Un trabajador recibe los salarios de 34 empleados por error y ahora se niega a devolver los 74.000 euros ingresados
El empleado se ha comprado un coche nuevo con el dinero y se ha mudado a otra ciudad.
Un trabajador de una empresa rusa ubicada en la ciudad de Janty-Mansisk ha recibido el mayor salario de toda su vida: siete millones de rublos (el equivalente a 74.000 euros, al cambio actual).
Sin embargo, el empleado, que trabaja como responsable del almacén, no ha obtenido ese gran sueldo gracias a su trabajo. Todo se ha debido a un error en el pago por parte de la empresa que ha hecho que llegue a la cuenta bancaria del trabajador el salario conjunto de 34 empleados.
En concreto, la compañía iba a entregar a sus trabajadores una prima individual de unos 500 euros. Pero lo que ha acabado ocurriendo es que en la nómina de un solo empleado se han incluido los sueldos de 34 de los miembros de la plantilla.
La empresa se dio cuenta rápidamente del fallo en el pago, por lo que le pidió al empleado que devolviera el dinero que había percibido de forma indebida. Sin embargo, el trabajador se negó.
El responsable del almacén optó por negociar con la compañía. Lo que propuso el trabajador fue quedarse con la totalidad del dinero y que la empresa le fuera reduciendo un 20% de su sueldo mensual en las siguientes nóminas, pero la idea fue rechazada.
Para estos casos, la ley rusa contempla dos escenarios. Si el ingreso indebido se debe a un error de facturación, el receptor está obligado a devolver el dinero. En cambio, si el dinero se percibe como consecuencia de un error técnico, la devolución es voluntaria.
El empleado que ha recibido los 74.000 euros ha entendido que el ingreso del dinero se ha producido a raíz de un error técnico, por lo que no estaría obligado a devolverlo. De hecho, ante la presión de la empresa, el trabajador ha decidido gastar el dinero comprando un coche nuevo. Además, ha abandonado su puesto de trabajo, ha cambiado de número de teléfono y se ha mudado a otra ciudad.
La empresa denunció al que era su empleado acusándole de fraude económico, lo que propició que se congelaran las cuentas corrientes a su nombre. Esa denuncia fue desestimada por falta de pruebas, pero la compañía ha recurrido.
Cabe destacar que si el trabajador acaba perdiendo el juicio, más allá de tener que devolver el dinero, podría enfrentare a una pena de hasta diez años de prisión.