La indecisión de la OMS hace sospechar que China está presionando en la crisis del coronavirus

La indecisión de la OMS hace sospechar que China está presionando en la crisis del coronavirus

¿Por qué tardó tanto la OMS en tomar una decisión? ¿Por qué no declaró la emergencia global?

Un mensajero en Wuhan (China) el 29 de enero.GETTY IMAGES

El 31 de diciembre de 2019, las autoridades sanitarias chinas comunicaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que en la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes, habían aparecido una serie de casos de neumonía de origen desconocido.

Con esta información, y gracias a los primeros análisis de secuencia realizados por equipos chinos, la OMS identifica siete días más tarde un nuevo coronavirus: el 2019-nCoV, bautizado más coloquialmente como virus o neumonía de Wuhan. 

A partir de entonces, las autoridades chinas y la OMS van alternándose para actualizar casi a partes iguales la información disponible sobre el nuevo virus, y el goteo constante de víctimas. Es el 20 de enero cuando el reconocido científico chino Zhong Nanshan confirma que la enfermedad se transmite entre humanos y, dos días más tarde, que el virus puede mutar y contagiarse por vía respiratoria.

Cronología de una epidemia

En China empieza a crecer la alarma con el aislamiento de Wuhan y otras ciudades de la provincia de Hubei el 23 de enero, mientras que los medios recalcan la rápida respuesta del país asiático ante el coronavirus, a diferencia de la ligereza con la que aparentemente se tomaron el virus del SARS en 2003, cuyo recuerdo sigue marcado en la población por los ocho centenares de víctimas mortales que provocó.

El miércoles 22, un día antes de que China ponga en cuarentena a unos 20 millones de personas, la OMS se reúne para decidir si declara o no la emergencia mundial. Pero, sorprendentemente, y después de horas reunidos, la única conclusión a la que llegan los expertos es que necesitan más tiempo para pronunciarse.

Un día después, su conclusión llega: es “demasiado pronto” para decretar la emergencia internacional por el coronavirus. La OMS reconoce “la emergencia en China” pero asegura que es prematuro hablar de “emergencia sanitaria a escala mundial”. Más tiempo, pues, mientras son 17 las personas que han muerto por el virus.

  Una juguetería en Pekín, el 29 de enero de 2020.NICOLAS ASFOURI/AFP via Getty Images

División de opiniones en la OMS... y la alargada sombra china

¿Por qué tardó tanto la OMS en tomar una decisión? ¿Por qué no declaró la emergencia global? En primer lugar, por la división de opiniones entre los miembros de su comité de urgencia, tal y como reconoció el propio director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. En segundo lugar, porque China se opuso, según señala Le Monde. “Parece que las consideraciones políticas se impusieron sobre los argumentos científicos”, afirma el diario galo.

Lo cierto es que entre los científicos de la OMS no hubo unanimidad ante tal decisión. “El comité de urgencia estaba dividido sobre la cuestión”, admitió Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Quiero reiterar que el hecho de que hoy no declare una emergencia de salud pública a nivel internacional no quiere decir que la OMS no considere grave la situación o que no se lo tome en serio. Nada más lejos de la realidad”, aclaró el doctor Tedros, como se le conoce habitualmente.

Un “error humano” de formulación

El lunes 27 de enero, la OMS da muestras de que le sigue costando aclararse, y aumenta de “moderado” a “alto” el nivel de amenaza del coronavirus de Wuhan tras haber cometido, según aseguran, un “error humano” de formulación en sus informes anteriores. “Esto no significa que hayamos cambiado nuestra evaluación de riesgos, pero se ha introducido este error”, dicen. Así las cosas, y todavía a día de hoy, la OMS considera el riesgo en China “muy alto” y “alto” a nivel regional y a nivel internacional.

El martes, Tedros Adhanom Ghebreyesus se reúne con el presidente chino, Xi Jinping, y el Gobierno chino acepta que la OMS envíe expertos internacionales lo antes posible para que colaboren en la lucha contra el coronavirus. Parece que la OMS se apunta un tanto, y Tedros no deja de agradecerlo. 

En una rueda de prensa, el presidente de la OMS recalca la “seriedad” con la que China está tomando este brote y la “transparencia” que han demostrado las más altas autoridades del país, al tiempo que recuerda la necesidad de que China siga compartiendo información y material biológico con la OMS.

De este modo, los expertos de la OMS “trabajarán con sus homólogos chinos en la mejora de la comprensión de la epidemia para guiar los esfuerzos” con el fin de aportar “una respuesta mundial” a la enfermedad, indica el organismo internacional en un comunicado. “Parar la difusión del virus en China y en todo el mundo es la mayor prioridad de la OMS”, asegura Tedros.

Por su parte, China ha prometido “transparencia”. Consciente de las sospechas de que el gobierno estaba ocultando datos, el presidente Xi Jinping fue tajante: “La epidemia es un demonio y no podemos dejar escondido ese demonio”.

La epidemia es un demonio y no podemos dejar escondido ese demonio
Xi Jinping

Y, sin embargo, no todos tienen claro que China esté actuando con transparencia. Memes aparte (y en esto Twitter se lleva la palma), en Estados Unidos piden más colaboración y honestidad por parte del país asiático. “Una mayor cooperación y transparencia son los pasos más importantes que se pueden dar hacia una respuesta más efectiva”, comentó a la prensa el secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, este mismo martes.

Con unos 6.000 casos confirmados, el coronavirus sigue siendo muy desconocido: su origen, la rapidez de propagación, los medios de transmisión y su periodo de incubación, establecido en un amplio rango de uno a catorce días, todavía plantean incógnitas. Según la OMS, un 20% de los infectados desarrollan una enfermedad grave y la tasa de contagio ya es superior a la del virus del SARS, aunque su letalidad es menor.

La OMS ha convocado para este jueves, 30 de enero, un comité de urgencia, el equipo de expertos internacionales encargados de valorar la gravedad de un brote epidémico y de determinar si este constituye —finalmente— una amenaza internacional.

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