Zelenski en España: el aliado "que no cerró los ojos" pero al que pide un esfuerzo más
El presidente de Ucrania llega a Madrid este martes, donde visitará el Congreso, se reunirá con el rey y Sánchez y contemplará el 'Gernika', pero también pedirá más ayuda, especialmente en defensa aérea. Su situación es delicada, como la de su país.
Tras anulaciones y complicaciones de agendas varias, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aterriza hoy en España, la última etapa en una gira que lo ha llevado también a Grecia y Francia. Busca, sobre todo, abrigo: con Rusia amenazando con hacerse con ciudades importantes del este y redoblando sus ataques contra infraestructura energéticas esenciales a las puertas del invierno y sin avances en las negociaciones con Moscú, Kiev necesita con urgencia más ayuda aliada. Es lo que va a pedir a Madrid.
Zelenski siempre ha aplaudido públicamente la mano tendida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha calificado de "socio fiable". "Nos ayudó a defender nuestro país desde el primer día. España no cerró los ojos", ha defendido en reiteradas ocasiones. Ahora, viene a darle las gracias de nuevo y a rogar más. En estas horas previas al viaje, el mandatario ucraniano ha confiado en que el encuentro redundará en un refuerzo de la defensa aérea de su país. "Llevamos preparándonos desde hace mucho tiempo y ahora podemos decir que la visita a España va a ser productiva", indicó el domingo, desde Atenas.
Zelenski tendrá una agenda ajustada: acudirá a un acto en el Congreso, con la presencia de presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, y del presidente del Senado, Pedro Rollán. Ya intervino en el hemiciclo, en 2022, pero de forma telemática. Más tarde, mantendrá un encuentro en la sede de Indra con representantes de la industria de defensa española y, hacia mediodía, se reunirá en el Palacio de la Zarzuela con Felipe VI, con quien mantendrá también un almuerzo. Ya por la tarde, acudirá a La Moncloa para reunirse con el presidente Sánchez, con quien procederá a la firma de acuerdos bilaterales. Luego, darán una rueda de prensa conjunta.
El momento más simbólico de su viaje tendrá lugar antes de verse con Sánchez, cuando Zelenski acuda al Museo Reina Sofía para ver el Guernika de Pablo Picasso, una obra convertida en un símbolo internacional del rechazo a la guerra. Al bombardeo de la Guerra Civil española suele hacer referencia el ucraniano, tendiendo paralelismos con el horror que sufre su pueblo.
Con esta visita, el mandatario ucraniano retoma un viaje a España que tuvo que ser cancelado en abril de este año para que el líder ucraniano pudiera asistir al funeral del papa Francisco en el Vaticano. Sí estuvo en nuestro país en mayo del año pasado, para la firma en el Palacio de la Moncloa del acuerdo bilateral en materia de seguridad y, previamente, participó en Granada, en octubre de 2023, en la reunión de la Comunidad Política Europea organizada durante el semestre de presidencia española de la UE.
En las jornadas previas a su estancia en la capital española, Zelenski ha cerrado un acuerdo con Grecia para importar a través de ese país mediterráneo gas natural licuado de Estados Unidos, con el fin de cubrir el déficit que sufre por los continuados ataques rusos al sector energético. Y en Francia, además, ha firmado un compromiso para adquirir aviones de combate Rafale (hasta cien en los próximos diez años) y sistemas de defensa antiaérea que Ucrania recibirá de forma gradual durante la próxima década a partir del año próximo.
La ayuda española
Hasta el momento, España ha estado siempre al lado de Ucrania, desde que el Kremlin lanzó su denominada "operación militar especial", el 24 de febrero de 2022. Ya desde 2014, cuando el país sufrió la anexión unilaterial de la península de Crimea por parte del régimen de Vladimir Putin y el levantamiento del Donbás alentado por prorrusos, Madrid cooperó con Kiev. En aquellos años, la asistencia fue no letal (humanitaria y sanitaria, sobre todo), y así empezó siendo al iniciarse esta contienda, pero si el 27 de febrero España empezó aportando cascos, chalecos, mascarillas o guantes, apenas el 2 de marzo de aquel año ya pasó a la ayuda letal: lanzacohetes, ametralladoras, municiones. La cosa iba en serio.
