Si alguien que conoces no te saluda por la calle, la psicología dice que probablemente tengas estos rasgos comunes
Tiene una explicación muy evidente y un consejo muy recomendado.
Saludar o no saludar a alguien que conoces -de mucho o de poco-. Una decisión que, a priori, tiene una respuesta bastante fácil y sencilla: sí. Pues bien, no todo el mundo actúa de la misma forma, y las explicaciones pueden ser múltiples, aunque principalmente suelen deberse a un comportamiento muy claro: crear confusión y controlar a la otra persona.
Sí, aunque pueda parecer una conclusión demasiado atrevida, los comportamientos humanos siempre tienen una explicación, y si miramos a la rama de la psicología, y nos fijamos en la explicación de "Philosopher Joe", un creador de contenido de Tiktok, centrado en asuntos psicológicos y filosóficos, respalda esta teoría.
Según expone, este tipo de comportamiento es muy común en muchísimas personas, y la única explicación que él ofrece es que, más que un descuido o falta de atención, en un gran número de casos se trata de una manipulación emocional. Pero, ¿cómo se explica esto?
Pues bien, para darle un sentido a esta aclaración hay que entender que, si una persona no te saluda pese a haberte visto, es muy probable que inconscientemente, esté tomando control sobre ti de una forma muy simple: haciéndote que te plantees por qué no te saluda. Además, es común que, igual que un día no te saluda, al día siguiente sí lo haga y al siguiente vuelva a no hacerlo. Esto genera una gran confusión y hace que la persona se plantee por qué actúa de esa manera, llegando a dudar de uno mismo.
Preguntas como "¿hice algo más?" o "¿por qué me ignora?" son muy comunes en este tipo de situaciones, aunque realmente sería más inteligente no darle vueltas a la cabeza pensando en el asunto y pasar automáticamente.
Sin embargo, y aunque el mejor consejo sea este, ya que cuanto más lejos de comportamientos tóxicos y nocivos, mucho mejor, es también interesante saber el por qué de dichos comportamientos y cómo puede afectarnos psicológicamente. Y es que, como decimos, esta actitud provoca que la víctima trate de recuperar la aprobación de la otra persona, lo que puede potenciar la inseguridad y la búsqueda de validación.
Por todo esto, es muy evidente que el problema central lo tiene la persona que tiene este comportamiento y no la que lo recibe. Ante esto, el mejor consejo es no pensar en ello, no darle importancia y ser agradecido con la otra persona por dejar claro cuál es el camino que tienes que seguir: permanecer lejos de ella.