Destapan que el riguroso control de equipaje del aeropuerto puede tener motivaciones financieras ocultas
Los trabajadores que interceptan maletas son recompensados económicamente.
Volar con una aerolínea de bajo coste es sinónimo de tener que medir muy bien el equipaje que se lleva si se quiere evitar que el precio final del billete se incremente de forma considerable.
En ese sentido, una investigación de The Guardian ha revelado que la aerolínea easyJet lleva a cabo una práctica controvertida. Los trabajadores son incentivados económicamente en los controles de equipaje para captar viajeros cuyas maletas excedan las medidas con las que se puede viajar sin sobrecoste.
Todo se basa en un sistema de bonificaciones que recompensa a los empleados de empresas de asistencia en tierra, como Swissport y DHL Supply Chain, por cada pasajero que detecten con equipaje de mano de gran tamaño.
En un correo electrónico interno publicado por el mencionado medio británico, se señala que los trabajadores obtienen una recompensa de una libra neta (1,16 euros netos, al cambio actual) por cada maleta interceptada en la puerta de embarque.
En concreto, easyJet permite a cada pasajero llevar una maleta pequeña que quepa debajo del asiento sin coste alguno. Si se lleva equipaje adicional o de una medida mayor, se debe pagar un extra.
El problema se da cuando los viajeros llegan a la puerta de embarque con una maleta que, aunque sea por solo unos centímetros, sobrepasa las medidas. En esa situación, el pasajero está obligado a pagar para que el equipaje sea enviado a la bodega de la aeronave.
Ese momento puede derivar en un tenso enfrentamiento entre el trabajador y el viajero, por lo que easyJet trata de premiar económicamente a los empleados por hacer cumplir las normas relativas al equipaje.