'¿Y si volviera a apagarse?', ¿hemos hecho los deberes con el kit de supervivencia?
Medio año después del 'cero energético' que sumió a España en la oscuridad y tras el llamamiento de la Unión Europea a tener preparada la mochila con la que sobrevivir 72 horas, la experiencia en las empresas detecta que no hemos hecho bien los deberes.
Contradictoriamente, a veces la idea que ilumina la bombilla sobre la cabeza apunta a lo contrario: ¿Y si volviera a pasar?, ¿y si todo volviese a apagarse? Este martes se cumple medio año desde que España comprobase que la amenaza de sufrir un apagón general eran tan real como las horas de incertidumbre que dejó aquel fundido a negro, del que todavía no se han aclarado completamente las causas exactas de por qué ocurrió.
Más allá de la propia investigación al respecto, el caso traspasó las fronteras nacionales para adoptar la forma de un llamamiento directo desde la Comisión Europea a tener preparado un kit de supervivencia con el que resistir 72 horas en caso de catástrofe. Aquella petición, singular y poco frecuente en clave comunitaria, la formuló la comisaria de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis, en un tono tan desenfadado como el de un alto cargo comunitario presentando el contenido de su bolso, pero en 'survival edition' (edición superviviente).
Es muy difícil conocer realmente el número de ventas de productos de este tipo en los últimos seis meses y su distribución en España. Tomando como punto de partida que un grueso importante de las ventas se realizan mediante la compraventa digital en grandes plataformas como Amazon o Aliexpress, la realidad es cuando se produjo el apagón, numerosas personas acudieron en masa a establecimientos físicos y/o con amplia trayectoria, donde poder adquirir productos con garantías y contar con los conocimientos especializados.
Desde El HuffPost hemos acudido a ese termómetro profesional y hemos contactado con distintas tiendas especializadas en este tipo de ámbito y productos para conocer cuál ha sido su experiencia con la dinámica de ventas del kit de supervivencia. Y, sorpresa, parece que no hemos hecho del todo bien los deberes. Con luces y sombras, esto ha sido lo que se han encontrado, en distintos establecimientos españoles, después de que el apagón desatase unos días de auténtica locura por llevarse a casa una radio a pilas o un cámping gas.
Los siguientes testimonios de tiendas especializadas han sido recabados prácticamente medio año después de que se produjese el apagón, pero también escasos días más tarde del reciente comunicado del organismo operador, Red Eléctrica de España, indicando que habían detectado "variaciones bruscas de tensión" en el sistema eléctrico que pueden tener "impacto en la seguridad del suministro" y solicitando cambios en varios procedimientos para prevenir dicho escenario.
Aunque posteriormente se lanzó un mensaje en clave de tranquilidad en boca de la propia presidenta del REE, Beatriz Corredor, en esa primera advertencia se apuntaba a que las variaciones de tensión registradas "pueden desencadenar potencialmente desconexiones de demanda y generación que terminen desestabilizando el sistema eléctrico". Es decir, volvió a brotar la duda de si España podría volver a quedarse a oscuras incluso cuando no había pasado ni un año del "cero energético".
A todo esto hay que sumarle una suerte de promesa que se desprende de una de las encuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, meses más tarde del apagón, en marzo, y en la que se consultó a 4.000 personas. La mayoría se posicionó a favor de la iniciativa, el 55,4% frente al 39,4%, dando a entender que cumplirían con la recomendación y prepararían las mochilas.
"En cuanto lo dicen por el telediario, empiezan a prepararse un poco"
"A la gente se le olvida, esto es un poco como es la pandemia", resumen desde Shoke, firma y grupo asentado en Madrid con 40 años de trayectoria. Desde este establecimiento sí han detectado una subida del interés después del antes mencionado comunicado de REE, pero sin llegar a lo que se vio tras el apagón. Explican desde Shoke que el bum fue "sobre todo al principio" y que, al menos, ha ido cayendo un 20%, pero que "en cuanto lo dicen por el telediario, empiezan a prepararse un poco".
En el caso de este establecimiento -especializado en defensa, seguridad y armería- cuentan con el kit para comercializar, pero donde están notando en los últimos días una subida es en el que fue uno de los productos que más se agotaron tras el apagón, los cámping gas u cocinas portátiles de este tipo. "Ahora mismo hemos agotado, estamos con rotura de stock ahora", explican, indicando que han tenido que solicitar más existencias y eso pasó por duplicar el pedido. Recuerdan que ellos antes no tenían esos hornillos, ya que son una tienda especializada donde, por ejemplo, acudes a comprar artículos que pueden ir de lo más básico a productos concretos como vendas hemostáticas.
