“Hay que ser pesimistas”: la invasión rusa plantea un panorama “gravísimo” para el mundo

“Hay que ser pesimistas”: la invasión rusa plantea un panorama “gravísimo” para el mundo

Los ataques de Rusia a Ucrania abren varios escenarios y ninguno positivo: "Tenemos una guerra en suelo europeo".

Restos de una estructura dañada por un misil ruso en Kiev (Ucrania), el 24 de febrero.  Chris McGrath via Getty Images

La pasada madrugada, el presidente ruso Vladimir Putin pulsó el botón de la guerra en Ucrania. El runrún llevaba sonando semanas, con claras advertencias de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, pero este jueves los estallidos han pillado a toda una población desarmada, retórica y literalmente. Ucrania ha sido atacada en diferentes puntos de su geografía, mucho más allá de las provincias orientales controladas por los rebeldes prorrusos, donde sí se temían lo peor.  

Doscientos mil soldados rusos están ya en territorio ucraniano y, pese a que algunas informaciones son aún confusas, Kiev ya ha informado de al menos 137 muertos y decenas de heridos durante la primera jornada de intervención militar rusa al país. Los ucranianos tratan de huir desesperados, con razón, a zonas más seguras, pero el país está colapsado, con carreteras atestadas de coches y el espacio aéreo cerrado. 

Las declaraciones de los líderes occidentales se han sucedido este jueves una tras otra para condenar los ataques de Putin. El futuro de esta crisis no está escrito, pero los expertos avanzan que las consecuencias serán “gravísimas”, en primer lugar para Ucrania, en segundo lugar para el resto del mundo. 

Lo que está pasando es realmente muy, muy grave

“La situación es super, super, super alarmante para el mundo”, afirma Ana Sofía Cardenal, profesora de los Estudios de Ciencias Políticas de la UOC. “Lo que está pasando es realmente muy, muy grave, va a provocar una reconfiguración de la seguridad en Europa muy importante”, asegura. Dentro de las fronteras ucranianas las consecuencias serán devastadoras, pero fuera de ellas también se notarán: “Va a tener un impacto en las economías, la inflación va a subir, los precios del petróleo se pondrán por las nubes, el turismo se verá afectado... Todo esto nos debilita en momentos en los que ya estamos débiles”, avisa Cardenal. 

Entre los posibles escenarios Putin ha elegido el peor

La experta explica que, hasta esta noche, se manejaban dos posibles escenarios por parte de Rusia: que el ataque fuera “muy limitado” y dejara la puerta abierta a la vía diplomática o que las fuerzas de Putin “lanzaran un ataque masivo, en toda regla”. A estas alturas parece claro que, finalmente, se ha cumplido el segundo escenario. Y el resultado es que “tenemos una guerra en suelo europeo, es una cosa muy grave que nos devuelve a hace cien años”, advierte Cardenal.

Tenemos una guerra en suelo europeo, esto nos devuelve a hace cien años

Frederic Mertens, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, reconoce que este tipo de ataque sí le ha pillado, de algún modo, “por sorpresa”. “Hasta hoy pensaba que la intervención sería en el Donbás, la gente no se imaginaba que hubiera ataques en ciudades ubicadas en la parte occidental”, explica. “Con esta escalada, la cuestión es qué pretende hacer Putin: una invasión total del país; unos ataques para reafirmar su fuerza y mostrar a Occidente de lo que es capaz; o bien mandar un mensaje nuclear muy, muy, muy peligroso”, enumera. Mertens piensa, por ejemplo, en “la idea de que puedan instalar misiles nucleares en Bielorrusia”, con lo cual Putin no estaría mandando “un mensaje para Ucrania, sino claramente a todo Occidente”, dice. 

  Una residente en Kiev utiliza su móvil dentro de un refugio antiaéreo, el 24 de febrero.Pierre Crom via Getty Images

Miquel Pellicer, periodista y director de Comunicación Digital en la UOC, también explica el origen del conflicto por el ansia imperialista y geopolítica de Rusia. “Parecía que últimamente sólo se hablaba de Estados Unidos y de China, y Rusia también quiere tener su papel en el mundo”, comenta. El órdago sería, de este modo, por la “hegemonía mundial”, en una clara rivalidad Rusia-Estados Unidos.

¿Y ahora qué?

La cuestión es que Rusia ya ha apretado el gatillo. ¿Y ahora qué? Occidente está anunciando sanciones económicas contra Rusia a diestro y siniestro, Estados Unidos no descarta reaccionar con ciberataques según algunos medios, y Reino Unido plantea una respuesta “eventualmente militar”. 

Con todo, afirma Ana Sofía Cardenal, “competimos en desigualdad de condiciones”. “Las democracias no hacen guerras, porque tienen opiniones públicas que no quieren guerras, y sus líderes se ven constreñidos por ello”, señala. El problema de usar “el soft power” es “tener enfrente a un adversario que juega con otras reglas”, dice. “Es difícil saber cómo responder”, reconoce la profesora. 

