Disney World, es el lugar donde los sueños se hacen realidad y, sorprendentemente, también donde algunos quieren que sus seres queridos descansen para siempre. Y aunque parezca una fantasía insólita impropia "del lugar más feliz de la Tierra", los empleados de Disney World aseguran que sucede.

Ocurre en los dos parques de atracciones, el de Orlando, en Florida, y el de Anaheim, en California. Pese a estar estrictamente prohibido, los empleados del famoso parque temático han confirmado que al menos una vez al mes descubren a visitantes esparciendo cenizas de difuntos entre jardines, atracciones y rincones icónicos del complejo. 

Esta práctica insólita y completamente ilegal dentro del recinto se ha convertido en una especie de tradición secreta para ciertos fanáticos de Disney que consideran que ese fue el lugar más feliz en la vida de sus familiares.

No es el mejor sitio 

Las atracciones más comunes para realizar esta última despedida son, curiosamente, La Mansión Encantada, Piratas del Caribe y It’s a Small World. Lugares que, para muchos, están cargados de nostalgia y emociones, pero que para los empleados representan un problema técnico y sanitario. “Los sitios más habituales son los jardines, porque es fácil pasar desapercibido, pero también en atracciones o durante el desfile, cuando hay mucha gente alrededor”, explican.

Cuando se detecta la presencia de cenizas, el procedimiento interno obliga a cerrar la atracción involucrada con el clásico mensaje de “cerrado por dificultades técnicas”. En realidad, detrás de esa frase se esconde una “limpieza HEPA”, un protocolo que requiere aspiradoras especiales diseñadas para capturar partículas diminutas como las de las cenizas humanas.

Aunque parezca una curiosa anécdota la realidad es que representa un verdadero dolor de cabeza para la organización, que recuerda que las cenizas deben ser tratadas con respeto y depositadas únicamente en lugares autorizados.

Desde el parque insisten en que, por muy emotivo que resulte el gesto, esparcir cenizas en sus instalaciones está terminantemente prohibido. Aun así, los trabajadores aseguran que la práctica continúa, discretamente, con la esperanza de que sus seres queridos queden para siempre en el “Lugar más feliz del mundo”.