial durante las protestas a raíz de una denuncia de la asociación proisraelí Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM). "Es una sorpresa ingrata, pero, por otro lado, que nos denuncie una organización que se ha caracterizado por respaldar sin fisuras al Estado de Israel, teniendo en cuenta que está cometiendo un genocidio, significa que estamos haciendo las cosas en la dirección correcta", argumenta.
¿Y qué pasa si finalmente el equipo de Israel cruza la línea de meta? ¿Sería una derrota para las personas que protestan contra su participación? De nuevo, la respuesta resumida es "no". "En absoluto. Al final, el objetivo también es detener el genocidio y por ahora no se ha logrado, pero todo lo que hagamos son pequeñas victorias, como pasa con la flotilla. Hemos conseguido crear, por ejemplo, una red de contactos europea que de otra forma habría costado meses o años. La red de solidaridad que se ha creado es maravillosa", resume la activista.
A quien también acusaron de mezclar política con deporte fue al boxeador Muhammad Ali. En 1967, el Gobierno de Estados Unidos lo reclutó para luchar en la guerra de Vietnam. Ali se negó. "No voy a ir a 1.000 millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar a otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos", dijo. Esa mezcla de política y deporte sí trajo consecuencias. La Asociación Mundial de Boxeo le arrebató el título y estuvo tres años sin poder pelear. Desde el 7 de octubre de 2023, Israel ha matado a casi 65.000 personas y herido a cerca de 165.000. Más de 400 han muerto de hambre.