"La gente empieza a tener miedo otra vez", reflexionan desde una tienda en la que muchos no se han quedado solo con el listado exacto que recomienda la Comisión Europea. Por ejemplo, destaca quien se ha interesado por la herramienta conocida como rescue me, ese tipo de martillos que pueden verse en los autobuses para romper cristales en caso de emergencia o que también sirve para cortar cinturones en caso de accidentes, y que comenzó a hablarse de ellos con más fuerza tras lo ocurrido con las inundaciones de la DANA en la Comunidad Valenciana.
"La sociedad parece que solo funciona a arreones"
"Nada, no hay alarma social", descartan completamente desde Sherman Survival, empresa con base en Gijón (Asturias) desde la década de los '80, indicando que, en lo referente a la fiebre por el kit, "hubo una época, pero tampoco fue especialmente grande". En su dinámica de ventas, han seguido una línea constante desde que se produjo el apagón. Sí que notaron que "a lo mejor en ese momento se vendieron las purificadores de agua o las mochilas" o "alguna linternita más, tampoco nada extraordinario".
En el día a día, meses más tarde del apagón, no detectan compras destinadas a elaborar una mochila que conforme un kit de supervivencia como el recomendado por la Comisión Europea. "No es una cosa que la gente venga con una lista en la mano", comentan desde Sherman Survival, señalando que creen que "la gente está un poco a la expectativa" y que "normalmente, la sociedad parece que solo funciona con arreones".
En este caso, sí que es cierto que se venden algunos productos que podrían ir dentro del kit, como el caso de la mochila modelo assault, un clásico que se comercializa tanto que no puede achacarse al 'cero energético' en sí. Del que, por cierto, recuerdan que "tampoco el apagón dio muchos problemas, al ser de día y en verano". Siempre quedará la duda de cómo habría impactado en la sociedad el vivir un apagón en horario nocturno.
"Cuando llegó el producto al cliente no le interesó, se pasó el susto"
La fiebre que hubo por tener un cámping gas con el que calentar comida y agua la conocen muy bien en la firma catalana Camping Sport. Desde esta empresa en Barcelona confirman que "hubo un bum las semanas posteriores [al apagón], en el que la gente se agobió lógicamente y quiso hacer acopio de material de bombonas de gas, linternas o farolillos". Cuando se encontraron con tal aluvión, la suya no fue una excepción: "Hubo roturas de stock en toda Europa, el suministro no fue el normal".
Con todo, el problema que experimentaron fue que ese producto ya no tenía salida tiempo después de registrarse el pico de ventas. "Suministramos lo que pudimos, cuando llegó el producto al cliente no le interesó, se pasó el susto", rememoran desde Camping Sport. Para hacerse una idea, en esas fechas "los almacenes quedaron a cero, en España por descontado, pero las marcas de camping gas potentes a nivel europeo rompieron stocks". Eran los momentos en los que "la gente se dio cuenta de que en casa tenía todo conectado" y el apagón significaba que "te quedas a oscuras sin televisión". En su experiencia, el furor por el kit "duró 15 días y se acabó".
"Nada continuado, ni que digas 'guau'"
"Siempre que pasan cosas de este tipo hay un ligero aumento de ventas", admiten desde la firma leonesa TSSM, tienda con más de tres décadas de experiencia en el sector. Pero tienen claro que esa subida no marcó la diferencia. Esa subida de las ventas fue "en la línea de cuando llega la navidad y se vende más un producto, nada continuado, ni que digas 'guau'".
Desde esta firma lo comparan, salvando las distancias y la magnitud, con los "picos de venta" que se dan en otras situaciones o períodos estacionalizados. Por ejemplo, "cuando viene temporada de lluvias vendes más ponchos". Al mismo tiempo, explican que este producto lo comercializan en línea, en la tienda online, lo que impide que conozcan también las inquietudes de quien lo adquiere. Es decir, si busca el kit completo, uno con más extras... o si busca seguir la recomendación europea de que cada mochila esté adapta a un tipo de emergencia o catástrofe en cuestión.