Ni bourbon ni vino: la UE enfría su primera respuesta a los aranceles de Trump para no tensar más la cuerda
Bruselas, que apuesta por negociar con EEUU, propone aranceles de hasta el 25% en la primera fase de un plan que se desarrollará en tres tandas hasta el final del año.

La Comisión Europea ha decidido no tensar aún más la cuerda en la guerra comercial que ha abierto Donald Trump y en lugar de lanzar una ofensiva de gran calibre como se barajó en un primer momento, Bruselas ha optado por una estrategia más prudente en el primer paquete de medidas que responderá a las nuevas tasas impuestas al acero y aluminio que llega a Estados Unidos desde Europa: a partir del 15 de abril de 2025, aplicar aranceles de hasta el 25% a determinados productos estadounidenses, aunque fuera de esta ecuación se quedan el whisky bourbon y el vino que llega desde el otro lado del Atlántico.
Donald Trump había avisado. Si la UE incluía el bourbon en su respuesta arancelaria, EEUU respondería con un arancel del 200% al vino europeo. Francia, principal exportador dentro de los Veintisiete de este producto, no tardó en pedir a la Comisión Europea que retirase la mención del borrador que lleva semanas preparando y, finalmente, Bruselas ha cedido.
Aun así, la respuesta de Europa sigue adelante. La Comisión no quiere cerrar la puerta al diálogo con Washington y por esa razón ha diseñado una respuesta escalonada al órdago comercial de Trump que combina presión con cautela. Si este miércoles ningún miembro de los Veintisiete bloquea la medida, algo poco probable después del respaldo político de los ministros de Comercio de la UE, los nuevos aranceles sobre los productos importados desde EEUU entrarán en vigor a partir del 14 de abril.
Un plan que se desarrollará en tres fases
En la práctica, se trata de una reactivación del paquete que ya se utilizó en 2018, cuando el mismo Donald Trump lanzó su primera ofensiva arancelaria, que se suspendió durante el mandato de Joe Biden después de negociar una tregua. Ahora, con el republicano otra vez en la Casa Blanca, el magnate no solo ha recuperado esta guerra comercial como un arma geopolítica sino que la ha ampliado a todo el mundo, castigando especialmente a la Unión Europea y China.
Ante este movimiento, la Comisión Europea ha elaborado una propuesta que contiene las represalias comerciales, con detalles sobre el cómo y el cuándo se aplicarán. Un plan que la UE desarrollará en tres fases:
- Primera fase: desde el 15 de abril. Se activarán los aranceles sobre productos que ya se gravaron en 2018, en plena guerra comercial. Entre ellos: cigarrillos, arroz, maíz dulce, calzado, aceites esenciales, vidrios ópticos y muebles. Aquí es donde iba a estar incluido el bourbon, pero ha sido retirado a última hora. Esta fase supone, en la práctica, que la UE deja caducar la suspensión que había aplicado a estos aranceles durante la tregua con Biden.
- Segunda fase: desde el 16 de mayo. Se incorporarán nuevas categorías de productos estadounidenses que no habían sido sancionadas hasta ahora. Incluye materiales como minerales de cobre, maquinaria industrial, ciertos tipos de tubos metálicos y elementos de construcción, además de bienes agrícolas como carne de ave, café o gallinas ponedoras.
- Tercera fase: desde el 1 de diciembre. Bruselas activará los recargos a un pequeño grupo de productos derivados de la soja y las almendras, ajustándose al calendario de cosechas y a la lógica de los intercambios agrícolas.
La UE ha calculado que impacto económico de la primera fase rondará un valor estimado de unos 8.000 millones de euros. Es solo una parte del golpe que podría asestar Bruselas: la Organización Mundial del Comercio (OMC) le permite llegar hasta los 26.000 millones en represalias, pero Europa ha optado por no apurar el margen y guardar munición, por si la tensión con Washington va a más.
La oferta de Bruselas: eliminar los aranceles industriales
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha dejado claro que la prioridad de la UE sigue siendo el diálogo y durante la reunión extraordinaria de ministros celebrada este lunes en Luxemburgo, ha trasladado la propuesta de Ursula von der Leyen de suprimir los aranceles sobre los bienes industriales. "Estamos preparados para hablar de reducir al máximo los gravámenes en sectores clave como el automóvil, los productos químicos, farmacéuticos, maquinaria, plásticos o caucho", aunque Sefcovic ha reconocido que, por ahora, no hay una voluntad real de diálogo al otro lado del Atlántico
Según ha explicado, mientras no haya “progresos tangibles” en las conversaciones con Washington, la Unión Europea avanzará en tres líneas de actuación: la protección de sus intereses con contramedidas comerciales, la diversificación del comercio europeo con nuevos acuerdos internacionales y evitar desviaciones perjudiciales que puedan surgir como consecuencia del conflicto con Estados Unidos.
Por su parte, el ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha respaldado la estrategia de la Comisión Europea y ha destacado que la propuesta está “totalmente en línea” con el enfoque que defiende España. “Hay una voluntad clara de llegar a un acuerdo y de reforzar una relación que ya de por sí es la relación comercial más importante del mundo”, subrayó.
Además, Cuerpo ha insistido en la necesidad de que Bruselas apoye a los sectores más afectados por los aranceles estadounidenses. Según ha explicado, la propuesta fue bien recibida por el resto de los Estados miembros. "Veremos cuál es la reacción por parte de Estados Unidos, pero está muy clara la mano tendida por parte de la Unión", añadió.
Trump no se baja de la burra
Lejos de dar marcha atrás, Donald Trump ha vuelto a defender a capa y espada su política arancelaria. Desde la Casa Blanca, en una comparecencia junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente estadounidense ha asegurado que "todos los países quieren negociar", pero dejó claro que no tiene ninguna intención ni de suavizarla ni de hacer una pausa. Al contrario, presume de ella como un instrumento de presión: "Si no hubiera hecho lo que hice en las últimas dos semanas, nadie querría negociar", ha dicho.
El presidente de EEUU ha vuelto a arremeter contra la UE, a la que acusa de bloquear sus productos con normas diseñadas para frenar sus exportaciones. "No compran nuestros coches, no compran nuestros productos agrícolas, no compran prácticamente nada", ha vuelto a repetir, convencido de que su estrategia corregirá décadas de desequilibrios en el comercio global: "Tenemos una deuda de 36 billones de dólares por una razón, y la razón es que lo permitieron", ha insistido.
En paralelo, ha animado a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos para evitar pagar aranceles. Ha prometido acelerar las autorizaciones medioambientales para la construcción de nuevas plantas industriales y ha citado como ejemplo al sector energético. El jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Lee Zeldin, ya estaría facilitando licencias “en cuestión de meses” para grandes compañías que decidan instalarse dentro del país.
Aunque sus política arancelaria ha generado una fuerte volatilidad en los mercados -con caídas pronunciadas en las bolsas y dudas entre los inversores-, a Trump no le preocupa esta situación. Tampoco teme que otros países, frustrados por su dureza, estrechen lazos con China. “Quieren estar en manos de EEUU, no en las de China”, afirmó con rotundidad.