Con el paso de los meses, en esta guerra que Moscú pretendía rápida y no lo ha sido, el Ejecutivo de PSOE y Sumar ha ido entregando material más sofisticado y determinante a sus aliados del este. Según se extrae de las informaciones del Ministerio de Defensa en este tiempo, se han enviado a la zona 12 lanzadores de baterías antiaéreas Hawk, misiles Harpoon, cohetes Aspide, dos lotes de misiles Patriot, lanzagranadas C90, cañones OTO Melara de 105mm, munición de artillería, fusiles de asalto y munición, ametralladoras, obuses, morteros, minas anticarro, drones, sistemas de guiado remoto de armas, equipos de visión nocturna, vestuario contra ataques químicos, radiactivos o biológicos, equipación invernal, chalecos antibalas, rastreadores de minas, material sanitario, hospitales de campaña, generadores de electricidad, 40 camiones de carga, ocho embarcaciones de patrulla, al menos 50 blindados Transporte Oruga Mecanizado, vehículos VAMTAC para infantería y 30 carros de combate Leopard. El Gobierno siempre ha defendido que se ha entregado un material "en perfectas condiciones de empleo", sin merma en sus capacidades operativas.
Como compromisos más recientes, el Ministerio de Defensa ha adelantado el envío de un paquete con sistemas de defensa contracarro y más munición de diversos calibres, más equipos de visión nocturna y vehículos tácticos, de los que, como es costumbre, no se dan detalles por cuestiones de seguridad. Y el de Exteriores también confirmó, el mes pasado, el envío de 70 generadores para "reforzar el sistema eléctrico" ucraniano.
El informe remitido por la Secretaría de Estado de Comercio a la comisión de Defensa del Congreso en marzo pasado, con los datos sobre comercio de armamento en 2023 y el primer semestre de 2014, también sitúa a Ucrania entre los destinatarios principales de material militar fabricado en España: las exportaciones de material de defensivo al país atacado ascendieron en dicho periodo a 283,7 millones de euros. Los 153 millones del 23 completo representan el 4,1% de todas las operaciones realizadas a lo largo del año.
A ello se suma, cita el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) en un informe de mayo, los más de 100 millones de euros destinados a asistencia humanitaria y un equipo español de médicos formadores. En mayo de 2023, añade el documento, se suscribió un acuerdo con el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) para aportar 100 millones en garantías financieras y en 2025, una contribución adicional de 10 millones de euros para atender a grupos vulnerables.
El pasado febrero, en su cuarta visita a Kiev desde el inicio de esta contienda, el presidente Sánchez anunció que a lo largo de este año se destinarían mil millones de euros en ayuda militar a Ucrania, los mismos que ya se apartaron para ese fin en 2024 en el que fue el mayor desembolso para un tercer país efectuado en la historia por el Gobierno español en la materia. Se pretende llegar a los que podrán llegar a los 5.000 millones en 2027. El Instituto alemán Kiel, en su base de datos sobre la ayuda que recibe Ucrania, calcula que Madrid ha entregado ya, en total, 1.470 millones de euros, un 0.12% del PIB, lo que lo sitúa en el puesto 16 de la lista de donantes. Como defiende el Ejecutivo, "es un imperativo ético y estratégico" estar presentes en el refuerzo de Ucrania.
También se ha acogido a refugiados (la población ucraniana en nuestro país ha pasado de 96.880 personas a finales de 2021 hasta 313.221 al término de 2024, expone el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio de Inclusión), y en el marco de la misión de asistencia militar de la EUMAM Ucrania (la Misión de Asistencia Militar de la UE en apoyo a Ucrania del Consejo Europeo) y de la misión civil para la reforma de la seguridad, se ha transferido conocimiento para mejorar la capacidad militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, un intangible de enorme meso, como el de la formación de sanitarios.
Además de con la Unión Europea, España tiene España hoy misiones exteriores en el este de Europa también con OTANcon un enfoque en la disuasión y la defensa del flanco oriental. Las principales misiones aliadas incluyen la participación en despliegues terrestres (Forward Land Force) en Letonia, Eslovaquia y Rumanía y la misión de Policía Aérea Reforzada (Persistent Effort).
Desde el año pasado, hay en vigor un Acuerdo Bilateral de Seguridad y Defensa que regula todos los intercambios, tanto en lo militar como en lo humanitario y con la mira puesta en la reconstrucción de Ucrania y una paz "justa y duradera" para sus gentes.
