Sarkozy sale en libertad condicional tras pasar 20 días en la cárcel parisina de La Santé: su pena era de cinco años
El tribunal parisino concede la libertad condicional para el expresidente francés por supuestamente recibir dinero ilegal por parte del dictador libio, Gadafi en 2007. Sin embargo, durante este tiempo no podrá salir de Francia mientras dure el proceso.
NIkolas Sarkozy se ha salido con la suya... de momento. El expresidente francés sale este lunes de la prisión de La Santé tras permanecer en ella medio mes, después de ser condenado a cinco años de cárcel por asociación de malhechores tras recibir dinero ilícito de parte del dictador libio, Gadafi, con el que habría financiado de forma irregular su campaña a la presidencia, en el año 2007. En esa cárcel ha permanecido desde el pasado 21 de octubre.
Sin embargo, el Tribunal de Apelación de París, a petición de la Fiscalía francesa, ha dictaminado que el expresidente del país galo, el primero en entrar en prisión en la historia del país, quede en libertad bajo control judicial, al considerar "aceptable la petición de puesta en libertad".
La petición de la Fiscalía se encuentra sujeta a que Sarkozy, de 70 años, no pueda contactar con testigos y otras partes con el objetivo de evitar cualquier tipo de injerencia en el proceso, es decir, con los otros tres acusados: Claude Guéant (exdirector de gabinete de Sarkozy y luego ministro), Brice Hortefeux (exministro del Interior y cercano a Sarkozy) y Alexandre Djouhri (empresario y supuesto intermediario). Tampoco se le permite hablar con el ministro de Justicia de Francia, Geráld Darmanin, que visitó a Sarkozy el pasado 29 de octubre.
La nueva vista, celebrada este lunes, ha tenido lugar gracias a la apelación presentada por los abogados de Sarkozy, aunque la causa continuará -presumiblemente- hasta 2026. Sin embargo, esta apelación pedía que el expolítico no permaneciera en prisión durante todo este tiempo.
Durante su última videoconferencia -tres horas antes de la resolución de la vista- Sarkozy ha asegurado que "nunca admitirá" haber utilizado el dinero reclamado a Gadafi para financiar su campaña presidencial y ha insistido en que se trata de una persecución política. En esa misma aparición, Sarkozy calificó su estancia en la cárcel "como una pesadilla" y quiso "agradecer la humanidad excepcional del personal penitenciario porque ellos han convertido esta pesadilla de la cárcel en algo soportable".
Esta declaración a distancia la escucharon a través de una pantalla y desde el Tribunal de Apelación de París varios de sus allegados que estaban sentados en la sala, como su esposa, Carla Bruni, su hermano François y dos de sus cuatro hijos, Jean y Pierre.