Descubre unas cortinas viejas de su abuela, pone un anuncio en Internet y acaban dándole miles de euros por el "tesoro"
Un coleccionista de Francia pagó sin dudar 2.000 euros por un par que originalmente costaba 40 céntimos de euro.

Algunas cosas pueden parecer inútiles a primera vista, pero pueden esconder un gran tesoro. Al igual que ocurre con las alfombras, la porcelana o los discos de vinilo, con las cortinas antiguas hay algo cierto: lo que entonces era común hoy es raro. Y los coleccionistas lo saben muy bien.
Así lo comprobó una mujer de República Checa al encontrar en su casa unas cortinas viejas de su abuela. Al principio, según relata el medio Techsvět, pensó en en regalarlas, pero finalmente se decidió a buscar un comprador por Internet, y se acabó llevando una gran sorpresa.
Las viejas cortinas de su abuel están bordadas a mano, hechas de lona de algodón, ligeramente almidonadas y con ribetes de encaje. Al poner el anuncio en Internet la respuesta fue inmediata. Un coleccionista de Francia se puso en contacto con ella y sin dudarlo pagó 50.000 coronas checas (2.000 euros) por un par que originalmente costaba 10 coronas (40 céntimos de euro).
Se trataba de unas cortinas con un bordado a mano con la técnica denominada crewel, de pequeñas flores típicas del estilo de Europa del Este. Las cortinas, además, estaban bien conservadas, limpias y parecían casi nuevas.
Los motivos florales o geométricos, a menudo específicos de cada región, son comunes en Europa del Este, especialmente Checoslovaquia, donde hubo una fuerte tradición de producción textil. Ahí operaron marcas como Hedva o Veba, cuyos productos todavía se pueden encontrar hoy en hogares y colecciones.
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