Una estadounidense se va a vivir a España y ahora tiene un problema cada vez que regresa a casa: "Hinchada, dolores de estómago"
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Una estadounidense se va a vivir a España y ahora tiene un problema cada vez que regresa a casa: "Hinchada, dolores de estómago"

El cambio de dieta le ha pasado factura.

Jóvenes comiendo nachos dentro de un restaurante.Pedro Arquero

Cada vez más estadounidenses eligen España como lugar de residencia. A pesar del enorme cambio de cultura, estilo de vida, clima e idioma que supone esta mudanza, los ciudadanos se ven atraídos por la calidad de vida, entorno cultural y los costes más accesibles que ofrece nuestro país.

Christina Davis, originaria de Nueva Jersey, se instaló en Barcelona en 2022 y asegura que su nueva vida en el extranjero le ha traído "muchos aspectos positivos". Ya había vivido en la ciudad condal hacía 10 años y, tras vivir en Asia durante la pandemia, decidió dar el paso definitivo.

"Quería estar un poco más en el mundo occidental, y Europa era una especie de punto medio, lo suficientemente cerca de casa para poder ir de visita, pero no en Estados Unidos", explica a Daily Mail la joven de 32 años.

Christina había dejado su trabajo en ventas de dispositivos médicos en 2019, cuando se marchó del país por primera vez. Detrás de su decisión estaba lo que ella llama "la cultura del trabajo" estadounidense, una dinámica que define como "una cultura de mucho trabajo duro y esfuerzo" que "se convierte en tu identidad". 

En su antiguo empleo, solo tenía diez días de vacaciones al año, con una semana adicional si permanecía en la empresa durante cinco años. "Fue una locura. Había demasiado lugares a los que quería ir y una vida que quería vivir. Esos diez días no te dan para mucho", recuerda.

Más vida social y un coste más humano

Actualmente, Christina trabaja como productora de pódcast en Barcelona y asegura que su calidad de vida es "mucho mejor". La estadounidense destaca la sociabilidad de los barceloneses y el hecho de que "todo es mucho más barato", lo que, según dice, "hace que socializar sea mucho más fácil".

"Siempre hay festividades, mercadillos, incluso entre semana. Puedes hacer cosas después del trabajo, y siento que cuando vuelvo a Estados Unidos y voy a visitar a mis amigos, tengo que programar con una semana de antelación solo para ver a alguien", cuenta.

Sin embargo, no todo es idílico. Christina reconoce que los primeros doce meses fueron muy complicados: "El mayor desafío es probablemente el primer año, integrarse es realmente difícil. Al principio puede que te sientas un poco solo, porque hablarás con tus amigos de casa y ellos no pueden comprender por lo que estás pasando".

A esa dificultad se suma el carácter transitorio de la comunidad internacional en Barcelona: "La mayoría de la gente se queda entre dos y cuatro años, y luego regresa a casa. He pasado por dos o tres grupos de amigos".

Una dieta más mediterránea y menos ultraprocesada

También echa de menos a su familia. "Soy muy cercana a ellos", confiesa. Por eso vuelve varias veces al año a Estados Unidos, aunque cada regreso le supone problemas de salud debido al cambio en la alimentación que ha experimentado en España. "La comida me enferma cada vez que vuelvo a casa. Me lleva una semana, estoy hinchada, tengo dolores de estómago por la comida, y eso que como bastante limpio", asegura.

Su testimonio coincide con las conclusiones de varios estudios recientes. Una investigación publicada en el American Journal of Preventive Medicine advierte que los alimentos ultraprocesados "se están convirtiendo en un componente dominante del suministro mundial de alimentos". 

Según este estudio, por cada aumento del 10% en el consumo de estos productos, el riesgo de mortalidad por cualquier causa crece un 3%. En Estados Unidos, los ultraprocesados están detrás del 14% de las muertes prematuras atribuibles a la dieta. Otro estudio, publicado en The BMJ, fue aún más claro: "Por cada ración adicional de alimentos ultraprocesados, la mortalidad por cualquier causa aumentó un 18%".

Carmen Romero Ferreiro, doctora en Biología y vicedecana de Investigación en la Universidad Francisco de Vitoria, explica en Science Centre España que "el consumo de ultraprocesados está directamente relacionado con problemas de salud como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, cáncer, obesidad, ansiedad y otros trastornos mentales, e incluso mortalidad por diversas causas".

En contraste, la dieta mediterránea que Christina disfruta en Barcelona, basada en frutas, verduras, aceite de oliva y productos frescos, está asociada con una mayor esperanza de vida y una mejor salud mental.

España, destino atractivo para estadounidenses: calidad de vida y costes más bajos

A principios de 2024, más de 50.000 estadounidenses estaban registrados como residentes en el país, un aumento del 26% respecto a 2022, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Uno de los factores que más influyen en esto es la significativa diferencia en el coste de vida entre ambos países. Mientras que en Estados Unidos se estiman gastos de unos 2.171 euros mensuales por persona, en España ronda los 1.366.

El alquiler también es más asequible: unos 776 euros frente a los 1.378 en EEUU. Aunque los salarios allí son más altos, 3.739 euros netos mensuales frente a los 1.618 en España, el menor coste de vida permite una mejor relación ingresos/gastos para quienes trabajan en remoto o perciben ingresos desde el extranjero.

Este equilibrio económico, sumado al estilo de vida mediterráneo, convierte a España en una opción cada vez más popular para quienes buscan estabilidad, comodidad y una experiencia cultural enriquecedora. Aun así, Christina duda si se quedará en España indefinidamente. "Ser autónomo en España es notoriamente difícil. Eso es probablemente lo único que me hace dudar si seguiré aquí o no", reconoce.

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