El dueño va vender su casa y el comprador se topa con una familia de okupas y la cerradura cambiada
Los inquilinos ileales vieron el anuncio y se mudaron a la casa unos días antes de que el propietario formalizara la operación con el comprador.

Una familia vio un anuncio de la venta de una propiedad y rápidamente llamó al camión de mudanzas, logró entrar en la casa y cambió la cerradura. En unos días, se pasó por allí el comprador, que estaba a punto de firmar la adquisición al día siguiente y se encuentró con que había dentro ya una familia y, además, el camión de mudanzas estaba en la puerta.
El propietario, el estadounidense Mike Haskell, no daba crédito cuando le llamaron de la agencia inmobiliaria que tenía contratada para la venta para decirle que había ya un camión de mudanzas y gente dentro. Se había gastado decenas de miles de dólares en la renovación de su casa de cuatro habitaciones en Windsor Mill, situado en Maryland, Estados Unidos.
Estaba a 24 horas de finalizar la venta de su propiedad cuando recibió una llamada telefónica y se enteró entonces de que una familia desconocida de cuatro personas había estado viviendo en la propiedad durante al menos una semana, sin su permiso, según contó el agente inmobiliario a Spotlight. El comprador había alertado al comercial de la presencia de okupantes en la vivienda que iba a adquirir.
Haskell llamó de inmediato al Departamento de Policía del Condado de Baltimore después de que él y unos amigos comprobaran que, además, las cerraduras de la propiedad habían sido cambiadas y el cartel de venta había sido retirado del patio delantero.
La policía trató la llamada inicial como un “asunto civil”, según documentos obtenidos por Spotlight on Maryland, lo que implica que ni se presentaron cargos ni se produjeron arrestos oficiales ni ocupantes no fueron desalojados. Los okupas admitieron a Spotlight que estaban "ocupando ilegalmente la propiedad de Haskell y reconocieron que sabían que su presencia supuestamente interfería con una venta activa a posibles compradores".
Un hombre y una mujer explicaron que encontraron la casa a través de un anuncio en las redes sociales y que ofrecía una tarifa única de 7.500 dólares estadounidenses (6.400 euros) para mudarse a esta propiedad de Windsor Mill. Ellos aseguraron que habían quedado con el dueño de la vivienda, Mike Haskell le entregaron un pago en efectivo y firmaron un contrato de arrendamiento antes de mudarse, contrato que enseñaron al reportero, aunque no el supuesto anuncio que vieron en redes sociales.
Pero, al final, ante las dificultades de echarles legalmente y el tiempo que se alergaría el proceso, en el caso de que lo consiguiera, Haskell logró persuadir a la familia, que tenía dos niños pequeños, de que abandonara la propiedad y le entregara las nuevas llaves por 3.000 dólares estadounidenses (2.500 euros).
