La central nuclear de Garoña cierra, pero la batalla sobre su futuro sigue

La central nuclear de Garoña cierra, pero la batalla sobre su futuro sigue

EFE

La central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) cierra este sábado tras un ajetreada última etapa en la que tan pronto se sucedían los anuncios de su cierre como los de su prórroga.

Sin embargo, el Gobierno estudia ahora matizar la Orden Ministerial de cierre de 2009 para que el cese de actividad no sea definitivo, al basarse en razones económicas.

La empresa propietaria de la planta, Nuclenor, que forman Endesa e Iberdrola, argumenta que el cierre no se debe a razones técnicas o de seguridad y asegura que conservará la plantilla de trabajadores y se mantendrá lista para volver a operar.

De hecho, en las últimas horas, Nuclenor ha emitido un comunicado en el que reitera que la declaración de cese llega como consecuencia de la entrada en vigor de la nueva Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética, cuya aplicación supone un aumento de los costes de la planta en más de un 30 %.

Nuclenor recuerda que los indicadores de Garoña en los últimos cuatro años sitúan a la planta entre las mejores centrales nucleares del mundo de su tecnología, con un 94,78 por ciento de disponibilidad en 2012 y entre un 90 y 95 por ciento de factor de operación medio en la última década.

También señala que Garoña ha recibido evaluaciones positivas en cuanto a seguridad del Consejo de Seguridad Nuclear español, pero también se ha sometido con éxito a seis evaluaciones de organizaciones internacionales en los últimos años.

LA PLANTA MÁS ANTIGUA DE ESPAÑA

Como garantía de su voluntad de mantener la central en condiciones óptimas de operación, Nuclenor ha recordado que en 2012 invirtió en la instalación más de siete millones de euros en proyectos exclusivamente destinados a la continuidad.

También entre los años 2009 y 2012, a pesar de tener un horizonte incierto, Nuclenor realizó inversiones por más de 50 millones de euros e incorporó a su plantilla a 25 nuevos profesionales.

Sin embargo, la planta, que es la más antigua de España y comenzó a funcionar en 1971, lleva parada y desenganchada de la red eléctrica desde diciembre de 2012 para evitar el pago de la nueva tasa sobre combustible irradiado, que supondría unos 153 millones de euros y haría la planta "inviable económicamente", según Nuclenor.

Para los grupos ecologistas, la planta está "cerrada de hecho", según afirma el portavoz de Ecologistas en Acción en Burgos, Luis Oviedo, que recuerda que cumplir los requerimientos del Consejo de Seguridad Nuclear para que Garoña volviera a producir energía supondría no menos de 140 millones de euros de inversión.

El portavoz estatal de Ecologistas en Acción para temas nucleares, Francisco Castejón, considera que la "razón real" que lleva a Nuclenor a no querer que Garoña vuelva a operar es que es una "central obsoleta" y ni siquiera con las inversiones a que obliga el Consejo de Seguridad Nuclear hay garantías de que no aparezcan nuevos problemas que obliguen a mayores inversiones o a un cierre definitivo.

MARCHA CONTRA LA CENTRAL

En este contexto, grupos ecologistas y antinucleares han convocado para mañana la XXIV Marcha contra la central nuclear de Garoña, que en los carteles de la convocatoria figura como "la última marcha contra Garoña", aunque fuentes de la Coordinadora Antinuclear ya apuntan que es probable que haya más ediciones.

Mientras, el alcalde del Valle de Tobalina, donde está Garoña, Rafael González, asegura que los vecinos, igual que los trabajadores de la central, quieren que se aclare qué va a ocurrir finalmente con la nuclear.

En todo caso, pide que, "pase lo que pase", se realicen inversiones en la zona para que haya una alternativa económica, porque "de la planta dependen empleos directos, pero también negocios de los pueblos del entorno y parte de los impuestos municipales".

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Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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