En su última conversación con Sánchez, que tuvo lugar el 21 de octubre, Zelenski habló del apoyo de España al sistema energético del país y de "medidas que podrían reforzar" las defensas aéreas ucranianas. Apenas dos días después, España se sumó al programa PURL (acrónimo en inglés de Lista de Requerimientos Prioritarios de Ucrania), por el que nuestro país comprará armas a Estados Unidos para entregárselas a Kiev, vía OTAN. Es uno de los principales compromisos que el Ejecutivo de Donald Trump ha arrancado a sus socios europeos, que le permite no poner ni más medios ni más dinero ante la invasión rusa y, a la vez, que las empresas de defensa de EEUU hagan negocio vendiendo material al viejo continente.
Por ahora se desconoce con cuánto dinero va a colaborar España, pero el diario El País adelantó que podrían ser unos 200 millones de euros, siguiendo lo prometido por otros socios. Con ese fondo se buscará, sobre todo, un refuerzo de los cielos ucranianos y la protección de sus infraestructuras críticas.
Nuestro país también forma parte de la llamada Coalición de Voluntarios o de los Valientes, una alianza de naciones que busca garantizar la seguridad de Ucrania después de un hipotético acuerdo de paz con Rusia. Su objetivo principal es proporcionar garantías de seguridad, lo que podría incluir la presencia de tropas de tierra, mar y aire, pero no para hacer la guerra, sino para disuadir, para evitar una futura agresión y asegurar la paz. Esta iniciativa ha sido impulsada por Francia y Reino Unido y cuenta con el compromiso formal de al menos 35 Estados ya.
Tensiones políticas y militares
Lo cierto es que Zelenski llega en un momento complicado, en lo político y en lo militar. Empezando por el campo de batalla, preocupa el claro avance ruso. Como explica la Agencia EFE, toda la atención se había centraba en los combates por las ciudades orientales de Pokrovsk y Kúpiansk, que Rusia sigue sin tomar pese a los partes de Moscú que apuntaban a su caída inminente. Pero el Ejército ruso sí ha tomado en solo unos días varias localidades en el frente de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania.
Este avance ruso es probablemente el más rápido que se haya visto en un campo de batalla generalmente estancado desde que las fuerzas del Kremlin recuperaran la iniciativa hace algo más de dos años, indica este medio.
La ofensiva rusa en la región de Zaporiyia ha encendido las alarmas en Ucrania, donde numerosos expertos apuntan al déficit de personal en el Ejército de Kiev como uno de los problemas que han permitido a estos progresos de las fuerzas rusas.
El popular bloguero militar Serguí Sternenko ha advertido de que Ucrania se encamina a "una catástrofe de escala estratégica" que podría poner en peligro la existencia misma del Estado. Si no se producen cambios drásticos, dijo, "es cuestión de tiempo" que los tanques rusos lleguen a las ciudades de Zaporiyia y Dnipró.
Pero los quebraderos de cabeza del mandatario ucraniano van más allá de las trincheras y los drones. Vienen, también, de los despachos, más en concreto de un escándalo de corrupción que se destapó hace una semana, el llamado Caso Midas. ¿Qué es lo que ha pasado? Que varios ministros que han servido en su Administración están siendo investigados por la Oficina Anticorrupción (NABU) por su presunta implicación en una trama de sobornos a contratistas de la empresa pública de energía atómica que estaría liderada por el empresario Timur Mindich. Mindich es amigo del presidente y es propietario del 50 % de la productora que fundó Zelenski en sus tiempos de actor. El presidente ucraniano ha dictado sanciones contra Mindich, que huyó del país horas antes de que la NABU empezara los registros el lunes de la semana pasada.
La revelación gradual de fragmentos del millar de horas de conversaciones interceptadas por la NABU y la Fiscalía Especial Anticorrupción (SAP) a la trama se ha convertido estos días en el culebrón político más popular en Ucrania, donde muchos se preguntan sin Mindich pudo llegar a tener tanta influencia sobre varios ministros al mismo tiempo sin el favor de la Presidencia.
Las pruebas del caso fueron recabadas durante quince meses por la SAP y la NABU. En julio de este año, Zelenski intentó subordinar a la NABU al fiscal general del Estado, un puesto que depende de la Presidencia, pero hubo de rectificar y renunciar a su plan de reforma debido a la presión de sus principales aliados europeos.
Estar en España no borrará toda esa mochila de problemas, pero se puede aliviar su peso si logra un compromiso de Sánchez que le permita seguir afrontando una guerra que camina hacia su cuarto año.