Reino Unido rechaza extraditar a Assange a EEUU, donde se enfrenta a 175 años de cárcel
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Reino Unido rechaza extraditar a Assange a EEUU, donde se enfrenta a 175 años de cárcel

Los jueces alegan motivos de salud para impedir el traslado del fundador de WikiLeaks.

Protesta en Londres contra la extradición de Julian Assange a EEUU. Frank Augstein / ASSOCIATED PRESS

Un tribunal británico rechazó este lunes la extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, acusado por ese país de presunto espionaje e intrusión informática, al considerar que sería perjudicial para su salud mental. Se enfrentaba hasta a 175 años de prisión por esos cargos. La Fiscalía ha confirmado que va a recurrir la decisión, por lo que el proceso definitivo se puede dilatar incluso años. La jueza de primera instancia deberá decidir el miércoles si deja a Assange en prisión preventiva mientras dura el nuevo proceso legal o si lo pone en libertad.

Al pronunciar su dictamen en la corte penal londinense de Old Bailey, la jueza Vanessa Baraitser consideró “demostrado” que el australiano de 49 años presenta riesgo de suicidio y podría quitarse la vida si es procesado en EEUU, donde probablemente sería retenido en condiciones de confinamiento.

Ya en febrero de 2020, más de cien médicos pidieron incluso la liberación del programador, a través de una carta publicada en The Lancet, avisando de su mal estado de salud.

“He considerado pruebas sobre las posibles condiciones en una prisión estadounidense”, ha afirmado Baraitser, que también ha hecho referencia a declaraciones de la CIA citando a Assange como una persona “hostil”. Un régimen de aislamiento podría dañar gravemente la salud mental de Assange, que tiende a la depresión, según ha señalado la jueza.

Sin embargo, también ha asegurado que el derecho a la libertad de expresión no proporciona “una discreción sin límites al señor Assange para decidir lo que va a publicar”. “Esta acusación se limita a [la filtración de] cables que contienen nombres de informantes. En Reino Unido, Assange no estaría protegido por las leyes de libertad de expresión”, ha añadido, según ha recogido The Assange Defense Committee.

La magistrada ha descartado, entre otras cosas, la alegación de los abogados de Assange de que los cargos en su contra tenían “motivaciones políticas” y de que no tendría un juicio justo en ese país.

Las acusaciones

Estados Unidos acusa a Assange de haber violado su Ley de Espionaje por haber filtrado y publicado secretos diplomáticos y militares en 2010 a través de Wikileaks. En concreto, está acusado de 17 cargos relacionados con la Ley de Espionaje y uno por fraude y abuso informático, lo que podría llegar a 175 años de prisión.

Su defensa ha alegado que su función fue equivalente a la de un periodista y cualquier límite que se ponga a su acción puede tener un impacto en cualquier periodista estadounidense. “Este caso es indignante y está claramente motivado políticamente para utilizar a Assange como ejemplo. Es el futuro del periodismo y la libertad de prensa lo que está en juego”, había afirmado Rebecca Vincent, directora de campañas internacionales de Reporteros Sin Fronteras.

Assange fue detenido en abril de 2019 por agentes británicos que irrumpieron en la embajada de Ecuador en Londres. Ecuador le concedió el asilo en 2012 y desde entonces Assange vivía en la embajada. Horas antes de su detención, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció por Twitter la retirada del asilo diplomático por considerarlo “insostenible”. El arresto se produjo a petición de EEUU.

En 2010, la Fiscalía de Suecia ordenó la detención de Assange, acusado de violación y abuso sexual, y Suecia emitió una orden europea de detención. Reino Unido aceptó extraditarle y Assange entonces pidió asilo en la embajada de Ecuador. Assange dijo que este proceso era una excusa para su extradición a EEUU, donde podría ser juzgado por la filtración masiva de documentos secretos en 2010 a través de Wikileaks. Finalmente Suecia archivó el caso en noviembre de 2019.

Las revelaciones en el portal digital WikiLeaks expusieron crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán, archivos sobre las detenciones extrajudiciales en la prisión de Guantánamo (Cuba) y cables diplomáticos que desvelaron abusos de derechos humanos en todo el mundo.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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