“Ucrania hoy no es un país de la OTAN y, por tanto, no habrá una intervención militar. Los líderes europeos y de Estados Unidos ya lo han dicho: no moverán un dedo en la cuestión militar”, recalca Cardenal. Así, el “abanico de opciones” que manejan estos países se reduce a poco más que sanciones económicas, “de menos a más fuertes”. 

Es difícil saber cómo responder

Cardenal explica que las potencias barajan bloquear los códigos SWIFT de los bancos y bloquear el sistema financiero ruso, así como la posibilidad de sancionar personalmente a Vladimir Putin. Sin embargo, advierte la experta, “si Putin se ha metido en una operación de esta envergadura, habrá hecho sus cálculos para poder sostener y financiar esta intervención”. 

Putin ya había “calculado las consecuencias”

Los ataques rusos de esta madrugada no han sido en absoluto improvisados. “Putin ha calculado las consecuencias, no es tonto, y se ha preparado para esta intervención. Sabemos que tiene reservas de oro, saben que pueden lograr sus objetivos, si no total, al menos sí parcialmente”, indica Cardenal. 

Muy a su pesar, la experta en política sostiene que ahora mismo “hay que ser pesimistas” de cara al corto y al medio plazo. “Putin ya ha puesto toda la carne en el asador. Si hubiera sido para obtener concesiones de Occidente, lo habría hecho de otra manera”, apunta Cardenal. “Dada la envergadura del ataque, hoy la vía diplomática es muy difícil, es complicado que esto sea reversible ahora”, sentencia.

Hay que ser pesimistas. Rusia ha puesto toda la carne en el asador

Para Frederic Mertens, la principal incógnita ahora es China, y hasta dónde llega su apoyo a las fuerzas de Putin. “Digamos que está al 80% con Rusia”, estima. Pero si China decide unirse al 100% al propósito ruso, “debemos temerlos”, advierte el experto en Relaciones Internacionales. “Estamos en una situación más compleja que en la época de la Guerra Fría, cuando teníamos por un lado a Estados Unidos y por otro a la Unión Soviética. Entonces China era una potencia mediana; ahora es la segunda o la tercera potencia en el mundo”, apunta. 

A la pregunta de si este conflicto se puede ahora frenar, y cómo, Mertens responde con claridad –y pocas esperanzas–: “El que tiene las cartas en la mano es Putin”.

“Habrá una crisis migratoria clara”

Miquel Pellicer, por su parte, prefiere no cerrar aún la puerta de la diplomacia: “Cabe pensar hasta dónde llega la apuesta, pero el último recurso sigue siendo la diplomacia”, opina. Aparte de los ataques militares, al periodista le preocupa lo bien que sabe moverse Putin en los terrenos de “la desinformación, la propaganda política y la ciberseguridad”, y qué papel podría tener esto en la llamada guerra híbrida. También hace alusión a algo que esta misma noche se ha hecho patente: la huida masiva de ucranianos que tratan de buscar refugio fuera de sus fronteras, y que la ONU estima que podrían alcanzar los cinco millones de desplazados si se recrudece el conflicto. “Habrá una crisis migratoria clara”, avisa Pellicer. 

  Varios ciudadanos hacen autoestop en Kiev, este jueves 24 de febrero.Chris McGrath via Getty Images

Así las cosas, “los países bálticos están temblando”, afirma Frederic Mertens, “por la presión en sus fronteras por parte de las fuerzas armadas rusas y por la futura ola de refugiados”, abunda. 

El problema está, sobre todo, en las zonas ya ocupadas por las tropas. Habrá masacres y ajustes de cuentas

El experto no se atreve a decir cuánto pueden durar, en sí, los ataques rusos. “El problema está, sobre todo, en las zonas ya ocupadas por las tropas –en el norte de Ucrania, en el sur (Crimea) y en el este (con los separatistas)–, donde se pueden producir masacres y ajustes de cuentas más fácilmente”, avisa.

Ana Sofía Cardenal tampoco sabría acotar con fechas el conflicto, pero responde con un elocuente “¡uf…!” a la pregunta. “Ya hay 200.000 hombres dentro, así que esto no es cuestión de un día ni de dos, ni de perseguir una respuesta diplomática”, asegura. Para la experta, el objetivo ruso no es otro que “desestabilizar Ucrania y devolverla a la órbita de la influencia rusa”.

Con este panorama, Cardenal augura que el conflicto “se va a alargar”. “Viendo la envergadura con la que ha empezado la intervención, creo que la vía diplomática está cerrada por parte de Putin”, dice. ¿Y qué le espera a Ucrania? Teniendo en cuenta que el poder militar del país no puede compararse con el de los rusos, su futuro se vislumbra aciago. “Esto puede acabar con Ucrania”, advierte Cardenal. “Terminará como el rosario de la aurora”.